tag:blogger.com,1999:blog-80715852024-03-08T06:20:33.774+01:00JeSúS Club :: ClosedWeb donde JeSúS y amigos escriben sobre wrestling (wwe), cine, música, poesía, humor..etc.JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15881231816245353514noreply@blogger.comBlogger841125tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-9874118008934388402009-04-12T17:00:00.001+02:002009-04-12T17:11:05.437+02:00[DES] Breves notas tras el cierre de JeSúS Club.<i>“Luego dice que tiene que irse ya,<br /> que sólo iba de paso.<br /> Nos despedimos con melancolía.<br /> Y se va para siempre.<br /> “Oir la luz”. Eloy Sánchez Rosillo.</i><br /><br /> Supongo que todo en la vida llega y de diferentes maneras suele irse. A veces todo eso se va sin hacer ruido, dejando atrás bagaje de huellas que generalmente se dirigen hacia ninguna parte. También ocurre que se van sin desaparecer del todo, más que nada porque no es posible de un plumazo hacer como que nada pasó. Supongo, porque me paso los años suponiendo, no me queda otra alternativa, digo que supongo que para todas las idas y venidas hay razones sobradas como para dejarlas reposar en el devenir de los tiempos.<br /> <br /> Se va aprendiendo con el paso de las estaciones ha tomarse los principios y finales, los adioses y despedidas y toda esa mierda literaria, como el que se toma el camino largo y pesado recorriendo una carretera secundaria. <br /><br /> No resulta sencillo, así todo, levantar una mano en la que uno no se reconoce para simbolizar que algo ha terminado, o está a punto de terminar. De todas maneras, los hilos telefónicos de la memoria muestran su cara para privilegiar en los escalones del recuerdo a todas esas cosas que un buen día deciden emprender un nuevo rumbo.<br /><br /> ¿Dónde quiero fijas mis ojos, dónde dejar plasmado mi agradecimiento existencial ahora que los pliegos que han sostenido un sueño engendrado hace quince años se evaporan en la noche? Decididamente no lo tengo claro, pero como todo en la vida, sin claridad suficiente la luz duele, pero a veces se llega casi a oír si uno presta atención. <br /><br /> Sólo puedo recordar, pues son luminosas las horas del recuerdo, fogonazos de aeropuertos, de viajes y calor, todos ellos iluminados por algo parecido a un polígono industrial. Pero ojo, que vuelvo a desviarme y quiero por una vez aterrizar este discurso.<br /><br /> Hubo un tiempo, en el que Denver soñaba despierto, con todo un mundo por delante, en el que June comenzó a reconocer los astros, en el que Apollon hizo lo posible por buscar aquello que no le contaron. En ese tiempo, todos ellos hicieron un esfuerzo por mantener el estandarte de la libertad con dignidad ante los vientos cambiantes. Esa libertad que simbolizaba la juventud, la crítica haciendo uso de la palabra, la revolución encabezada por los besos y la pasión de unos jóvenes que empezaban a serlo. Hubo un tiempo de cambio, de encarar la edad con gallardía, un tiempo que se resistía a morir en medio de un desierto. <br /><br /> En esos años primeros uno se imaginaba las despedidas desde la oportunidad de comenzar algo nuevo, distinto, esperanzador y cargado de futuro. En esos años primeros uno no podía ni por un momento imaginar como los adioses pueden desterrar de un plumazo los sueños de los hombres. En esos años primeros, Denver dijo que te dejaría entrar en sus sueños si le dejabas entrar en los tuyos. Y como no podía ser de otra manera, cumplió con su palabra.<br /><br />Muchas gracias.<br /><br />© Gabriel EsmeroJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-62825719997394779602009-04-06T07:41:00.002+02:002009-04-06T08:32:21.949+02:00[Cine] Casino<i>Cuando se quiere a una persona, hay que confiar en ella. No hay otra forma. Tienes que darle la llave de todo lo que posees. Si no, ¿de qué sirve tu amor?<br /><br />Durante un tiempo, yo creí vivir un amor de esa clase.</i><br /><br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3391/3407311195_90ec3deaee.jpg?v=0" align=left>Después de haber hablado de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2009/01/cine-uno-de-los-nuestros.html">“Uno de los Nuestros”</a>, era sólo cuestión de tiempo que Martin Scorsese nos visitara de nuevo con su otra gran película sobre la mafia.<br /><br />Muchas son las películas que tienen por protagonistas a uno o varios perdedores. De hecho, es uno de los temas favoritos de algunos cineastas, como por ejemplo John Huston, que dio buena muestra de ello con películas como “El Halcón Maltés” o <a hreF="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/12/cine-el-hombre-que-pudo-reinar.html">“El Hombre Que Pudo Reinar”</a>. Y al igual que en esta última, el principio de “Casino” nos adelanta el trágico final de la historia, en palabras de uno de sus protagonistas:<br /><br /><i>La verdad es que nadie conocía todos los detalles, pero era una situación perfecta. Él me tenía a mí, Nicky Santoro, su mejor amigo, para guardarle las espaldas, y tenía a Ginger, la mujer que amaba, colgada de su brazo. Pero al final lo jodimos todo. Pudo haber sido perfecto, pero fue la última vez que a gente de la calle como a nosotros se le dio el puto control de algo tan valioso.</i><br /><br />Retrocedemos diez años. Estamos a principios de la década de los 70. Sam “Ace” Rothstein es probablemente el mejor apostador de los Estados Unidos, y los grandes capos han pensado en él para dirigir uno de sus casinos en Las Vegas, el Tangiers. Tras aceptar el trabajo, Sam pone su cerebro a disposición de la organización, y hace honor a la confianza en él depositada, revelándose como un gerente excepcional, perfectamente consciente del objetivo de su trabajo:<br /><br /><i>Las Vegas es un lugar que limpia los pecados de los tipos como yo. Es un túnel de lavado para la moral. Hace por nosotros lo que Lourdes hace por los jorobados y paralíticos. Y además de convertirnos en legales, genera dinero. Toneladas de dinero.</i><br /><br />A pesar de que el negocio es legal, al menos en la parte que a él le toca, Sam no se ha caído de un guindo, y sabe muy bien qué clase de gente mueve los hilos de la ciudad:<br /><br /><i>En aquella época, Las Vegas era el lugar al que llegaban millones de pardillos cada año en avión para dejarse cerca de mil millones de dólares. De noche no se veía el desierto que rodea la ciudad, pero en aquel desierto se solucionaban muchos de los problemas de Las Vegas.</i><br /><br />Su amigo Nicky Santoro es más explícito:<br /><br /><i>Hay muchos agujeros cavados en ese desierto, y muchos problemas enterrados en ellos. Pero hay que hacer bien las cosas. Hay que haber cavado el agujero antes de llegar con el paquete en el maletero. Si no, tienes que tirar de pala durante treinta o cuarenta y cinco minutos. ¿Y quién te asegura que en ese tiempo no aparece alguien? Eso te obligaría a cavar unos cuantos agujeros más. Vamos, que te puedes pasar allí toda la puta noche.</i><br /> <br />En ese ambiente, Sam y Nicky se mueven como pez en el agua. Combinando el cerebro de uno con los músculos del otro, cuidan las relaciones con la clase política local y consiguen mantener a raya a los tramposos y a los miembros de bandas rivales. De este modo, los dos compañeros empiezan a prosperar en el negocio, ganando mucho dinero y haciendo ganar todavía más a sus jefes. Pero siempre hay un pero. Y en este caso es muy cinematográfico, ya que se trata de una mujer. Cuando Ginger entra en la vida de Sam (o mejor dicho, cuando Sam se empeña en meter a Ginger en su vida), su mundo perfecto no tardará en empezar a desmoronarse.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3662/3407309753_97626a6478.jpg?v=0"></center><br /><br />Gran parte del equipo de “Uno de los Nuestros” vuelve a reunirse un lustro después, con Robert de Niro encabezando el reparto en el papel de Sam y Joe Pesci dando vida a Nicky Santoro, un personaje parecido al Tommy DeVito que le valió el Oscar años antes. Una guapísima Sharon Stone completa el trío protagonista interpretando a Ginger, y entre los secundarios podemos ver a James Woods, Don Rickles y Kevin Pollak. Dirige Martin Scorsese, que vuelve a colaborar con Nicholas Pileggi en la escritura del guión, nuevamente basado en una historia real.<br /><br />Desde el primer momento, no parece haber dudas sobre la condición de protagonista del personaje de Sam, pero la complejidad del entorno que le rodea es tal que después de varios visionados se pueden seguir descubriendo nuevos detalles en la trama, atribuyendo a cada personaje su cuota de responsabilidad en el derrumbe del negocio. Una primera impresión, si no hemos estado muy atentos, nos puede llevar a echarle la culpa de todo a Ginger, que en el fondo no deja de ser una prostituta de lujo, aunque esto no se mencione explícitamente en la película. Y en efecto, Ginger es el más claro factor desestabilizador en la vida de Sam.<br /><br />Pero no es menos cierto que es Sam quien se niega a reconocer la realidad, y comete la imprudencia de, según sus propias palabras, darle a Ginger la llave de todo lo que posee. En el fondo, el mejor apostador del país sabe dónde se mete, y lo sabe desde el primer momento, pero aun así sigue adelante, hasta el punto de casarse y tener una hija. Sam intenta engañarse a sí mismo, reduciendo el asunto a una mera cuestión de dinero: mientras los billetes sigan fluyendo del bolsillo de Sam a las manos de Ginger, no habrá problema. No, señor, no puede haberlo. ¿Quién es ahora el culpable? ¿Ginger, que en el fondo nunca ha intentado ocultar cómo es, o Sam, que ha negado siempre el problema? Aquí dejamos de ser injustos con Ginger y empezamos a culpar a Sam de todas sus desdichas.<br /><br />Para acabar de complicar las cosas, observando más de cerca de Ginger se puede apreciar su relación de dependencia con Lester, una especie de novio/chulo que la exprime continuamente, sin que podamos entender qué es lo que la ata a él. Se completa así un atípico triángulo amoroso. Bien, esto no deja de ser una extensión de lo que Sam siente por Ginger, quien comete con Lester el mismo pecado que Sam con ella. Aquí podemos pensar que nos hemos pasado un poco con Sam, y volvemos a cargar parte de las culpas sobre Ginger. Ah, y Lester nos cae mal.<br /><br />La relación entre Sam y Ginger, con todos sus tira y afloja, se convierte así en el motor de la película, y en el aparente epicentro del terremoto que sacudirá el negocio. Pero las cosas siguen sin ser tan simples. Por un lado, Sam desata las iras de un concejal cuando despide a uno de sus parientes por inepto y se niega posteriormente a readmitirlo. Esto le causará problemas en su trabajo, ya que desembocará en la revisión y denegación de su petición de licencia para trabajar en el casino. Lejos de darse por vencido, Sam monta un circo que convierte la Marbella de Jesús Gil en un chiste. Todo esto sucede en una etapa tranquila de su relación con Ginger, así que es demasiado pronto para echarle la culpa a su esposa.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3321/3408118110_f530c709f9.jpg?v=0"></center><br /><br />Por otra parte, Nicky ha empezado a montar su propio chiringuito en la ciudad, y poco a poco va perdiendo el control, cometiendo más y más excesos:<br /><br /><i>- Escucha, Nicky. Ya hemos hablado de esto. Te expliqué muy claramente que existía la posibilidad de que sufrieras algunas pérdidas.<br />- Ya… Quiero que me devuelvas mi dinero.<br />- ¿Qué vas a hacer? ¿Retorcerme un brazo?<br />- ¿Sabes? Creo que tienes una imagen equivocada de mí, y lo menos que puedo hacer es explicarte exactamente cómo funciono. Por ejemplo, mañana me levantaré pronto y me daré un paseíto hasta tu banco. Luego entraré a verte, y si no tienes preparado mi dinero, delante de tus empleados te abriré tu puta cabeza, y cuando cumpla mi condena y salga de la cárcel, con suerte tú estarás saliendo del coma. ¿Y qué haré yo? Te volveré a romper la puta cabeza, porque yo soy idiota, y a mí lo de la cárcel me la suda. A eso me dedico. Así funciono yo.</i><br /><br />Por no hablar del punto de paranoia que tiene el trabajo diario en el Tangiers:<br /><br /><i>En Las Vegas, todo el mundo se vigila mutuamente. Los jugadores sólo están pendientes de ganar al casino. Los croupiers vigilan a los jugadores. Los jefes de mesa vigilan a los croupiers. Los encargados vigilan a los jefes de mesa. Los jefes de planta vigilan a los encargados. Los managers vigilan a los jefes de planta. El gerente del casino vigila a los managers. Yo vigilo al gerente del casino. Y el ojo de la cámara nos vigila a todos nosotros.</i><br /><br />Caray, que estrés. Y no acaba ahí la cosa. Por ejemplo, tenemos a un lugarteniente mafioso que lleva un libro de gastos para poder reclamar a sus jefes que le paguen las dietas de sus viajes a Las Vegas, y que encima habla abiertamente de su trabajo en un local pinchado hasta la saciedad por los federales. En fin, yo diría que es la confluencia de varias circunstancias la que mata la gallina de los huevos de oro. Las tensiones entre Sam y Ginger son sólo uno de los ingredientes de la receta del fracaso. El propio Sam lo insinúa hacia el final de la historia.<br /><br />Desde luego, “Casino” es una película parecida a “Uno de los Nuestros”. Ambas se basan en una historia real ambientada en el mundo de la mafia, y cuentan cómo la idílica vida de sus protagonistas se acaba viniendo abajo. La presencia de Scorsese, Pileggi, De Niro y Pesci contribuye a acentuar aún más estas semejanzas, pero “Casino” posee sus propios matices, que hacen de ella una película diferente. Mientras Henry Hill se complicaba la existencia con un negocio de tráfico de drogas que sus jefes le habían prohibido terminantemente, Ginger es en cierto modo la “droga” de Sam, pero no es el único motivo del desastre. Nicky Santoro nos recuerda a Tommy DeVito, pero este último era, recordando su primera gran escena en “Uno de los Nuestros”, un tipo más gracioso, mal que le pese. Por cierto, la escena en la que Nicky tortura a un matón metiendo su cabeza en una prensa se corresponde totalmente con un hecho real.<br /><br />Quizás la diferencia más clara respecto a “Uno de los Nuestros” sea la existencia de una línea argumental más definida, ya que en esta ocasión el protagonista no es un matón, sino un “empresario”. Así como Henry Hill construía su historia recordando anécdotas de multitud de “trabajos”, la historia de Sam Rothstein gira siempre en torno a su actividad en el casino, lo que da una sensación de mayor continuidad a lo largo de la película. Recordemos que los detractores de “Uno de los Nuestros” veían aquí un gran defecto. Yo sólo veo dos historias distintas que requieren dos estilos distintos. No hay más que ver el vestuario que usa Robert de Niro. Si es que esta gente de Las Vegas…<br /><br />En lo que estamos (casi) todos de acuerdo es en que Scorsese volvió a conseguir un gran éxito cinco años después, recuperando a un guionista y dos actores en plena forma e incorporando a una Sharon Stone que borda el mejor papel de su carrera. Desgraciadamente, los años no pasan en balde, y poco queda de aquel equipo: Scorsese ha ganado por fin el tan ansiado Oscar por <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/10/cine-infiltrados-departed.html">“Infiltrados”</a>, de forma más honorífica que merecida; De Niro no recuerda cuál fue su última película verdaderamente buena; Joe Pesci lleva años retirado, salvo su breve participación en <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2007/04/cine-el-buen-pastor.html">“El Buen Pastor”</a>, dirigida precisamente por De Niro; y la Stone ya ha cumplido la cincuentena, así que sus días de sex symbol han pasado. En fin, menos mal que nos queda el DVD.