- Nos dedicamos a un trabajo poco habitual. - ¿Desde cuándo se gana la vida matando? - No mato. Hago cumplir la ley.
No es raro el caso en el que una película se gesta durante el rodaje de otra. En el plató de “Una Historia de Violencia”, allá por 2005, Ed Harris mataba los tiempos muertos (valga la redundancia) pensando en llevar a la pantalla una novela que había leído recientemente. Además de reservarse la silla de director y el papel protagonista, encontró en su compañero de reparto Viggo Mortensen al actor ideal para interpretar al socio de su personaje.
Después vino lo más difícil: conseguir la financiación. Tras estudiar localizaciones, vestuario y viejos grabados de la época, el presupuesto llegó hasta los veinte millones de dólares, cifra no muy elevada pero bonita suma en tiempos de crisis, sobre todo teniendo en cuenta que el western es un género prácticamente abandonado en la actualidad. Aunque el cartel contara con actores de la talla de Viggo Mortensen, Jeremy Irons y el propio Harris, la luz verde no se encendió hasta que se conocieron los buenos resultados de la serie “Deadwood” o del remake de “El Tren de las 3:10”.
Appaloosa es un pequeño pueblo del Oeste dominado por el ricacho del lugar, Randall Bragg (y no Flagg, fans de Stephen King), cuyos excesos han culminado con el asesinato del sheriff y de sus dos ayudantes. En un intento por recuperar el control de Appaloosa, los vecinos contratan los servicios de Virgil Cole, un pistolero a sueldo que asume el puesto de sheriff y trae consigo al ayudante perfecto, Everett Hitch.
- Nosotros llevamos armas porque sabemos utilizarlas mejor que la mayoría.
A partir de ese momento, Cole y Hitch buscan la manera de detener a Bragg y llevarlo ante un tribunal, aunque por el camino tengan que llevarse por delante a unos cuantos:
- Disparó a tres de mis hombres. - En realidad sólo disparé a dos. El señor Hitch disparó al otro.
Y las cosas se complican cuando Cole se encapricha de la señora Allison French, una viuda recién llegada a Appaloosa:
- ¿Trabaja en algo? - Toco el órgano y el piano. - Entonces no es puta.
Algunos no pensarían lo mismo… En fin, a partir de ese momento Cole intentará conseguir un difícil equilibrio entre su trabajo y su vida amorosa, lo que afectará a Hitch, a Allison y por supuesto a la persecución de Bragg.
El reparto está encabezado por Ed Harris y Viggo Mortensen en los papeles de Virgil Cole y Everett Hitch. Jeremy Irons es el malvado Randall Bragg, y Renée Zellweger interpreta a Allison. En un pequeño papel aparece Ariadna Gil, a la que no veíamos desde los tiempos de “Alatriste” y “El Laberinto del Fauno”, y que regresa a las pantallas por partida doble, con “Sólo Quiero Caminar” además de “Appaloosa”. Según Ed Harris, la fichó tras apreciar su química con Viggo Mortensen en Alatriste.
“Appaloosa” es una película sencilla, que recuerda por momentos a “El Jinete Pálido”, “El Hombre de las Pistolas de Oro”, y sobre todo a la reciente “El Tren de las 3:10”, ya que se centra mucho en el aspecto humano de los personajes, dejando a un lado la espectacularidad de los posibles duelos (de hecho, los pocos que hay son muy breves). Es curioso ver a un pistolero más duro que el salpicadero del troncomóvil metido en un aprieto cuando su novia le pide que elija unas cortinas, o comprobar cómo recurre a su compañero cuando no consigue dar con la palabra apropiada.
En resumen, tenemos otra película entretenidilla, cuyo mayor valor reside en las interpretaciones de Ed Harris y Viggo Mortensen. Jeremy Irons está correcto (su personaje no da para mucho más, la verdad), pero reconozco que no puedo con Renée Zellweger, sobre todo con esas sonrisas forzadas que se marca y que son más falsas que un billete de madera. Qué se le va a hacer…
Después de más de 4 años en la red y de la aportación de 11 colaboradores que, alternando rachas de máxima actividad con otras más "relajadas", han dado vida a 15 secciones y más de 600 posts, ha llegado el momento de que JeSúS Club cierre sus puertas.
Los objetivos con los que surgió este proyecto fueron permitir que un grupo de gente se mantuviera en contacto, algo que de otra manera habría sido más complicado o incluso imposible conseguir, y ofrecer un sitio desde el que los colaboradores pudiéramos compartir nuestras reflexiones sobre los temas que más nos gustan, intentando entretener con ellas a nuestros lectores.
El desgaste a lo largo de este tiempo ha sido importante para todos, y cuando algo con lo que deberías disfrutar se convierte en una rutina, en una obligación... acabas por perder la motivación.
Es probable que algún día JeSúS Club reabra sus puertas, no sé con qué forma, con qué fondo, ni cuándo, pero confío en que vuelva. Esto es tan sólo el fin de un ciclo...
En este "hasta luego" quiero dar las gracias a todos los colaboradores que han ido pasando por este Club, y que han aportado su esfuerzo y su ilusión a este proyecto, dando siempre lo mejor de ellos mismos. Quiero dar las gracias especialmente a quien me ha acompañado a lo largo de estos 4 años y que, en varias etapas, ha sido el principal (y casi único) sustentador de todo esto. ¡¡Gracias, Zineman!!
También me gustaría dar las gracias a todos los lectores que con mayor o menor frecuencia habéis querido pasaros por aquí y compartir con nosotros este espacio.
Un saludo a todos, un abrazote a los colaboradores, y hasta luego...
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