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-72103056805382270932009-03-30T09:08:00.002+02:002009-03-30T09:21:53.315+02:00[CINE] Encuentros en la Tercera Fase<i>Primera fase. Avistamiento de un OVNI.<br /><br />Segunda fase. Existencia de pruebas físicas de una visita extraterrestre.<br /><br />Tercera fase. Contacto.</i><br /><br /><br />En 1977, años antes de reventar las taquillas de todo el mundo con <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/05/cine-et-el-extraterrestre.html">“E.T. el Extraterrestre”</a>, Steven Spielberg hizo su primera incursión en el mundo de la ufología, planteando la posibilidad de una visita alienígena con intenciones absolutamente pacíficas. Me estoy refiriendo, por supuesto, a “Encuentros en la Tercera Fase”.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3592/3385548543_27b94bd8b4.jpg?v=0" align=left>Desierto de Sonora, México. Cinco aviones de combate del ejército estadounidense han aparecido en el lugar de la noche a la mañana (literalmente). El misterio aumenta cuando se descubre que se trata del Vuelo 19, desaparecido a finales de 1945 en el Triángulo de las Bermudas; que los aviones se encuentran en perfecto estado, prácticamente como nuevos; y que no hay rastro alguno de los tripulantes. Según un anciano que ha sido testigo del suceso, “el sol salió anoche y me cantó”.<br /><br />Centro de Control de Tráfico Aéreo, Indianapolis. El vuelo Air East 31 solicita información acerca del tráfico existente en su zona, ya que ha detectado un objeto luminoso muy extraño aproximándose a gran velocidad. Tras provocar una situación de riesgo de colisión, el objeto desaparece sin dejar rastro. El piloto descarta presentar un informe, confesando que no sabría qué decir en él.<br /><br />Desierto de Gobi, Mongolia. Al igual que el escuadrón del Vuelo 19, ha surgido entre las dunas el S.S. Cotopaxi, un buque desaparecido en 1925 en el Triángulo de las Bermudas.<br /><br />Dharmsala, Norte de la India. Durante la noche, una multitud ha podido escuchar unos sonidos procedentes del cielo. Aparentemente, se trata de una serie de cinco notas musicales.<br /><br />Multitud de sucesos como estos se han venido produciendo durante los últimos días, desbordando a los integrantes del Proyecto Mayflower, una iniciativa del gobierno estadounidense que se encarga de estudiar el fenómeno OVNI con el mayor secreto. Liderados por el ufólogo francés Claude Lacombe, los miembros de Mayflower se desplazan por todo el mundo, investigando las misteriosas apariciones.<br /><br />En Muncie, Indiana, varios lugareños han tenido su tropiezo particular con una serie de extrañas luces. Uno de ellos es Roy Neary, que a partir de ese momento empieza a desarrollar una extraña obsesión con lo que parece una formación rocosa, hasta el punto de ser capaz de representarla en forma de escultura, a pesar de serle totalmente desconocida. Su caso no es único: mucha gente alrededor del mundo está sintiendo el mismo impulso, y al ver en la tele la noticia de un grave accidente ferroviario en Wyoming, descubren que el objeto de su visión no es otro que la Torre del Diablo, situada en dicho estado. A pesar de que el ejército ha clausurado la zona por un supuesto escape de gas tóxico que estaba siendo transportado en el tren, los “contactados” no pueden resistirse y acuden a la zona, donde esperar descubrir qué está pasando. Neary y Jillian, otra vecina de Muncie cuyo hijo ha sido abducido, serán los únicos que logren burlar el cerco militar y alcanzar la cima de la Torre del Diablo, donde les aguarda la experiencia más impactante de sus vidas.<br /><br />El reparto está encabezado por Richard Dreyfuss en el papel de Roy Neary, del que oyó hablar a Spielberg durante el rodaje de “Tiburón”, comenzando desde entonces una campaña de acoso y derribo para conseguirlo. La espera fue larga, ya que sólo lo obtuvo después de la negativa de Steve McQueen, Al Pacino, Jack Nicholson y Gene Hackman. El primero no se consideraba capaz de llorar en pantalla, como requería el guión, el segundo no estaba interesado, el tercero creía que los efectos especiales eclipsarían a cualquier actor, y el cuarto estaba atravesando problemas matrimoniales y no podía concentrarse en el trabajo. Antes de recurrir a Dreyfuss se llegó a negociar con James Caan, pero sus pretensiones económicas eran francamente elevadas.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3605/3386360636_1bd893de57.jpg?v=0"></center><br /><br />En el bando femenino tenemos a Melinda Dillon en el papel de Jillian, y Teri Garr (la ayudante de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/10/cine-el-jovencito-frankenstein.html">“El Jovencito Frankenstein”</a>) interpreta a la sufrida señora Neary. El gran secundario es François Truffaut, uno de los cineastas franceses más respetados, al que Spielberg veía como su Claude Lacombe ideal, aunque tenía muy pocas esperanzas de que aceptara el papel. Razones no le faltaban: el cine intimista de Truffaut chocaba radicalmente con la naturaleza de “Encuentros en la Tercera Fase”, y además el francés sólo actuaba en películas dirigidas por él mismo (de hecho, esta sería la excepción que confirmaría la regla). Así las cosas, la sorpresa y alegría de Spielberg fueron mayúsculas cuando Truffaut se sumó al proyecto.<br /><br />“Encuentros en la Tercera Fase” nos cuenta, a grandes rasgos, el desarrollo de un primer encuentro entre nuestra especie y una civilización alienígena que visita la Tierra en son de paz, y lo hace desde dos puntos de vista: el de una persona corriente, en este caso Roy Neary, cuya vida cambia de la noche a la mañana cuando los alienígenas, en cierto modo, lo eligen; y el científico-gubernamental, representado por el Proyecto Mayflower y el profesor Lacombe. Alternando una trama con otra, Spielberg nos muestra la creciente obsesión de Neary, que le lleva a abandonarlo absolutamente todo (familia incluida) a fin de responder a la llamada, y la minuciosa preparación del encuentro con los alienígenas, coordinada por el equipo de Lacombe. Al final, los acontecimientos se van precipitando de tal modo que los caminos de Neary y Lacombe confluyen en la Torre del Diablo.<br /><br />A pesar de ser claramente una película de ciencia-ficción, Spielberg cultiva mucho la faceta más humana de sus personajes, empezando a mostrar algunos de los vicios que lo han caracterizado durante toda su carrera, como la ruptura familiar, representada por Neary abandonando a su familia, y por la implícita maternidad soltera de Jillian. El hecho de ser hijo de padres divorciados lo marcó profundamente, y esta marca se ha reflejado desde siempre en su cine. El propio Spielberg ha reconocido recientemente que ve el final de la película como uno de sus pecados de juventud, ya que hoy en día no habría permitido que Neary abandonase a su familia para unirse a los alienígenas. Lógicamente, hay una gran diferencia entre ser un joven de treinta años y un sesentón padre de varios hijos.<br /><br />Sin embargo, si lo pensamos con un poco de calma, el objetivo del protagonista no es abandonar a su familia, sino descubrir qué está ocurriendo. Dejar atrás a su mujer e hijos es una consecuencia (durísima, eso sí) de su elección, pero no su deseo. Además, todo el mundo ha pasado por alto una pequeña compensación a la partida de Neary. Me estoy refiriendo al personaje de Jillian, que emprende también el viaje a la Torre del Diablo para intentar recuperar a su hijo, lo que en este caso sí es un objetivo manifiesto. Pero supongo que ser un treintañero soltero y sin hijos me hace ver las cosas de un modo similar al Spielberg de entonces. Seguramente los que seáis padres de familia estaréis pensando que no tengo ni idea de las barbaridades que puedo estar diciendo. En fin, menos mal que es sólo una película.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3591/3385548283_d1b395e795.jpg?v=0"></center><br /><br />En el apartado ci-fi puro y duro, cabe destacar que Spielberg quiso dar un estilo verosímil a la historia, y consultó a varios ufólogos mayormente serios (bastante más que Iker Jiménez, vaya). Uno de ellos fue Joseph Allen Hynek, creador de la clasificación que da título a la película y prólogo a esta crítica, al que podemos ver entre los científicos de la Torre del Diablo (el señor con gafas, perilla y pipa). Asimismo, el personaje de Lacombe se basa en el ufólogo francés Jacques Vallée. No obstante, queda espacio para bromas como la presencia del androide R2-D2 de “La Guerra de las Galaxias” en la superficie de la nave nodriza, o de algunas notas musicales del tema central de “Tiburón” durante el diálogo con la misma.<br /><br />Precisamente la música de John Williams es la gran protagonista del clímax de la película, el tan ansiado encuentro con los extraterrestres. Esta parte de la banda sonora se consideró de enorme importancia, hasta el punto de que fue compuesta y grabada antes del rodaje, y el montaje acomodado al ritmo de la melodía. La secuencia de las cinco notas es mundialmente famosa, y Williams intercaló algunos fragmentos fácilmente reconocibles de “When you wish upon a star” para despedir a la nave nodriza durante su despegue, que coincide con el final de la historia.<br /><br />La idea de la música como método de comunicación surgió como una manera de dotar de mayor humanidad a los alienígenas, dadas las limitaciones existentes para conseguir una apariencia física que no cantase a muñeco. Los extraterrestres pequeñitos son en realidad niñas disfrazadas, filmadas con luz de fondo y algo desenfocadas para difuminar la imagen y disimular sus máscaras. También tuvo que ver la urgencia que Columbia transmitió a Spielberg, obligándolo a adelantar el estreno casi un año (del verano de 1978 al otoño de 1977) ante el inminente riesgo de bancarrota que sufría el estudio. Suprimiendo varias escenas que tenía en mente, el director se adaptó a tan exigente cambio en el plan de trabajo, y la película se convirtió uno de los mayores éxitos del año y saneó las maltrechas cuentas de la Columbia. Meses después, Spielberg pudo rodar las escenas anteriormente sacrificadas y reestrenar la película, pero él mismo reconoció que no aportaban gran cosa a la historia, vistas a posteriori.<br /><br />Treinta años más tarde, “Encuentros en la Tercera Fase” ha envejecido muy bien, sobre todo en lo referente a unos efectos visuales que por aquel entonces eran revolucionarios, hoy en día siguen siendo muy dignos y, por encima de todo, están al servicio del guión y no al contrario. Quien más acusa el paso de los años es Steven Spielberg, pero eso es algo que sucede en las mejores familias y es difícil de evitar. Al menos nos quedan sus grandes películas, en especial las de su juventud, de las que “Encuentros en la Tercera Fase” es una buena muestra.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-252576610072194052009-03-23T05:47:00.002+01:002009-03-23T07:29:05.306+01:00[Cine] Gran Torino<img src="http://farm4.static.flickr.com/3644/3350396104_f9e179ca31.jpg?v=0" align=left>Hace cuatro años, Clint Eastwood se retiró del mundo de la actuación tras regalarnos una joya llamada <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/02/cine-million-dollar-baby.html">“Million Dollar Baby”</a>. Hoy abandona provisionalmente la jubilación para volver a alegrarnos la vista.<br /><br />Walt Kowalski es un veterano de la Guerra de Corea, jubilado de la Ford y eterno cascarrabias que acaba de enviudar. Con el fallecimiento de su esposa, pocos motivos de alegría le quedan: sus hijos intentan ingresarlo en una residencia para heredar la casa familiar, sus nietos pasan olímpicamente de él (salvo la mayor, que intenta convencerlo torpemente para que le deje en herencia su coche), su salud es cada día más delicada y, para colmo, el vecindario se está llenando de inmigrantes asiáticos.<br /><br />Así las cosas, los únicos placeres que se permite son la compañía de su perra Daisy y el cuidado de su coche, un Ford Gran Torino del 72. El resto del tiempo lo emplea odiando al resto del mundo, en especial a los vecinos, y a sí mismo más que a nadie, hasta que una noche sorprende al hijo de su vecina intentando robar su Gran Torino. Contra todo pronóstico, este suceso le brindará a Walt una última oportunidad de reconciliarse con la vida, y sobre todo de perdonarse a sí mismo.<br /><br />La película esta protagonizada por Clint Eastwood en el papel de Walt Kowalski, rodeado por actores aficionados escogidos a propósito, con alguna licencia para improvisar. Desde la silla de director, en la que morirá con las botas puestas (esperemos que dentro de muchos años y todavía más películas), Eastwood nos regala otro de sus personajes derrotados por la realidad de la vida, continuamente amargados:<br /><br /><i>- Estuve casi tres años en Corea. Pegábamos tiros, apuñalábamos con bayonetas, matábamos a críos de diecisiete años a palazos… Cosas que recordaré hasta el día que me muera. Cosas horribles, pero con las que tengo que vivir.</i><br /><br />“Gran Torino” es, en definitiva, la historia de un hombre que consigue una inesperada redención de última hora, venciendo sus prejuicios gracias a las personas a las que más creía odiar, y pasando de ser temido por todos a integrarse con sus nuevos vecinos, formando prácticamente parte de la familia. Tomando a su vecino bajo su tutela, intentará convertirlo en alguien de provecho, evitando que se una a una banda del vecindario.<br /><br /><i>- ¿Qué tal, Martin? Capullo italiano zumbado…<br />- Tacaño cabrón… Tenías que venir hoy. Ya decía yo que me iba muy bien el día.<br />- ¿Y eso? ¿Qué has hecho? ¿Has timado a un pobre ciego? ¿Le has dado mal el cambio?<br />- ¿Quién es el japo?<br />- Ah, es un mariquita vecino mío. Quiero ver si lo hago un hombre.</i><br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3639/3350396556_73ed32658d.jpg?v=0"></center><br /><br />Rehuyendo la inevitable comparación con “Million Dollar Baby” (por mucho que se intente, no se puede mejorar lo perfecto), “Gran Torino” se revela como otra excelente película, en esta ocasión totalmente centrada en el protagonista y en sus relaciones con los demás, en especial el vecino y el joven sacerdote del barrio (un personaje algo intermitente, pero antagonista necesario de Kowalski para algunas escenas fundamentales). El único pero es el deficiente doblaje de varios personajes, en especial los asiáticos, que desentonan completamente con Constantino Romero (como siempre, estupendo) y con la calidad general de la película.<br /><br />Ello no empaña el nuevo éxito de Clint Eastwood, que a punto de cumplir 79 años sigue conservando las ganas y el gusto por el buen cine, y compartiéndolos con todos nosotros.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-27966379105237843582009-03-16T06:58:00.001+01:002009-03-16T07:44:43.314+01:00[Cine] Watchmen<i>Nosotros, en este país, en esta generación, somos, por destino más que por elección, los vigilantes de la libertad mundial.</i><br /><br />Extracto del discurso que JFK iba a pronunciar en Dallas el 22 de noviembre de 1963<br /><br /><br /><i>Quis custodiet ipsos custodes?<br />(¿Quién vigila a los vigilantes?)</i><br /><br />Sátira VI, Juvenal, siglo II<br /><br /><br />1985. Nos encontramos al borde de la III Guerra Mundial. La tensión entre los Estados Unidos y la Unión Soviética ha alcanzado su punto álgido, en gran parte por la agresiva política exterior del presidente Nixon, y todo el mundo cree que la contienda es algo inevitable.<br /><br />Sí, Nixon. Nuestra historia es una ucronía cuyo punto de inflexión se sitúa en 1959, cuando un accidente ocurrido en unos laboratorios militares transforma al científico Jonathan Osterman en el Dr. Manhattan, cuyos superpoderes incluyen la capacidad de reestructurar la materia a nivel atómico, la teleportación, una ligera clarividencia y creerse el pitufo nudista. Gracias a él, los Estados Unidos ganaron fácilmente la guerra del Vietnam, y la balanza mundial de poder quedó claramente inclinada hacia su lado, lo que permitió a Richard Nixon gozar de unos índices de popularidad sin precedentes, hasta el punto de poder revocar la limitación de mandatos presidenciales y ocupar la Casa Blanca en un tercer y cuarto mandatos. ¿Que qué fue de Woodward y Bernstein? Al parecer, Nixon hizo que los asesinaran, así que el asunto del Watergate no llegó a trascender a la opinión pública. <br /><br />En este mundo alternativo destaca la figura de los vigilantes, justicieros enmascarados que en el momento de la acción van por su segunda generación: Búho Nocturno, el Dr. Manhattan, Laurie Juspeczyk, Rorschach y Ozymandias. Llama la atención el hecho de que ninguno de ellos posee superpoderes (a excepción del Dr. Manhattan), y de que en el año 1977 fueron obligados a retirarse o trabajar para el Gobierno, en virtud de la aprobación del denominado Acta de Keene. Sin embargo, vuelven a reunirse cuando el Comediante, uno de los vigilantes de la primera generación, es asesinado.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3398/3335508851_6e904fa0c5.jpg?v=0" align=left>Este es el escenario en el que se ambienta “Watchmen”, la novela gráfica de Alan Moore (insisto, <a href="http://farm4.static.flickr.com/3650/3335506773_2a2a84dc54.jpg?v=0">el tío da verdadero miedo</a>) y Dave Gibbons, ganadora en 1988 del Premio Hugo, que viene a ser algo así como el Nobel de la literatura de ciencia-ficción. Al comité le sentó bastante mal que un cómic ganase el premio, y cambió las normas para evitar que semejante hecho se volviera a producir. Para entonces ya era tarde, porque la crítica se había deshecho en elogios, al igual que los rivales de DC Comics (con Marvel a la cabeza, que no ahorró un solo aplauso para la “Distinguida Competencia”). Por su parte, los frikis habían empezado a referirse a “Watchmen” como “<a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2004/12/esdla-la-comunidad-del-anillo.html">’El Señor de los Anillos’</a> del mundo del cómic”.<br /><br />“Watchmen” es una desmitificación absoluta de la figura del superhéroe tradicional, narrada con un estilo muy innovador en su día, ya que recurre a métodos claramente cinematográficos (como los flashbacks), en detrimento de herramientas clásicas de los cómics, como las onomatopeyas o los bocadillos de pensamiento. Alan Moore se aproxima a sus personajes intentando potenciar su vertiente más humana (y por lo tanto más frágil), en un mundo que se desmorona por momentos. De este modo, el autor plasma en su obra temas tan dispares como el fin de la civilización (al menos, tal como la conocemos), las teorías de la conspiración, la autoridad, la megalomanía, el maniqueísmo, el determinismo, la lógica (por aplastante, dura e injusta que ésta resulte) y, por último, la moral. Cada uno de los vigilantes enfoca la situación de manera distinta, en función de sus principios, sus intereses y sus expectativas, lo que permite a Moore reflexionar sobre todo ello.<br /><br />No se puede negar la tremenda influencia de “Watchmen” en el mundo del cómic, ya que después de su publicación empezaron a surgir historias de temática y estética sombrías, algunas de ellas protagonizadas por personajes ya clásicos. Sirva de muestra el Batman de “El Señor de la Noche”, guionizado por Frank Miller, el mismo de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/08/cine-sin-city.html">“Sin City”</a> y <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2007/03/cine-historia-300.html">“300”</a>. El ejemplo más reciente lo tenemos con Marvel y su saga Civil War, en la que los superhéroes deben registrarse y abstenerse de hacer uso de sus dones, a no ser que trabajen para el Gobierno, recordando enormemente al ya mencionado Acta de Keene. Una premisa parecida sirve también de base para la primera película de la saga <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/05/cine-x-men-3-la-decisin-final.html">“X-Men”</a>. Y ya que nos metemos en el mundo del cine, tendremos que hablar de la largamente esperada aunque inevitable adaptación cinematográfica de “Watchmen”.<br /><br />El proyecto para llevar “Watchmen” a la pantalla se inicia en 2001, por obra y gracia de la Universal, a la que la Warner, poseedora de los derechos para el rodaje de cualquier adaptación de DC Comics, cede semejante honor. El primer ocupante de la silla de director es Terry Gilliam, con el que se baraja vagamente la idea de rodar una miniserie de televisión. Sea como fuere, Universal pierde interés y la Sony, a través de su filial Revolution Studios, toma el relevo. Ya ha quedado claro que se rodará una película para la gran pantalla, y empiezan a sonar nombres de actores como Sigourney Weaver y Daniel Craig, tras haber sustituido a Terry Gilliam por Darren Aronofsky. El proyecto se vuelve a trabar, Aronofsky pide la cuenta, y la Paramount recoge el testigo de Sony. Paul Greengrass, el director de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/10/cine-world-trade-center-vs-united-93.html">“United 93”</A>, coge el toro por los cuernos, y alguien menciona el nombre de Jude Law para el papel de Ozymandias. Estamos en 2005 ya, y la Paramount se para a echar cuentas. Uffffff… Mira, que no, que no seguimos adelante. “Mu” caro. Paul Greengrass dimite, y nos plantamos en 2006. La Fox entra en escena, pero se raja enseguida.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3639/3336342732_6f04eb42cc.jpg?v=0"></center><br /><br />Cinco años y un párrafo después, los derechos regresan a la Warner (vivir para ver), que decide esperar al estreno de “V de Vendetta” para evaluar si debe o no embarcarse en el rodaje de “Watchmen”. Tras el éxito de la película, la prioridad es encontrar un nuevo director, labor en la que invierten otro año para decidirse finalmente por Zack Snyder, artífice de uno de los mayores éxitos de 2007 con “300” (de hecho, Snyder “coló” una prueba de imagen del vigilante Rorschach en uno de los trailers de esta película). El rodaje comienza por fin en el segundo semestre de ese mismo año, para concluir a principios de 2008 y dar paso al proceso de post-producción, que dura aproximadamente un año, durante el que se nos ha ido abriendo el apetito con una serie de trailers bastante esperanzadores. Ahora estamos en 2009 y, tras ocho años de laberinto y un pleito de última hora Fox vs. Warner resuelto en los despachos, “Watchmen” llega por fin a nuestras pantallas.<br /><br />El reparto está compuesto por Malin Akerman, Billy Crudup, Matthew Goode, Jackie Earl Haley, Jefrrey Dean Morgan y Patrick Wilson en los papeles de Laurie Juspeczyk, Dr. Manhattan, Ozymandias, Rorschach, el Comediante y el Búho Nocturno. En un papel secundario, como madre de Laurie, podemos ver a Carla Gugino. Dirige Zack Snyder, el mismo de “300”.<br /><br />En esta sección hemos hablado más de una vez del rechazo perenne que muestra Alan Moore hacia todas las adaptaciones cinematográficas de sus obras. Viendo las más vulgares, “La Liga de los Hombres Extraordinarios” y “Desde el Infierno”, uno tiende a comprenderle. <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/02/cine-constantine.html">“Constantine”</a> es una película normalita, así que ni suma ni resta, y <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/04/cine-historia-v-de-vendetta.html">“V de Vendetta”</a> es una adaptación fiel hasta cierto punto, pero una excelente película, así que llegados a este punto dejamos de hacerle mucho caso al autor.<br /><br />Sin embargo, “Watchmen” supera a todas las anteriores con holgura, siendo la más fiel adaptación de las obras de Moore, y una de las más fieles de la historia del cine, a la altura de “Sin City” o “300”. Bien es cierto que, a pesar de las dos horas y media largas de película, no queda más remedio que meter la tijera por algún lado, de modo que algunas subtramas se aligeran bastante, como la relación entre Laurie y su madre, o la del psiquiatra que estudia el caso de Rorschach. También se queda fuera el relato metaficticio del Navío Negro, y se altera ligeramente el final del cómic, pero hay aportaciones muy interesantes, como la estupenda secuencia de los créditos iniciales, o el acertado uso de canciones míticas, como “Unforgettable”, “The times they are a-chagin’”, “The sound of silence” y “All along the watchtower”.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3321/3336342546_283d57b2f6.jpg?v=0"></center><br /><br />Tanto esmero en la recreación del cómic puede pasar factura a algunos espectadores, sobre todo a aquellos que no hayan leído la historia original, quedando despistados ante la continua sucesión de hechos y flashbacks (a veces con un uso posiblemente abusivo de la cámara lenta), pero no por ello van a tener la sensación de encontrarse ante una mala película. De hecho, el trabajo de Jackie Earl Haley en el papel de Rorschach es impresionante, aunque gran parte de culpa le corresponde al perfecto doblaje de Salvador Aldeguer (el Murdock de “El Equipo A”), ya que el actor oculta su rostro tras una inquietante máscara que parece tener vida propia.<br /><br />En resumen, estamos ante una de las películas más esperadas de la temporada, que para variar (¡por fin!) responde a las expectativas creadas y sigue la senda abierta el verano pasado por <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/09/cine-el-caballero-oscuro.html">“El Caballero Oscuro”</A>, demostrando que, digan lo que digan, se puede hacer cine comercial de calidad.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-1222414147573845092009-03-09T07:40:00.002+01:002009-03-09T07:49:47.855+01:00[Cine] El TrenUno de los episodios históricos que más avergüenza a los franceses es la ocupación alemana de su país durante la Segunda Guerra Mundial, después de una rápida derrota en su propio terreno. Su dolor se incrementa si hablamos del colaboracionismo del gobierno de Vichy, o de la testimonial participación de las tropas de la “Francia Libre” en el desarrollo de la contienda, a las que cierto oportunista llamado De Gaulle afirmaba dirigir sin moverse de su despacho en el exilio. El único papel digno de reconocimiento fue el del movimiento de resistencia, cuyos miembros hostigaban constantemente al invasor.<br /><br />Tras el desembarco de Normandía, y en vísperas de la liberación de París, los aliados estaban casi más preocupados por no tener que soportar las rabietas de De Gaulle que por perseguir a los alemanes en su retirada, motivo por el cual tuvieron gestos como permitir que una división francesa (la del general Leclerc, compuesta mayoritariamente por republicanos españoles exiliados) fuera la primera en entrar en la ciudad. En cuanto le confirmaron que no había riesgo, De Gaulle corrió a hacerse la foto.<br /><br />Mientras se preparaban todos estos acontecimientos, los nazis desvalijaron los museos parisinos, despojándolos de sus obras de arte más importantes, que fueron embarcadas en un tren con destino a Alemania. En una última misión, los ferroviarios franceses que formaban parte de la resistencia hicieron que el viaje del tren discurriese en círculos alrededor de París, hasta que los aliados llegaron a la ciudad. La película de la que hablamos hoy se basa en la historia de este tren.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3012/2738803102_0f384c854c.jpg?v=0" align=left>“El Tren” comienza en esos últimos días de la ocupación alemana, cuando un coronel alemán, fanático del arte, ordena el traslado de una selección de las mejores pinturas conservadas en los museos de París, motivo por el que solicita a sus superiores la asignación de un tren que las transporte hasta Alemania. A petición de la encargada del museo, el inspector ferroviario Labiche y sus hombres intentarán retener el tren en suelo francés hasta que se produzca la liberación de la capital, ya que la llegada de los aliados es cuestión de días.<br /><br />El reparto está encabezado por Burt Lancaster en el papel de Labiche. Junto a él podemos ver al recientemente fallecido Paul Scofield, dos años antes de ganar el Oscar por “Un Hombre para la Eternidad”, que interpreta al coronel von Waldheim. Dirige John Frankenheimer, escogido personalmente por Burt Lancaster después de trabajar con él en <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2009/01/cine-siete-das-de-mayo.html">“Siete Días de Mayo”</a>.<br /><br />Aunque “El Tren” es fundamentalmente una película de acción, plantea una cuestión de fondo claramente trascendental: tanto esfuerzo, tanto sacrifico y tanta muerte… ¿por unas pinturas? Ya en las primeras escenas, von Waldheim tiene que enfrentarse a sus superiores, que no comparten su entusiasmo por el arte, y rebajarse a jugar la baza del dinero que valen los cuadros (lo que para un apasionado del arte es prácticamente un pecado) para convencer a su general de que firme la autorización del transporte. <br /><br />Paradójicamente, la única persona que comparte su pasión y le comprende de verdad es la encargada del museo, causante de sus desgracias al provocar la intervención de la resistencia, que tampoco ve con buenos ojos correr semejante riesgo por unos simples cuadros. Como se puede ver, hay un claro paralelismo entre estas dos situaciones. Por su parte, Londres pide que se haga lo posible por salvar los cuadros, dentro de su campaña diplomática-mediática con De Gaulle, pero tampoco lo considera obligatorio, seguramente porque tampoco entiende a los dos amantes del arte, y porque en una guerra las cuestiones que priman son aquellas de índole puramente militar. Lo primero es bombardear los trenes de suministro, y luego ya habrá tiempo de jugar con acuarelas. Llegado el momento, von Waldheim se despacha a gusto con todos aquellos que no le comprenden, el mundo en general y Labiche en particular:<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3238/2738802896_17dcfd6385.jpg?v=0"></center><br /><br /><i>- Aquí tiene su premio, Labiche. Algunas de las mejores pinturas del mundo. ¿Está satisfecho, Labiche? No siente ninguna emoción al estar cerca de ellas. Un buen cuadro significa para usted lo mismo que un collar de perlas para un mono. Le ha acompañado la suerte. Me ha vencido sin saber qué estaba haciendo ni por qué. No es usted nada, Labiche. Un simple bruto.</i><br /><br />Con todo, “El Tren” se revela como un excelente espectáculo de intriga y acción, con David y Goliat peleando por la posesión del “orgullo de Francia”, en una operación ficticia carente de valor militar a corto plazo, pero con una repercusión económica tremenda. Si los alemanes hubieran tenido éxito, seguramente estas obras formarían hoy parte de colecciones privadas clandestinas (como si eso no pasara ahora), y el III Reich habría contado con varios cientos de millones de marcos adicionales en sus arcas, con los que financiar una prolongación de las hostilidades y la posterior huida de varios jerarcas nazis. ¿Habría merecido esto el sacrificio de varios ciudadanos franceses? La realidad no fue ni mucho menos tan dramática como la historia que se narra en la película, pero la pregunta no deja de ser buena.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-31330144715967444192009-03-06T07:18:00.002+01:002009-03-06T07:22:32.999+01:00[VASCO] Aupa Athletic<strong>AUPA ATHLETIC!!! ESTAMOS EN LA FINAL!!! ENHORABUENA Y SOBRE TODO MUCHISIMAS GRACIAS</strong><br /><br />Dedicado a Del Nido:<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3389/3332724102_430535e347.jpg?v=0"></center><br /><br />En Euskadi ya sabéis que <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/11/vasco-primera-toma-de-contacto-con.html">no se folla</a> pero seguramente el miércoles más de uno y de una supo lo que es el orgasmo:<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3634/3331887945_8c7f734647.jpg?v=0"></center> <br /><br />Y está dedicada a nuestra bendita afición, porque ellos también han sido participes de este sueño. Y ahora, a disfrutar de la final!!!<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3390/3331887895_3179513841.jpg?v=0"></center><br /><br />© txefasJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-12129535466349127972009-03-05T07:45:00.003+01:002009-03-05T08:17:34.142+01:00[BPR] Prólogos - Aldebarán<i>En los cristales de puertas y ventanas, en los espejos de los lavabos, en la superficie de las mesitas, en la moqueta del suelo, con lápiz labial, con bolígrafo, con rotulador, con chocolate, muchas manos, ancianas, maduras, infantiles, han escrito la palabra Aldebarán. (José María Merino)</i><br /><br /><br /><b>Aldebarán</b><br /><br />Mi nombre es Apollon. Sé que es un nombre exagerado como mi padre, enorme y pendenciero, que es quien insistió en que así me llamara. Mi madre cedió, como en muchas otras cosas, aunque el nombre no le agradara. Siempre consentía a desgana y cuando mi padre le daba la espalda decía en voz muy baja: como tú quieras, amor. Ni siquiera opuso fuerzas a la muerte cuando vino a por ella, después de un resfriado mal curado. De mi padre nada más supe. Nunca logré preguntarle por qué me llamó Apollon.<br /><br />Hay pocos detalles que recuerde de entonces, de la casa en la que vivíamos o de ellos. Ni si esta obsesión de ahora por el arroz y la comida china tiene algo que ver con el pasado. Quizá sean las pastillas, las que me hacen comportarme de este modo. Pienso que deben ser las azules. No creo que sean las otras, las blancas o las grises. Debería preguntárselo a los médicos. Aunque sea uno de los pocos caprichos que me conceden en el sanatorio y pueda perderlo si piensan que el arroz o la comida china me sientan mal. No se lo diré. No pueden permitirse otra muerte más. <br />Los otros caprichos son sencillos, una pequeña nevera y un televisor en blanco y negro. Detesto el color, aunque antes me fascinaba. En la nevera guardo la comida china. Sólo la tomo cuando está fría, y la salsa, antes líquida, se ha convertido en gelatina. No soporto la comida caliente. Es una manía como otra cualquiera y dudo que esto me convierta en un bicho raro. Algunos piensan que lo soy. Que lo hagan si quieren. Del televisor poco tengo que decir, si acaso que me ayuda a concentrarme y que no soy capaz de cortarme las uñas de los pies si no lo tengo encendido. No creo que los médicos toquen nada de esto. Es lo que me mantiene vivo.<br /><br />Dicen que la vejez ya me alcanzó, pero yo me siento como siempre. Nada ha cambiado desde la última vez que vi a June, en la isla, y dio por zanjada nuestra relación. Entonces me gustaban los colores. Sobre todo los del bosque en otoño. Sigo en aquel día como si de un único surco de vinilo se tratara. Un vinilo que resuena de manera continua dentro de mi cabeza, igual que el zumbido de la nevera o el extraño sonido que sale del televisor y que intento una y otra vez descifrar mientras me corto las uñas de los pies. <br /><br />Quizá mañana vuelva a intentarlo, me digo al irme a la cama. Lo repito todas las noches. Pero por las mañanas, lo he olvidado todo. Será por las pastillas, las azules, no las blancas o las grises.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3365/3328443737_851ff67de0.jpg?v=0"></center><br /><br />La última vez que lo intenté fue en febrero. Había nevado, pero no me importó. Me abrigué bien, dos pantalones, dos camisetas y un jersey grueso de lana, me puse el gorro de orejeras y unas buenas botas de montaña. Desayuné un gran tazón de arroz con salsa de soja y pepinillos. Salí temprano, casi de madrugada, pues se tardaba unas horas en llegar, y más si el camino estaba nevado. Primero tuve que alejarme del pueblo, dejar atrás el cementerio donde está mamá, y seguir el camino que bordea el río en dirección a la montaña. Tras media hora de caminata, abandoné el cauce y me adentré en el bosque. Un bosque frondoso, lleno de arbustos y rodeado de pinos. Continué por un pequeño sendero que hacía zigzag entre la espesura hasta escuchar la música. Luego sólo tuve que seguir su rastro, el del violín. El sonido te guía hasta el centro del bosque, donde los pinos se retiran y se forma una hermosa isla de hierba verde, no muy alta. Pero aquel día todo estaba cubierto por la nieve, no se veía ni una brizna de hierba. June no había llegado aún. Esperé un buen rato. Unos extraños pájaros negros volaron muy cerca de donde yo estaba. Emitieron un agudo sonido mientras daban un giro pronunciado y se perdían tras la montaña. June no vendría hoy. Regresé cansado, auque no me daba por vencido. Volvería a intentarlo.<br /><br />Esta mañana me he levantado con el recuerdo exacto de lo que pensé anoche. Quizá sea una señal. Me he mirado en el espejo, antes de salir, y por fin me he reconocido. Ni rastro de ese otro rostro envejecido que me ha devuelto la mirada todos estos años. He caminado más ligero que nunca. Hoy no está nevando. El sol está ya alto y el cielo limpio de nubes. Me ha costado escuchar la música. Sonaba más lejana, como si algo la impidiera llegar a mí. He llegado a la isla, pero no he podido acceder a ella. Un grueso muro de piedra la circunvala ahora y no hay ninguna puerta que me permita entrar. Me he subido a uno de los jóvenes pinos, cerca del muro de piedra, y desde allí he podido ver la isla de hierba agostada. Y también una sencilla casa en el centro, rodeada de gravilla. Puedo observarla bien, pues no estoy demasiado lejos. Es una casa blanca, con una sola puerta y una ventana de color añil. He permanecido encima del árbol mucho tiempo. Tengo las piernas entumecidas y el sol ha desaparecido tras las moradas montañas. Creo que hay alguien dentro de la casa, pues se ve el humo saliendo por la chimenea. No me muevo, no puedo o no quiero. La noche cae completamente y entonces se observa una sombra reflejada en la ventana. Es la sombra de una mujer. Permanece largo tiempo junto a la ventana. Sin duda, espera a alguien. Tiene el reflejo del fuego en sus ojos. Acerca el rostro al cristal de la ventana y se forma sobre él una tenue capa de vaho. Un dedo nacarado comienza a trazar despacio unos signos sobre la superficie. Todos ellos juntos forman una palabra. Una extraña palabra que se repite insistente sobre la ventana como si fuera un mensaje apremiante. La palabra que leo una y otra vez es Aldebarán.<br /><br />Es de noche. La casa ha desaparecido. Sólo se intuye el grueso muro que la circunvala. Ahora sé que puedo bajarme del árbol y regresar al sanatorio. Y que no es necesario que vuelva mañana a la isla, ni pasado ni al otro día tampoco. No tengo porque volver más, pues ya he llegado a mi destino.<br /><br />© Aarón Pérez-Bolívar(texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-60868500346113808272009-03-01T00:02:00.000+01:002009-03-01T22:44:42.987+01:00[Cine] Slumdog Millionaire<i>Jamal Malik está a una pregunta de ganar 20 millones de rupias. ¿Cómo lo ha logrado?<br /><br />A: Ha hecho trampa<br />B: Tiene suerte<br />C: Es un genio<br />D: Estaba escrito</i><br /><br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3562/3309411691_8fb70a74ef.jpg?v=0" align=left>Este año, nuestra cobertura de los premios Oscar se reduce a la crítica de la flamante ganadora, “Slumdog Millionaire” (algo así como “chabolista millonario”), una de las sorpresas más agradables del año y gran triunfadora de la gala.<br /><br />Con casi mil cien millones de habitantes, la India es el segundo país más poblado del planeta, y una de las mayores amalgamas culturales y religiosas que existen. Gran parte de la población vive en la más absoluta pobreza y hacinamiento, especialmente en las grandes ciudades, donde existen vastísimas barriadas de chabolas.<br /><br />En Bombay se encuentra Jamal Malik, un joven huérfano musulmán que participa como concursante en la versión hindú de “¿Quién quiere ser millonario?”. Contra todo pronóstico, Jamal ha conseguido llegar a la última pregunta, optando a un premio de 20 millones de rupias (casi 300.000 euros al cambio actual). Dada su nula formación académica, las sospechas de fraude no tardan en aflorar, y Jamal da con sus huesos en comisaría:<br /><br /><i>- Catedráticos, abogados, médicos, tipos con conocimientos... Nunca pasan de las 60.000 rupias. Él va por diez millones. ¿Cómo cojones un don nadie puede saber más?<br />- Las respuestas. Sabía las respuestas.</i><br /><br />A lo largo del interrogatorio, Jamal repasa su corta pero intensa vida, narrando las distintas experiencias y situaciones que, a modo de carambola, le han llevado a conocer las respuestas a todas las preguntas que el Carlos Sobera indio ha ido formulando a medida que avanzaba el concurso: la difícil relación con su hermano, los delitos que ha tenido que cometer para sobrevivir, y sobre todo el amor perdido.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3651/3309409247_71c6d58363.jpg?v=0"></center><br /><br />La película está protagonizada por Dev Patel, británico de origen hindú, en su primera incursión en la pantalla grande, y Freida Pinto, una de las grandes bellezas de Bollywood, que ya ha firmado su participación en la próxima película de Woody Allen. El guión de Simon Beaufoy se basa ligeramente en la novela “Q & A”, del diplomático indio Vikas Swarup. Dirige Danny Boyle, el mismo de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/07/cine-trainspotting.html">“Trainspotting”</a>, al que teníamos intención de no perdonar jamás el haber perpetrado “La Playa”, pero ahora mismo nos lo estamos pensando.<br /><br />“Slumdog Millionaire” es una de esas películas que de vez en cuando nos sorprende con su perfecta sencillez, una simpática historia que tiene absolutamente de todo pero que, sin embargo, resulta muy ligera y agradable para el espectador. Ello explica la gran acogida que ha tenido por parte de crítica y público, y su triunfo absoluto en la gala de los Oscar, con ocho estatuillas: película, director, guión adaptado, banda sonora, canción original, edición de sonido, montaje y fotografía.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3470/3310238202_94848db5d8.jpg?v=0"></Center><br /><br />No obstante, tan amplia victoria puede jugar en su contra a corto plazo, elevando en exceso las expectativas del público que aún no ha visto la película. Es un riesgo que aparece en este tipo de situaciones, por lo que si no estáis muy convencidos os recomiendo que esperéis a que se disipe la nube post-Oscar, o a que le deis una segunda oportunidad en caso de que la veáis y resultéis algo decepcionados, porque probablemente es la justa vencedora.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-30861313914575063332009-02-28T16:37:00.010+01:002009-03-01T13:05:45.350+01:00[Blog] De Compras por el CentroEsta mañana volví al centro de Santander con el objetivo de comprar un regalo a mi novia. Sabía lo que quería y cómo lo quería... pero no dónde encontrarlo. Hacía muuuuucho tiempo que no callejeaba por allí... y madre mía cómo ha cambiado!!!!!<br /><br />Llegué muy pronto, a eso de las 9:30 y lo único que encontré fueron suramericanos, negros, mendigos, putas y borrachos. Incluso alguna que lo tenía todo: puta, negra, borracha y pidiendo dinero para su chulo suramericano... <br /><br />Después de semejante panorama y sin haber desayunado, opté por entrar en el café que hay al lado de uno de los supermercados del centro, en el que la gente ya hacía cola para comprar, ¿¿¿pero no estamos en crisis??? También estaba por allí una viejecilla que andaba de un lado para otro con un minicarro de la compra que supongo que se la conozca como "la loca del carro" o algo así. <br /><br />Cogí un café con leche grande para llevar porque sabía que iba a ser una mañana de mucho andar y me agobia tomarme algo o comer solo por ahí...<br /> <br />Recordaba una tienda en el centro que tiene otra "sede" en el Sardinero: La Rústica. Lo que no recordaba era su ubicación en el centro, bueno miento, no sé por qué extraña perturbación de mi mente tenía asociado que estaba cerca del puerto, así que me tiré mis 15 minutos tranquilamente en ir hasta allí y comprobar que la tienda que yo pensaba que era no estaba!! Pues nada, otra vuelta absurda hacia más o menos el punto de partida, caminando entre mendigos, negros, suramericanos y bohemios soñadores atados con bufandas haga frío o calor (y eso que no me encontré con el de las <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/02/blackie-project-revisited.html">Vísceras Industriales</a>)... Las putas se ve que o ya estaban descansando a esas horas o igual estaban con los borrachos, pero para el caso...<br /><br />Después de otra hora y media de andar en círculos, entrando en tiendas que no sabía ni que existían y en otras en las que yo creo que estuve varias veces (es que joder, no lo ponen nada fácil porque hay algunas que tienen entrada por dos calles distintas) conseguí encontrar La Rústica del centro... pero oohohoh estaba cerrada por reforma!!!! Genial!!! <br /><br />En ese momento todas las perfumerías de las que había estado huyendo desde primera hora me empezaron a susurrar: "no sigas dando vueltas, vete a lo seguro, compra un colonia y no te compliques". Además ya me había salido una preciosa ampolla por donde Aquiles tenía la flecha... Pero justo cuando me dirigía a coger el tester del "She de Emporio Armani" me acordé de la tienda de la que me había hablado mi Meñique (a quien aprovecho para dedicar este artículo). Y vi la luz... no porque en esa tienda encontrase lo que buscaba, sino porque lo hallé en la tienda de al lado. Bueno, en realidad no era justo lo que buscaba, pero después de dos horas y pico dando vueltas sin sentido como un pollo sin cabeza me pasó como cuando estás ya de madrugada y bebido, que ya te parece guapa/guapo hasta la/el del bigote...jojo.<br /><br />Luego fui a una óptica y me dió por probar mi teoría de que cuando dices que tienes "pareja" en lugar de decir novio o novia es porque eres homosexual, o hay unas altas probabilidades de ello. Así que ni corto ni perezoso le dije al dependiente que quería mirar unas gafas de sol para mi "pareja"... Lo primero que me preguntó... es ¿hombre o mujer? y eso que yo no tengo precisamente pintas de "lila" como diría mi amigo el <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/11/vasco-un-vasco-vino-cantabria.html">Vasco</a> ...jojo. En este caso sí que me quedé realmente satisfecho con la compra, primera óptica en la que entro y un modelo que me gusta y que creo que le va a encantar a mi pareja, digo a mi novia...jajaja!! Eso sí, a estas alturas de la película ya estaba en un Centro Comercial... y es que yo creo que muchos ya somos carne de ellos y no de Centro de Ciudad... <br /><br />Bueno, nada más por hoy, un saludo a todos, y si queréis un consejo, no vayáis nunca solos de compras... y menos al Centro de la Ciudad si ya sois CentroComercianos como yo...jeje. <br /><br />PD: "Little Finger", la próxima vez te llamo, nos tomamos un café tranquilamente y luego de compras. Y si algún día quieres que te acompañe yo a tí, encantado!!! Muchas Gracias por todo!!! ;-)<br /><br />© JeSúSJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-67146190187959735582009-02-26T07:53:00.004+01:002009-02-26T17:46:03.332+01:00[BPR] Vísceras - Entrega XXIII<b>Denver y June (XI)</b><br /><br />Se juraron que morirían juntos. Claro que la playa y el sol del mediodía animaban a esas manifestaciones categóricas. Pero cuando se lo dijeron parecía que no había nada más sobre la faz de la tierra. A lo lejos unos perros hacían hoyos en la arena de una playa que gritaba su nombre y se perdían sus palabras en la costa. June no era amiga de atarse para siempre y mucho menos de achacar los juramentos a despistes de verano. Denver sin embargo sostenía las manos de ella igual que la banda sonora de otros tiempos mantiene alerta la memoria. Si se miraron a los ojos nadie lo supo, ni siquiera ellos. Se juraron que morirían juntos en el mismo momento en que dejaron de besarse.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3564/3309879692_608d2ebea9.jpg"></center><br /><br /><b>Horizonte Ceniza (X)</b><br /><br />Cuando te sientas cerca a las vías del tren, comprenderás que el viaje no acaba aquí, que siempre está empezando.<br /><br />© Fernando Llorente (texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-58206419386706064122009-02-23T07:35:00.002+01:002009-02-23T07:41:58.988+01:00[CINE] La Chaqueta MetálicaDentro del género bélico, la Guerra del Vietnam ha supuesto un auténtico filón para el cine estadounidense, que ha intentado durante décadas utilizar la pantalla para obtener una victoria moral, ya que en el campo de batalla no pudo ser.<br /><br />Durante los años 60 y 70, la contienda generó una gran controversia en el seno de la sociedad yanqui. A raíz del sistema de reclutamiento, descaradamente clasista (recuérdese la estupenda canción “Fortunate Son”, de Creedence Clearwater Revival), y del conocimiento público de algunas atrocidades cometidas por el ejército estadounidense, se creó un creciente clima de rechazo, con continuas movilizaciones en contra de la guerra, en ocasiones encabezadas por veteranos que habían combatido en primera línea y habían vivido los horrores del Nam. Básicamente, los estadounidenses exigían que se les explicara qué se les había perdido en un país tan lejano, y por qué sus hijos tenían que ir allí a luchar y a morir.<br /><br />En pleno Ecuador de la Guerra Fría, uno de los platos de la balanza sostenía la ya tradicional lucha contra el comunismo, pero en el otro empezaban a acumularse las vidas de muchos miles de jóvenes. Si a esto le sumamos que la guerra se complicaba cada vez más y los Estados Unidos veían acercarse su primera derrota militar, años después de un “empate” en Corea, la cuenta estaba hecha. Entre perder y morir o sólo perder, los padres yanquis escogieron sólo perder, y tener a sus hijos de vuelta en casa.<br /><br />Era sólo cuestión de tiempo que literatura y cine se contagiaran de este espíritu, y los productos propagandísticos dieran paso a otros más críticos con el país, con la guerra e incluso consigo mismos. De este modo, películas como “Los Boinas Verdes” (más famosa por el gazapo final, en el que el sol se pone sobre el este, que por su valor cinematográfico) cayeron en el olvido y dejaron su lugar, aparte de a multitud de historias de catástrofes, a una serie de historias que tuvieron su máximo exponente en “Apocalypse Now”.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3127/3287968778_571c1d9c95.jpg?v=0" align=left>En cuanto a la literatura, empezaron a aparecer libros y novelas que trataban sin tapujos el tema del Vietnam. Una de ellas era “The Short-Timers”, a la que su autor, el marine Gustav Hasford, dio tintes autobiográficos recogiendo parte de sus vivencias en el frente (de hecho, comenzó a escribirla durante su estancia en Vietnam). “Short-timer” es el término que se empleaba para designar a los soldados que esperaban cumplir el tiempo mínimo de servicio (un año, más veinte días adicionales en el caso de los marines) y después regresar a casa.<br /><br />“The Short-Timers” nos cuenta tres episodios de la vida del recluta James T. Davis, apodado “Bufón” por su sargento instructor. El primer relato corresponde precisamente a sus ocho semanas de instrucción en la Isla Parris; el segundo narra algunas de sus aventuras como corresponsal para la revista de los marines; y el tercero relata una misión en la que participa con un antiguo compañero de la Isla Parris. Existe una segunda parte, titulada “The Phantom Blooper”, que consta de otros tres relatos y fue publicada en 1990, a raíz del éxito de la adaptación cinematográfica de “The Short-Timers”. Estamos hablando, por supuesto, de la penúltima película de Stanley Kubrick, “La Chaqueta Metálica”.<br /><br />“La Chupa de Chapa”, como es conocida coloquialmente en España, se divide en dos partes que recogen los sucesos narrados en los tres relatos de “The Short-Timers”. Los primeros tres cuartos de hora se dedican al periodo de instrucción del recluta Bufón, para después trasladarse a un Vietnam en el que Bufón lleva algún tiempo sirviendo como corresponsal de la revista “Barras y Estrellas”:<br /><br /><i>- Ann-Margret y sus acompañantes llegan la semana próxima. Quiero que alguien la reciba en el aeródromo y no se separe de ella en dos o tres días. Rompetechos, te ha tocado.<br />- Muy bien, señor.<br />- A ver si le pillas un buen ángulo. Que no quede muy obvio, pero que se le vea el matojo. Y unas gotitas de rocío.</i><br /><br />Este segundo segmento funde el segundo y tercer relatos de “The Short-Timers”. A pesar del cambio radical entre uno y otro, que permite considerar la película como la suma de dos mediometrajes (como demuestra el hecho de que podrían funcionar perfectamente por separado), lo cierto es que ambos se complementan muy bien, hasta el punto de que ninguno de ellos destaca sobre el otro.<br /><br />La historia de la Isla de Parris se apoya en tres personajes: el sargento Hartman, protagonista indiscutible del segmento; el recluta Leonard “Patoso” Lawrence, un pobre paleto que tiene problemas para asimilar la instrucción y se convierte en el blanco favorito de las iras y putadas del sargento; y Bufón, que hace las veces de testigo y narrador. El objetivo de Hartman no es otro que destruir el espíritu de los jóvenes asignados a su cargo, y convertirlos en máquinas de matar carentes de voluntad que obedezcan sin rechistar las órdenes de sus superiores. Lo cierto es que el cabrón es bueno en su trabajo, y sus métodos pueden llegar a resultar, además de impresionantes, graciosos para el espectador. Al menos hasta que llevan a Patoso a perder la cordura, matar a Hartman y suicidarse después.<br /><br />El servicio de Bufón en Vietnam coincide con la Ofensiva del Tet, la operación planeada por el gobierno de Vietnam del Norte que sorprendió a la coalición del Sur y cambió el sentido de la guerra. Tras un ataque cuidadosamente planeado y ejecutado, las tropas del Norte penetraron ampliamente en el Sur, lo que le dio a los Estados Unidos la excusa perfecta para desplegar todo su poderío militar. En pocos meses se había recuperado todo el terreno perdido, pero a fuerza de destruirlo todo mediante intensos bombardeos, como se puede apreciar en la película. Las bajas del enemigo fueron numerosísimas, lo que desde el punto de vista militar convertía la operación en una victoria, pero dejar el país como un solar supuso una derrota moral tremenda para el pueblo estadounidense. A partir del Tet, la sociedad yanqui empezó a pensar que la guerra no se podía ganar, y a la postre así fue:<br /><br /><i>- El enemigo ha aprovechado, por medio de engaños, el alto el fuego del Tet para emprender una ofensiva por todo el país. Hasta ahora aquí lo hemos tenido fácil, pero esto parece ser la excepción. Los Charlies han atacado todos los objetivos principales de Vietnam con dureza. En Saigon, comandos suicidas han ocupado la embajada de los Estados Unidos. La ciudad de Khe Sanh está a la espera de una invasión, y tenemos informes de que una división del ejército norvietnamita ha ocupado la ciudad de Hue al sur del río Perfume. En términos estratégicos, los Charlies han cortado en dos el país. La prensa civil se caga de miedo, y hemos oído que hasta Cronkite va a decir que la guerra ya no se puede ganar. En otras palabras, una buena ración de mierda que todos tenemos que probar.<br />- Señor... ¿quiere eso decir que Ann-Margret ya no viene?</i><br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3449/3287149919_6aeac55e92.jpg?v=0" align=right>“La Chaqueta Metálica” nos muestra varias experiencias de Bufón durante estos días: el ataque norvietnamita, la contraofensiva estadounidense, el reencuentro con su amigo Cowboy (antiguo compañero en la Isla Parris), y la participación en una misión de reconocimiento durante la que se tropiezan con un francotirador que mata a varios de sus compañeros. En ese momento, la formación militar de los marines se revela inadecuada, ya que se enfrentan a un enemigo invisible, sin frente ni retaguardia.<br /><br />El reparto está encabezado por Matthew Modine en el papel de Bufón, acompañado por Lee R. Ermey y Vincent D’Onofrio en los papeles de Hartman y Patoso. En la segunda mitad de la película podemos reconocer a Adam Baldwin, en el papel del soldado “Animal”. Dirige Stanley Kubrick, también autor del guión en colaboración con el antiguo corresponsal de guerra Michael Herr y con el propio Gustav Hasford, que debió tener sus más y sus menos con el director, ya que no declinó la invitación para acudir a la gala de los Oscar, aun siendo candidato en este apartado.<br /><br />No cabe duda de que “La Chaqueta Metálica” es una película muy dura, ya que constituye un retrato absolutamente descarnado del proceso de alienación que sufren los marines, primero durante su periodo de instrucción y después en el frente. Kubrick construye su película como una recopilación de anécdotas vividas o presenciadas por Hasford y Herr, utilizando a Bufón como hilo argumental para dar a la historia el mínimo de cohesión necesario. Se trata del mismo estilo que Martin Scorsese emplearía tres años más tarde en “Uno de los Nuestros”, y con idéntico resultado: hoy en día recordamos “La Chaqueta Metálica” como una película estupenda, rememorando una escena tras otra.<br /><br />Por encima de todo destaca, sin duda alguna, la figura del sargento Hartman encarnado por Lee Ermey, un antiguo sargento de marines que inicialmente había sido contratado como asesor técnico de producción (supervisó personalmente los decorados que recreaban la Isla Parris) y entrenador de Tim Colceri, el actor que inicialmente iba a interpretar el papel. Después de impresionar a Kubrick con una grabación de quince minutos en la que no cesaba de proferir maldiciones e insultos (y que dejaba la escena inicial de la película a la altura de un episodio de Pocoyó), Ermey consideraba que ninguno de los actores daba la talla para interpretar a Hartman, así que pidió al director que le diera el papel. Cuando éste se negó y se dio la vuelta para marcharse, Ermey le ordenó que no le diera la espalda mientras él le hablaba, y lo hizo con tanta autoridad que Kubrick obedeció instintivamente. En ese momento tuvo claro que Ermey era su sargento Hartman, y el resultado final le dio la razón. La escena inicial en el barracón (en su mayor parte improvisada por Ermey) se basta por sí sola para justificar su elección, pero lo cierto es que toda su interpretación es perfecta, haciendo de Hartman un tipo duro que prácticamente no tiene una sola línea de diálogo que no sea un grito, que apenas pestañea, y que nunca aparece sin su sombrero. Para estimular la dureza del personaje, Kubrick mantuvo a Ermey separado del resto del reparto, y le prohibió confraternizar con sus compañeros durante los descansos entre tomas. En cuanto al pobre Tim Colceri, Kubrick le ofreció como compensación el papel del artillero de helicóptero que se dedica a disparar a todo lo que ve, otra de las escenas más impactantes de la película, basada en una experiencia real de Michael Herr. Desde luego no es lo mismo que interpretar el papel de Hartman, pero al menos no pasó desapercibido, ya que todos nos acordamos de él:<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3478/3287968882_d9fbbafb07.jpg?v=0"></center><br /><br /><i>- ¡Cárgate a unos cuantos! ¡Cárgate a unos cuantos! ¡Cárgatelos! ¡Vamos! ¡Así! ¡Eso! ¡Así, así! ¡Cárgatelos! ¡Cárgatelos! ¡Vamos, vamos! ¡Cárgate a unos cuantos! ¡Cárgate a unos cuantos, bonita! ¡Cárgatelos, cárgatelos, cárgatelos! ¡Eso! ¡Vamos! ¡Cárgate a unos cuantos! ¡Cárgatelos! ¡Así! ¡Ya, ya, ya! ¡Ya te tengo, hijoputa! ¡Todos los que corren son vietcongs! ¡Todos los que se paran son vietcongs obedientes! Tendríais que escribir algo sobre mí un día de estos.<br />- ¿Y por qué tendría que escribir sobre ti?<br />- Porque soy cojonudo, y no es ningún farol. Yo tengo 157 caras amarillas cargados, y 50 búfalos también. Todos con certificado.<br />- ¿También mujeres? ¿Y niños?<br />- Algunos.<br />- ¿Y cómo has podido matar a mujeres y niños?<br />- Fácil. Sólo hay que apuntarles un poco mejor, jejejeje… Qué puta es la guerra, ¿eh?</i><br /><br />En la segunda parte destacan, aparte de la recién mencionada del artillero del helicóptero, escenas como el encuentro de Bufón con un coronel que le pregunta por qué lleva una chapa con un símbolo de paz en la solapa, las entrevistas a los marines durante el rodaje de un documental, y sobre todo la secuencia del francotirador, con una espectacular recreación de la destrucción causada por la contraofensiva estadounidense. La impresión causada por el sargento Hartman se diluye un poco, ya que en este segmento el protagonismo se reparte entre los distintos actores. Se trata por lo tanto de una trama más convencional, pero indiscutiblemente igual de demoledora, a pesar de que Kubrick descartó algunas escenas muy crudas en la sala de montaje. En una de ellas, los soldados jugaban al fútbol utilizando una cabeza humana como pelota.<br /><br />Treinta años después de que el joven Kubrick presentara su primer alegato antibélico con “Senderos de Gloria”, el Kubrick maduro volvió a la carga con otra guerra, otro país y otros soldados, pero con la misma fuerza. Han pasado otros veinte años desde entonces y diez desde su fallecimiento, pero “La Chaqueta Metálica” sigue siendo una de sus películas más admiradas, tanto por la crítica como por el público. Y lo que le queda.<br /><br /><i>Por hoy ya hemos inscrito de sobra nuestros nombres en las páginas de la Historia. Nos largamos hacia el río Perfume para pasar allí la noche. Mi cabeza vuelve a estar ocupada por los sueños eróticos, pensando en el sucio chumino de la chavala y fantaseando con volver a casa para follar todo el día. Estoy tan feliz de seguir vivo, de una pieza y a punto...<br /><br />Este mundo es una puta mierda, sí... Pero estoy vivo y no tengo miedo.</i><br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-12561706750011261592009-02-19T10:17:00.002+01:002009-02-19T10:22:43.685+01:00[BPR] Vísceras - Entrega XXII<b>Denver (IX)</b><br /><br />Debían de ser poco más de las cinco de la tarde. Estaba ojeando despreocupado escritos de juventud y cartas de otros tiempos. Se preguntaba si esa caligrafía temblorosa y apenas inteligible alguna vez había nacido de entre sus manos. Pensaba qué hacer con todo ese material caduco, con esa memoria que no le parecía haber vivido. A veces Denver necesitaba mirar atrás para darse cuenta de que todo abismo que uno supera al final acaba apareciendo de nuevo. Debían de ser poco más de las cinco de la tarde cuando Denver apuró su cubalibre pensado en todas las paredes que contemplaron cada verso que ahora no entendía. Suele ocurrir que cuando se recita la vida, pensaba, no hay un sólo espectador dispuesto a ocupar los primeros asientos del anfiteatro.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3387/3291770533_a55d61a193.jpg"></center><br /><br /><b>Horizonte ceniza (IX)</b><br /><br />¿Dónde te encuentras ahora elegante Denver?.<br /><br />© Fernando Llorente (texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-27058101387060644942009-02-16T08:12:00.002+01:002009-02-16T09:24:43.020+01:00[Cine] La Cena de los Idiotas<img src="http://farm4.static.flickr.com/3437/3268817611_aa94727a7b.jpg?v=0" align=left>El teatro ha sido siempre una fuente muy interesante de guiones para la industria cinematográfica. No son pocas las películas basadas en obras de teatro, en ocasiones adaptadas por sus propios autores, como la que hoy nos ocupa.<br /><br />Pierre Brochant es un triunfador. Su trabajo como editor le permite disfrutar de una vida acomodada, en compañía de una esposa guapísima que le robó al que hasta entonces era su mejor amigo. Sí, amigos, Brochant es un cabrón con pintas. Tanto que su afición favorita es una cena que organiza cada miércoles con un grupo de amigos, en concreto una cena de idiotas. Cada miembro del grupo debe buscar e invitar a un idiota, con el objetivo claro y manifiesto de reírse del pobre infeliz.<br /><br />Esta semana, Brochant anda algo nervioso porque no consigue encontrar ningún “ejemplar” competitivo, pero todo cambia cuando se cruza en su camino François Pignon, un funcionario divorciado que mata sus horas de soledad construyendo maquetas con cerillas. A pesar de haber sufrido una lesión de espalda durante un partido de golf, Brochant cita a Pignon en su casa. Allí empieza a darse cuenta del “potencial” de su invitado:<br /> <br /><i>- Se llama Solo Leblanc.<br />- ¿No tiene nombre de pila?<br />- Ya se lo he dicho: Solo Leblanc.<br />- ...<br />- Leblanc es el apellido, y Solo es el nombre.<br />- Ah...<br />- Señor Pignon, su nombre es François, ¿cierto?<br />- Sí.<br />- Pues el de Leblanc es Solo.<br />- Ah...</i><br /><br />Grave error. En pocas horas, el señor Pignon convierte la idílica vida de Brochant en una catástrofe, después de armar un lío tremendo en el que implica a su esposa, a su amante, a su antiguo mejor amigo y a un inspector fiscal.<br /><br />El reparto está encabezado por Jacques Villeret y Thierry Lhermitte en los papeles de Pignon y Brochant. Francis Huster es Solo Leblanc, el antiguo mejor amigo, Daniel Prévost es el avieso inspector fiscal y Alexandra Vandernoot y Catherine Frot son la esposa y la amante de Brochant, respectivamente. Dirige Francis Veber, también autor de un guión basado en su propia obra de teatro.<br /><br />“La Cena de los Idiotas” es una de las mejores comedias de la década de los 90, pero su mayor virtud es, desde cierto punto de vista, su mayor fallo. El objetivo claro y manifiesto del autor es criticar duramente la crueldad de Brochant y sus amigos, que disfrutan ridiculizando a los incautos que aceptan sus invitaciones para cenar. Sin embargo, esta crítica se ve casi totalmente eclipsada por la comicidad del señor Pignon, que acapara el protagonismo y apenas permite que el espectador deje de reír. No en vano, Villeret había realizado para entonces unas seiscientas representaciones de la obra en los escenarios franceses, y eso se nota en la película.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3432/3268817651_aca1fb3d77.jpg?v=0"></center><br /><br />Sólo en la parte final, cuando la película se pone seria por primera vez, la crítica se antepone a la comedia y se hace patente el poso de amargura que se ha ido acumulando durante algo más de una hora de proyección. En esos momentos nos damos cuenta fugazmente de que, por mucho que nos hayamos reído, Brochant es un miserable. Digo fugazmente porque una comedia no puede despedirse sin un último golpe de risa, y éste no tarda en llegar y disipar el momento de reflexión.<br /><br />De cualquier modo, “La Cena de los Idiotas” es una excelente adaptación que no intenta disimular en ningún momento su origen teatral, y que nos permite disfrutar de la vis cómica del ya fallecido Jacques Villeret, en el que fue probablemente el mejor trabajo de su carrera.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-56277903473655981232009-02-12T07:32:00.001+01:002009-02-12T07:34:15.005+01:00[BPR] Vísceras - Entrega XXI<b>Apollon (V)</b><br /><br />Alguien dijo una vez que follarse a la luna era la mejor manera de saldar las cuentas pendientes. Apollon deseaba con todas sus ganas eyacular en pleno cuarto menguante. Sin embargo se limitaba a mirarse en el espejo, descorchar una botella de vino y delimitar la distancia que le separaba de Ella. Apollon pensaba en June, mientras se masturbaba contemplando el cielo desde su terraza. Pesan demasiado los astros del pasado como para negarse a aceptar un cielo desierto de estrellas y satélites luminosos.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3473/3271182121_96bb0a5e69.jpg?v=0"></center><br /><br /><b>Horizonte ceniza (VIII)</b><br /><br />Sólo aquellos que forman parte del mundo de los ceros a la izquierda son capaces de construir un astro.<br /><br />© Fernando Llorente (texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-81722577650080258602009-02-09T07:38:00.002+01:002009-02-09T07:53:41.441+01:00[Cine] El Diablo Sobre RuedasMeses después de su estreno, aún sigo arrastrando la decepción por <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/05/cine-indiana-jones-y-el-reino-de-la.html">“Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”</a>, y mantengo a Steven Spielberg en régimen de libertad condicional. El camino del perdón pasa inevitablemente por recordar su valiosa contribución al mundo del cine, de la que nos hemos hecho eco en varias ocasiones. Por esta sección han pasado algunas de sus mejores películas, como <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/03/cine-historia-la-lista-de-schindler.html">“La Lista de Schindler”</a>, <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/06/ij-en-busca-del-arca-perdida.html">“En Busca del Arca Perdida”</a>, <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/06/ij-el-templo-maldito.html">“Indiana Jones y el Templo Maldito”</a>, <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/06/ij-la-ltima-cruzada.html">“Indiana Jones y la Última Cruzada”</a>, <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/05/cine-et-el-extraterrestre.html">“E.T. el Extraterrestre”</a> y <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2007/11/cine-salvar-al-soldado-ryan.html">“Salvar al Soldado Ryan”</a>. También hemos hablado de algunos de sus trabajos menores, como <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/07/cine-la-guerra-de-los-mundos.html">“La Guerra de los Mundos”</a>, <a href="<br />http://ddeandlo.blogspot.com/2006/01/cine-historia-poltica-munich.html">“Munich”</a> y <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/12/cine-la-terminal.html">“La Terminal”</a>. Sin embargo, hoy nos remontamos a sus orígenes.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3346/3253004510_8e4e15e6e2.jpg?v=0" align=right>Los años 60 fueron testigos del nacimiento de una interesante generación de cineastas que habían crecido entre muchas joyas del cine clásico y las primeras series de televisión. Su cariño por el cine los llevó a ingresar en la universidad para cursar los estudios de ciencias y artes cinematográficas, y con el tiempo han pasado a formar parte de la leyenda que tanto admiraban desde su infancia. Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y George Lucas son sólo algunos ejemplos.<br /><br />A finales de aquella década, la MCA, compañía propietaria de los estudios Universal (algunos recordaréis el subtítulo “An MCA Company” que se podía ver en la versión sesentera de su logo), está dirigida por Sid Sheinberg. En el transcurso de una búsqueda de nuevos talentos, este señor toma la arriesgada decisión de fichar a un joven universitario que aún no ha concluido sus estudios, y que responde al nombre de Steven Spielberg. Su trabajo consiste en dirigir episodios sueltos de diversas series, debutando con un capítulo de “Night Gallery” protagonizado nada menos que por Joan Crawford.<br /><br />Paramos un momento, y retrocedemos al 22 de noviembre de 1963. El escritor Richard Matheson regresaba a casa después de jugar al golf con su colega y amigo Jerry Sohl. Mientras viajaban en coche e intentaban digerir la noticia del asesinato de Kennedy, sufrieron el acoso de un camionero durante un par de horas. Tras llegar a poner en peligro sus vidas, el camión desapareció sin dejar rastro, y ninguno de los dos escritores volvió a verlo jamás. El suceso le sirvió a Matheson de base para escribir un relato breve, “Duel”, en el que el conductor de un turismo narraba cómo un gran camión articulado intentaba matarlo. Al principio intentó venderlo como guión para una serie de televisión, pero todos los estudios a los que acudió desecharon la idea por considerarla pobre. Finalmente, se publicó en la revista “Playboy”, en forma de novela corta.<br /><br />Volvemos a donde estábamos. Spielberg sigue dirigiendo episodios sueltos de unas cuantas series, e intentando superar los inconvenientes que le crea su juventud. La cosa no es fácil: la media de edad de la gente que trabaja en televisión supera los cincuenta años, y algunos de ellos han trabajado en Hollywood con algunos de los mejores actores y directores de la historia del cine, así que no toleran muy bien a los jóvenes, especialmente si son “el capricho de Sheinberg” y se han convertido, con veinte años, en la persona más joven que firma un contrato con la Universal.<br /><br />En esas estamos cuando la ayudante de Spielberg le recomienda un relato que ha leído en “Playboy” (no, no sé qué hacía esta mujer leyendo “Playboy”), sobre un coche perseguido por un camión que intenta acabar con él. A Spielberg le encanta la historia, y la compara con una película de Hitchcock, algo así como “Psicosis” o “Los Pájaros”, pero sobre ruedas. Su ayudante le informa entonces de que hay un proyecto para convertir el relato en un telefilme, que será rodado por la Universal y emitido en “La Película de la Semana” de la ABC. De hecho, Richard Matheson está trabajando ya en el guión, y la producción corre a cargo de George Eckstein. Sin explicarle qué hace leyendo “Playboy”, su ayudante le recomienda que hable con Eckstein, ya que aún no tienen director y ella cree que Spielberg es el hombre ideal.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3091/3252179649_9e8b68cd2b.jpg?v=0"></center><br /><br />Ni corto ni perezoso, Spielberg llama a Eckstein para interesarse por el puesto de director, y consigue una cita con él, a la que se le pide que lleve muestras de algún trabajo suyo. Spielberg coge un montaje de “Asesinato según el libro”, primer episodio de la nueva temporada de “Columbo”, que aún no se ha emitido en televisión, y se presenta en el despacho de Eckstein. La cita concluye con el tradicional “Ya te llamaré”. Tres días más tarde recibe la llamada, el guión de Matheson y el encargo de ponerse a trabajar inmediatamente.<br /><br />El proceso de casting es, para qué engañarnos, corto. Sólo hay un papel significativo y es el del protagonista, David Mann. Cuando Spielberg ve el nombre de Dennis Weaver en la lista de candidatos, insiste en contratarlo cuanto antes, confesándose impresionado por su trabajo en “Sed de Mal”. A pesar del acuerdo verbal, su tranquilidad no será completa hasta la tarde anterior al comienzo del rodaje, cuando Weaver estampa su firma en el contrato. Mmmmm… Tal vez deba corregir lo que he dicho antes, ya que hay otro papel muy importante, que corresponde al camión. En este apartado se realiza otro casting en toda regla, y de entre todos los modelos que se le ofrecen, Spielberg escoge un Peterbilt 281 de 1950.<br /><br />La siguiente pelea de Spielberg es para conseguir rodar la película íntegramente en exteriores, ya que la intención del estudio es filmar la mayor parte de los primeros planos de Dennis Weaver en plató, con pantalla al fondo. Sí, una pantalla de esas que nunca se corresponde con el movimiento del volante y que canta más que los Rolling Stones. El diseñador de producción recoge el guante y se compromete a consentir un rodaje íntegro en exteriores si Spielberg cumple escrupulosamente los objetivos de los tres primeros días del plan de rodaje, que consta de un total de diez jornadas. Como el chico cumple con su parte, se le permite completar su película en las carreteras del estado de California, aunque al final se excede un poco y termina su trabajo tras trece días de filmación.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3369/3252179715_d27809bfa6.jpg?v=0"></center><br /><br />No acaba ahí la presión. La fecha de estreno en la ABC se acerca peligrosamente, así que se contrata un equipo de cinco montadores para poder cumplir con la fecha designada. El resultado final son 73 minutos que cosechan un enorme éxito de audiencia, tanto que la Universal decide rodar diez minutos adicionales para alargar el metraje y estrenarlo en cines, tanto estadounidenses como europeos. Pero lo más importante es la presentación en sociedad de un nuevo talento: Steven Spielberg.<br /> <br />“El Diablo Sobre Ruedas” recuerda, efectivamente, al mejor Hitchcock. Comienza de forma muy original, con una por entonces novedosa cámara subjetiva que nos muestra el recorrido del automóvil desde el garage de la casa de David Mann hasta la llegada a la carretera. Durante esta escena no se escucha más que la radio, cuya insustancial programación sirve en cierto modo de adelanto, antes de que conozcamos el rostro y la forma de ser del protagonista. Lo cierto es que David Mann da la impresión de ser un piltrafilla de cuidado, que se deja pisotear por cualquiera con tal de evitar meterse en líos.<br /> <br />Pero todo cambia cuando un camionero decide jugar al ratón y al gato con él, intentando que se estrelle con un coche que se aproxima en dirección contraria, para empezar. Luego pasa a tácticas más agresivas, intentando echarlo de la carretera una y otra vez. Al principio, Mann intenta adelantarlo y olvidarse de él. Cuando reaparece, intenta dejarle ganar metros para que desaparezca de su vista. Como esto tampoco funciona, decide parar a comer en una cafetería, donde descubre que el camionero también se ha detenido. Ante esta situación, intenta deducir cuál de los clientes es su perseguidor para buscar una solución a tan absurdo conflicto. Después intenta denunciarlo a la policía, pero no llega a terminar la llamada telefónica porque la cabina sufre “un pequeño percance”. Al final llega a la conclusión de que se trata de una pelea a muerte, de que sólo hay una forma de terminar con tanta locura y de que, por primera vez en su vida, va a tener que echarle un par de bemoles.<br /><br />La película se beneficia mucho del rodaje íntegro en exteriores tan perseguido por Spielberg, ya que le da mucha verosimilitud a la historia y contribuye a aumentar el suspense de cara al espectador. El uso de planos de baja altura incrementa la sensación de velocidad, y la maestría de los especialistas nos permite disfrutar de escenas en las que los vehículos se aproximan de manera bastante inquietante. Cuando Carey Loftin, que interpreta al conductor del camión, preguntó a Spielberg cuál era la motivación de su personaje, el director fue bastante conciso: “Eres un sucio, podrido y malvado hijo de puta”. Loftin sonrió: “Muchacho, has contratado al hombre idóneo”. Años más tarde, Spielberg fue más explícito, comentando en una entrevista que el camionero es un asesino en serie, y su objetivo es acabar con un coche en cada estado (si os fijáis, ha ido colocando las matrículas de sus víctimas en la parte delantera del camión).<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3453/3253004454_59724beef8.jpg?v=0"></center><br /><br />Casi cuarenta años más tarde, “El Diablo Sobre Ruedas” sigue conservando toda su fuerza, y se ha convertido en materia de estudio obligatorio en las escuelas de cine, recordándonos que teniendo talento se pueden hacer auténticas virguerías con unos pocos medios. Spielberg cogió un coche, un camión y una carretera, y fabricó una obra maestra del suspense (cuatro años más tarde repetiría la jugada con un tiburón, un barco y el océano). Sin embargo, hoy en día es difícil encontrar películas como esta. Supongo que los estudiantes de hoy se esfuerzan bastante menos que los de entonces.<br /><br />Para terminar, y a modo de curiosidad, os comentaré que el camión aún existe. Debido a que el motor del Peterbilt comenzó a dar problemas a mitad de rodaje, el estudio compró un segundo vehículo, un modelo de 1960 que a simple vista parecía idéntico al primero. Con él se rodaron algunas escenas, y se convirtió en el único superviviente después de que su compañero protagonizara la escena final, en la que se despeñaba por el barranco. Actualmente es propiedad de un friki de Missouri que se lo compró a otro friki de California allá por 2004, y lo mantiene en buen estado por cortesía de su propio bolsillo. No puedo evitar sentir cierta simpatía por él. Supongo que de haber sucedido en España, el camión habría sido expropiado por el Ministerio de Incultura (por cortesía del Sr. Público, de nombre Erario) y estaría guardado en algún garaje, cogiendo polvo y criando óxido. Y eso siendo mejor actor que otros muchos…<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-87545518043395350192009-02-06T06:29:00.002+01:002009-02-06T07:54:49.345+01:00[VASCO] Juegos InfantilesLo primero de todo pediros perdón por no haber publicado nada la semana pasada, pero la verdad es que últimamente ando bastante atareado y no tengo mucho tiempo para pensar de qué voy ha hablaros y preparar los artículos. Además de estar atareado, últimamente no dan más que partidos del Athletic en La Sexta. Porque, por si alguno de vosotros no lo sabe, el Athletic está en semifinales de la Copa del Rey. Ya se ha disputado el partido de ida en el Sanchez Pizjuán con resultado 2 a 1 en contra del Athletic pero bueno, en la vuelta en San Mamés todo puede ocurrir.<br /><br />Pero bueno no es exactamente de esto de lo que quiero hablar, de lo que quiero hablar es de los juegos infantiles antiguos, claro está…, porque los actuales con el rollo ese del Facebook y las consolas se pasan todo el día en casa, y metidos en su cuarto. Bueno metidos en el cuarto también estábamos nosotros bastante tiempo pero era para otras cosas de la juventud ¿verdad?…<br /><br />A lo que vamos, antigüamente teníamos más imaginación, fijaos que con una tiza y un par de tapones de los botellines de coca-cola nos imaginábamos que estábamos en la vuelta ciclista. Algunos tenían tanto aprecio a su tapón que lo tuneaban y todo poniéndole plastilina para que pesara más la foto de algún ciclista famoso.<br /><br />Por otro lado había veces que no sabías a qué jugar y te encontrabas un bote y decías, joder, por qué no jugamos al bote-bote y de pronto se apuntaba todo el mundo a jugar. Yo tenía un amigo que cada vez que se enfadaba se subía el bote para casa, así que tendría que tener un arsenal de ellos de la hostia.<br /><br />Ahora, también éramos burros de cojones, porque me estoy acordando ahora mismo del paredón. No sé si sabrán ustedes jugar, pero el juego es muy fácil, una pared y un balón de estos de cuero, cuanto más duela mejor! y venga, básicamente te dedicabas a darte pelotazos.<br /><br />Por no hablar de cuando jugábamos a la trompa (que la diversión era romperle la trompa a los demás), y muchísimos más juegos que ahora mismo no recuerdo, pero lo que sí sé, es que estábamos en la calle de sol a sol, bueno de sol a sol, o hasta que salía tu madre por la ventana chillándote para que subieras para casa ya de una vez. Por eso es por lo que creo yo que en nuestra época no hacía falta el Actimel ni tonterías de esas para coger defensas. Si nosotros éramos inmunes a todo, ¿cuántas veces habremos estado jugando en algún charco con las rodillas llenas de heridas? En fin, que yo creo que la especie habrá mejorado en cosas, pero en esto, la verdad que les está haciendo más débiles.<br /><br />Ale, os dejo que me voy a echar una partidita al Prince of Persia...<br /><br />© txefasJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-16037920534582715452009-02-05T07:15:00.001+01:002009-02-05T07:17:20.421+01:00[BPR] Vísceras - Entrega XX<b>June (VII)</b><br /><br />Todas las noches, en la cocina, medía con cuidado sus dedos al trasluz junto a la ventana. Los observaba con sumo cuidado, como buscando una estación que se escapó del calendario. Se extrañaba de la ausencia de manchitas blancas en sus uñas, se detenía en los pellejos doloridos y en las yemas, como buscando alguna pista que indicara la dirección a seguir. June no temía a la penumbra, pero sí a unos dedos que no fueran dignos de agarrar con fuerza los pedacitos de unas vidas que apenas reflejaban importancia.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3444/3253050654_6da093ba72.jpg?v=0"></center><br /><br /><b>Horizonte ceniza (VII)</b><br /><br />No hay guerras sin batallas, pero sí batallas sin guerras capaces de acabar con cualquier imperio.<br /><br />© Fernando Llorente (texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-84289957959658914942009-02-02T07:18:00.003+01:002009-02-02T07:22:32.012+01:00[Cine] La CosaJohn Carpenter es uno de los directores más interesantes de la serie B de finales del siglo XX. Él es el artífice de películas como “Halloween”, “Golpe en la Pequeña China”, “Asalto a la Comisaría del Distrito 13”, “1997: Rescate en Nueva York”, “Están Vivos”, “La Niebla” o “En la Boca del Miedo”, entre otras. Hoy hablamos de la que muchos consideramos su mejor película.<br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3168/2737931785_a1c71e77fa.jpg?v=0" align=left>La vida en un campamento científico estadounidense situado en plena Antártida puede ser tremendamente aburrida. Eso piensan sus ocupantes, o al menos lo hacen hasta el día en que averiguan que sus colegas de la base noruega han descubierto una nave extraterrestre enterrada en el hielo. Es más, todo indica que una forma de vida alienígena ha sido liberada, tras permanecer congelada durante miles de años, y que su comportamiento es claramente hostil. Hostil y letal.<br /><br />Resulta que el “bisho” en cuestión posee la habilidad de imitar cualquier otra forma de vida, y además tiene la manía de eliminar después al sujeto original para disimular. Los científicos se dan cuenta inmediatamente del peligro que esto supondría si la “cosa” consiguiera abandonar la Antártida y alcanzar territorios poblados. Obviamente, estaría en juego la supervivencia de la raza humana, pero lo que más les preocupa es el primer punto del plan enemigo: eliminar a todo el equipo de la base estadounidense.<br /><br />La película está protagonizada por el actor fetiche de Carpenter, Kurt Russell, que interpreta a MacReady, piloto del helicóptero. El resto de los actores son francamente desconocidos, a excepción de Keith David, que interpreta a Childs. Dirige John Carpenter, también autor de un guión basado en la película de los años 50 “El Enigma de Otro Mundo”. En contra de su costumbre, renuncia a componer la banda sonora y pasa el testigo a Ennio Morricone.<br /><br />“La Cosa” es una de las mejores mezclas de terror, suspense y ciencia-ficción que ha dado la historia del cine. Desde el momento en que se descubre el desastre producido en la base noruega, se genera una tensión que no deja de crecer hasta el final de la película, y que se basa fundamentalmente en la desconfianza que surge entre los científicos y en la claustrofobia provocada por su confinamiento en la base. Con una total economía de medios (un puñado de actores, mobiliario básico, algo de armamento, etc), Carpenter construye una intriga que recuerda por momentos al mejor Hitchcock, destacando escenas como la de los “análisis” de sangre.<br /><br />El director disfrutaba tanto explotando la ambigüedad de cada situación que los miembros del reparto reconocen que hoy en día, veintitantos años después, siguen sin tener claro qué personajes estaban infectados y en qué momento habrían sido atacados por la “cosa”. Las escenas eliminadas en la sala de montaje no sirven de mucho, ya que se rodó el material necesario para poder confirmar cualquier interpretación del final, tanto la muerte del “bisho” como su supervivencia, en caso de que la reacción del público durante los pases de prueba no fuese buena.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3155/2738770562_38b748cbba.jpg?v=0"></center><br /><br />En el capítulo de curiosidades, cabe destacar que el perro lobo bajo el que se camufla la “cosa” cambiaría radicalmente de registro años después, dando vida a “Colmillo Blanco”. Otra anécdota bastante divertida es la presencia de dos personajes llamados Mac y Windows, aunque se trata de algo totalmente casual (no olvidemos que estamos hablando de 1982). Y para aquellos que hayan apreciado un notable parecido entre los campamentos estadounidense y noruego, que Santa Lucía les conserve la vista, porque en efecto se trata del mismo decorado. Por razones de presupuesto, las escenas de la base noruega se rodaron después de la voladura de la base estadounidense, aprovechando los restos de la misma.<br /><br />Casi treinta años después, no son pocos los intentos de plagio sufridos por un argumento que tuvo su continuación en el mundo del cómic, pero que afortunadamente el cine ha sabido dejar donde debe estar. Al menos de momento, porque en los últimos años se ha metido cierto ruido con la posibilidad de rodar un remake, sobre todo después de los de “Asalto a la Comisaría del Distrito 13”, “La Niebla” y “Halloween”. Desde entonces, se ha hablado de nuevas versiones de “1997: Rescate en Nueva York” y “La Cosa”, pero en el momento de escribir estas líneas ambos proyectos (afortunadamente, creo) están parados. Visto el panorama actual, es mejor que de momento sigan así.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-52433627741847886622009-01-27T07:29:00.001+01:002009-01-27T07:31:59.413+01:00[BPR] Astros - Entrega XIII<strong>Deudas</strong><br /><br />Un cero a la izquierda debe algo<br />lo mismo que el astro que contemplas<br />en un balcón imaginario.<br /><br />Un cero a la izquierda debe algo<br />de la misma manera que tus palabras<br />dormidas.<br /><br />Un cero a la izquierda debe algo<br />más grande que las últimas huellas<br />que dejaron de marcar nuestro camino.<br /><br />© Fernando LlorenteJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-1372065923658919372009-01-26T08:13:00.003+01:002009-01-26T08:41:29.349+01:00[Cine] Uno de los Nuestros<i>Para mí, ser gangster era muchísimo mejor que ser Presidente de los Estados Unidos. Antes de acudir por primera vez a la parada de taxis buscando un trabajo para después del colegio, sabía que quería ser uno de ellos. Sabía que allí estaba mi futuro. Para mí, ser uno de ellos significaba ser alguien en un barrio lleno de don nadies. Ellos eran distintos a todos. Me refiero a que hacían lo que les daba la gana.</i><br /><br /><img src="http://farm4.static.flickr.com/3285/2740291139_14c615b695.jpg?v=0" align=left>Que Martin Scorsese es un excelente director de cine es una cuestión que no admite duda. Que su mejor época ha pasado, tampoco. Y que de entre todas las películas de su carrera sólo hayamos hablado de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/01/el-aviador.html">“El Aviador”</a> e <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/10/cine-infiltrados-departed.html">“Infiltrados”</a>, dos trabajos más bien menores, es algo que hay que remediar cuanto antes. Por ejemplo hoy, y por ejemplo con la que para muchos de nosotros es su mejor película.<br /><br />La década de los 70 nos regaló películas como las dos primeras entregas de <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2006/11/cine-especial-el-padrino.html">“El Padrino”</a>, de incalculable valor cinematográfico pero discutible veracidad. Esto lo sabía bien un joven Martin Scorsese, que había crecido en barrios dominados por esos ambientes y discrepaba del retrato tan “romántico” que Coppola había hecho de la mafia a través de la familia Corleone. Él sabía que el negocio de la mafia no era el asesinato, y que en modo alguno se regía por el honor, sino por la ley del mínimo esfuerzo. En otras palabras, vivir del cuento gracias al miedo y a la extorsión:<br /><br /><i>- Para nosotros, vivir de otra manera era impensable. La gente honrada que se mataba en trabajos de mierda por unos sueldos de miseria, que iba a trabajar en metro cada día y pagaba sus facturas, estaba muerta. Eran unos gilipollas. No tenían agallas. Si nosotros queríamos algo, lo cogíamos, y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse. Era una simple rutina. Ni siquiera lo pensábamos.</i><br /><br />Durante años, Scorsese buscó una historia realista digna de ser llevada a la pantalla, con el fin de desmitificar los personajes tan brillantemente interpretados por actores como James Cagney, Edward G. Robinson o Marlon Brando. Por suerte para él, su camino se cruzó con el de Nicholas Pileggi, autor de un libro sobre un gangster real, Henry Hill, y le llamó por teléfono:<br /> <br /><i>- He estado esperando un libro como este durante toda mi vida.<br />- Y yo he estado esperando una llamada como esta durante toda mi vida.</i><br /><br />Acababa de nacer “Uno de los Nuestros”. Para el papel de Henry Hill, Scorsese tuvo muy claro desde el primer momento que recurriría a un por entonces joven y desconocido Ray Liotta. El estudio respetó su decisión, pero exigió la presencia de una gran estrella en el cartel, para proteger su inversión. El director cogió su agenda y llamó a su actor fetiche, Robert de Niro, para ofrecerle el papel de Jimmy Conway, socio de Henry Hill, cuyas escenas terminó en un plazo record de tres semanas. El trío protagonista se completó con Joe Pesci, que daría vida al inestable Tommy DeVito, una bomba de adrenalina con patas. En cuanto a los secundarios, Lorraine Bracco consiguió el papel de Karen Hill, y Paul Sorvino, especialista en papeles de mafioso, se encargaría de interpretar al jefe de la familia, Paul Cicero. También quedaba sitio para los padres de Scorsese, que interpretarían a uno de los ancianos de la familia y a la madre de Tommy, respectivamente.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3217/2741127130_7c61f6ba60.jpg?v=0"></center><br /><br />“Uno de los Nuestros” es una película construida a base de historias y anécdotas, con el personaje de Henry Hill como hilo conductor de las mismas, ya sea haciendo las veces de protagonista, participante o mero espectador. Digamos que en cierto modo es como si Woody Allen se hubiera lanzado a rodar una película de gangsters: empieza a contar historias y más historias, y la peli puede durar perfectamente dos días. Aquí radica el enfrentamiento entre los que critican la película, alegando que en el fondo no cuenta nada, y los que la consideramos una película muy ágil y entretenida.<br /><br />Por supuesto, con este planteamiento queda patente desde el primer momento que “Uno de los Nuestros” es una película de escenas. Especialmente famoso es el plano secuencia en el que Henry y Karen entran por la puerta del servicio del restaurante y llegan hasta el escenario atravesando todo el local. La idea de esta escena surgió por accidente, ya que la productora no consiguió la autorización para utilizar la entrada principal, y Scorsese tuvo que recurrir a una solución alternativa que acabaría convirtiéndose en uno de los planos más estudiados en las academias de cine. Hubo que repetirlo alguna que otra vez, ya que al humorista del final le costaba recordar sus diálogos (que ya le manda narices…), pero ahí queda el resultado final, al ritmo del “Then He Kissed Me” de The Crystals.<br /><br />Sin embargo, el verdadero filón es el personaje de Tommy DeVito. Según el auténtico Henry Hill, Joe Pesci clavó el personaje en un 90-99%, siendo la única diferencia notable el hecho de que el verdadero Tommy era un gigantón y Pesci es bastante humilde de talla. Su contribución a la película es notable: destacan la escena en la que le pregunta a Henry qué quiere decir al llamarle “gracioso” (improvisada en su totalidad por el propio Pesci a petición de Martin Scorsese), o la cena en casa de la señora DeVito (también improvisada por el trío protagonista):<br /><br /><i>- Hijo, ¿por qué no te buscas una buena chica?<br />- Me busco una casi cada noche, mamá.</i><br /><br />Mención especial merece la partida durante la que Tommy dispara al camarero por haberle mandado “a hacer puñetas”. En esta última, Michael Imperioli, futuro miembro de la familia Soprano y por entonces en el papel del infortunado camarero, se cortó con un vaso mientras filmaba su “muerte” y tuvo que ser trasladado a urgencias, donde intentaron atenderlo inmediatamente al ver lo que parecían varias heridas de bala en el pecho. Cuando pudo aclararlo todo, lo hicieron pasar a la sala de espera, donde tuvo que aguardar tres horas.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3296/2740291179_bbf99484fe.jpg?v=0"></center><br /><br />El hecho de que exista un gran componente de improvisación no implica que Scorsese no velase por la veracidad de la historia. No sólo colaboró estrechamente con Nicholas Pileggi en la escritura del guión, sino que además hizo que Ray Liotta pasara mucho tiempo con el verdadero Henry Hill, y pidió la constante presencia en el plató de gente que había conocido a los auténticos protagonistas, a fin de contar con su consejo. De hecho, el fiscal con el que Henry negocia su entrada en el Programa de Protección de Testigos, Edward McDonald, se interpreta a sí mismo, reviviendo la conversación que mantuvo en su día con el verdadero Henry Hill. Por cierto, éste fue expulsado del PPT tras el estreno de la película, ya que no puedo resistir la tentación de desvelar su verdadera identidad.<br /><br />Este compensado cóctel de realidad e improvisación tiene una etiqueta de película violenta que, bien mirado, se concentra fundamentalmente en sus diálogos. Mientras el recuento de cadáveres se queda en 10 (cifra no precisamente elevada para una película de gangsters), la palabra “joder” y sus derivados se escuchan un total de 296 veces, aproximadamente la mitad de ellas en boca de Joe Pesci. Cuando su madre vio la película le pareció estupenda, pero preguntó a su hijo si era necesario que jurara tanto. Quizá se olvidase de ello cuando Joe Pesci recibió el Oscar al mejor actor de reparto, protagonizando el tercer discurso de agradecimiento más breve en la historia de estos premios (<i>“Es un honor y un privilegio, gracias”</i>) y alegando que no había preparado nada porque no esperaba ganar.<br /><br />Casi veinte años después de su estreno, “Uno de los Nuestros” se ha consolidado como una de las mejores películas de mafia de la historia del cine, con varias escenas de obligado estudio en las escuelas de cinematografía y una interpretación memorable de su reparto al completo, en especial del trío protagonista, en el que brilla con luz propia un insuperable Joe Pesci. Todo ello bajo la dirección de un Martin Scorsese en estado de gracia, que supo ver el potencial de una historia de historias y no dudó en luchar por ella, por suerte para nosotros.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-58561685052154252342009-01-20T07:10:00.001+01:002009-01-20T07:11:27.868+01:00[BPR] Astros - Entrega XII<b>Cenizas</b><br /> <i>A la foto de la playa</i><br /><br />No hay seña<br />o unas huellas <br />ni tan siquiera un faro<br />que oriente<br />lo que en ti<br />la pérdida ha posado.<br /><br />Hay ceniza sin embargo<br />sobre tu rabia<br />y los brillos de otro tiempo.<br /><br />Hay ceniza que no vuelve<br />a ser como fuiste <br />ante otros ojos.<br /><br />Hay cenizas, es verdad,<br />que gritan tu nombre<br />y no te encuentran.<br /><br />© Fernando LlorenteJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-78341248270447799462009-01-19T07:19:00.003+01:002009-01-19T07:24:13.815+01:00[CINE] Los Cañones de Navarone<img src="http://farm4.static.flickr.com/3019/2737918245_9b3536399d.jpg?v=0" align=left>Después de unos cuantos meses de ausencia (considerando <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2008/10/cine-el-nio-con-el-pijama-de-rayas.html">“El Niño del Pijama de Rayas”</a> como una película más dramática que bélica), la Segunda Guerra Mundial regresa a nuestro rincón cinematográfico, y lo hace con una de las mejores películas del género.<br /><br />1943. Tras el fracaso alemán en Stalingrado, las tornas han cambiado y los aliados están empezando a pasar a la ofensiva. Incluso se habla de hacer planes para un desembarco en el continente europeo. Hitler sabe que, si Alemania quiere ganar esta guerra, tiene que volver a llevar la voz cantante de la contienda, pero para ello necesita nuevos aliados. En el caso del frente mediterráneo, el mejor candidato es la todavía neutral Turquía.<br /><br />Por supuesto, los turcos no van a abandonar su cómoda posición de neutralidad así como así, por lo que Hitler decide realizar una demostración de fuerza. El plan consiste en atacar la isla de Kheros, carente de valor militar pero situada cerca de la costa turca, y aplastar a las tropas británicas allí destacadas, compuestas por unos dos mil soldados. Lógicamente, el alto mando aliado no puede permitir que eso suceda, pero estas tropas sólo pueden ser evacuadas por mar, y todos los barcos enviados a Kheros han sido hundidos por dos cañones alemanes, estratégicamente situados en una formación rocosa que los protege de cualquier ataque aéreo. Se trata de los cañones de Navarone.<br /><br />En un último intento desesperado, a seis días para el ataque alemán, los británicos envían un comando de seis hombres a la zona, con el objetivo de destruir estos cañones y permitir el paso de los buques de la Royal Navy. La misión incluye la llegada por mar a Kheros, una escalada imposible en un acantilado, el contacto con la resistencia griega, la infiltración en las fortificaciones alemanas, la voladura de los cañones y, en caso de que haya supervivientes, la huida a lo sálvese quien pueda.<br /><br />El comando británico está encabezado por Gregory Peck, que interpreta al capitán Keith Mallory, y Anthony Quinn, en el papel del coronel griego Andrea Stavros. Junto a ellos podemos ver al mayor Franklin, al cabo Miller, y a los soldados Spyros Pappadimos y Brown, alias “el Carnicero”, interpretados por Anthony Quayle, David Niven, James Darren y Stanley Baker. En la resistencia griega tenemos a Maria Pappadimos, hermana de Spyros, y Anna, a las que dan vida Irene Papas y Gia Scala. Richard Harris tiene un pequeño papel al principio de la película, como líder de un escuadrón de la RAF. Dirige J. Lee Thompson, con guión de Carl Foreman (productor de la película), adaptado a partir de la novela de Alistair MacLean. Aviso: a pesar del estilo histórico que se le da a la película (sobre todo en el prólogo), la trama es completamente ficticia, ya que nunca existieron los cañones de Navarone.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3225/2737918373_80d2c64b81.jpg?v=0"></center><br /><br />“Los Cañones de Navarone” pertenece a esa élite de películas sobre la Segunda Guerra Mundial que se rodaron a finales de los 50 y principios de los 60, como <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/04/cine-el-puente-sobre-el-ro-kwai.html">“El Puente Sobre el Río Kwai”</a>, “El Día Más Largo” o <a href="http://ddeandlo.blogspot.com/2005/11/cine-la-gran-evasin.html">“La Gran Evasión”</a>, y que figuran por derecho propio entre las mejores de la historia del cine bélico. Al igual que en todas ellas, sobre todo en “El Puente Sobre el Río Kwai”, los personajes están muy desarrollados: Mallory y Franklin son oficiales muy disciplinados que velan por el cumplimiento de la misión, cueste lo que cueste; Stavros es un resentido que convive con el dolor por la muerte de su esposa e hijo; Miller es un geniecillo de los explosivos que intenta eludir cualquier tipo de responsabilidad, motivo por el cual ha rechazado varias oportunidades de ascenso; Brown ha elegido el peor momento para sufrir una crisis nerviosa; y a Pappadimos le gusta demasiado su trabajo.<br /><br />Con personajes tan dispares, a las escenas de acción y a los giros argumentales se le añaden interesantes enfrentamientos entre los miembros del grupo, que contribuyen a enriquecer la historia, de modo que las más de dos horas y media de película se hacen muy llevaderas. También ayuda el excelente trabajo del reparto, destacando sobre todo Gregory Peck y Anthony Quinn, que años después de “El Mundo en Sus Manos” demostraron nuevamente la estupenda química existente entre ellos. En tercera posición tenemos a David Niven, que realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3226/2738757332_2d2a1111e8.jpg?v=0"></center><br /><br />En resumen, al hablar de “Los Cañones de Navarone”, no nos queda más remedio que concluir con uno de los grandes tópicos del cine: afirmar que, desgraciadamente, ya no se hacen películas como esta.<br /><br />© ZinemanJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-63113115612952542772009-01-16T06:16:00.002+01:002009-01-16T07:29:44.101+01:00[VASCO] Mi Primer Dia de TrabajoDespués de este largo parón navideño, ya es hora de empezar a escribir otra vez regularmente. Como seguramente no os acordaréis, os recuerdo que solamente había escrito un articulo sobre mi primer contacto en Cantabria. Bueno, simplemente relatar que después de ese contacto, como es de suponer hubo bastantes más. Al principio era una vez al mes, luego era un día del fin de semana, pasando a ser que venia todos los fines de semana. Lo único reseñable de esta época de mi vida en la que sin querer estaba haciendo incursiones en territorio contrario, es que me di cuenta de que la gente del País Vasco viene o pasa por Cantabria todos los domingos (sobre todo en verano). Hay unos atascos grandísimos a cualquier hora del día para volver a Bilbao, así que los pasaba escuchando el fútbol en la radio y comiéndome las palmeras que me compraba mi suegra. Algún día os hablaré de las mega palmeras que compra mi suegra que luego la fama de burros la tienen los vascos, pero en alguna cosa los cantabros se llevan la palma.<br /><br />Después de este periplo me compre casa en Cantabria, e incluso me trasladaron el trabajo allí, y ahí era donde quería llegar yo, a mi primer día de trabajo en Cantabria. Imaginaos el plan: empiezas a trabajar en un sitio nuevo, en una ciudad nueva y encima no conoces a nadie, todo el mundo que haya ido a trabajar fuera de su ciudad natal me entenderá. Además, no sé si es porque los cántabros son así, o solo son los de mi nueva empresa pero la verdad que un poco cerrados ya eran!! Yo me acuerdo de estar sentado en mi sitio y todo el mundo que pasaba no decía ni buenos días…., alguno lo sigue haciendo hoy en día también, pero bueno son los que menos.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3367/3197943949_5bcc16a150.jpg?v=0"></center><br /><br />Además, los que se suponía que eran de mi equipo se iban a desayunar fuera y no eran capaces de decir ni un simple "vamos a desayunar, os venís……". Os podéis imaginar mi situación... Menos mal que a la vez que entre yo, entró también otro chico que era nuevo en la empresa y el comportamiento con él era el mismo, así que nunca pensé que este tipo de comportamiento era porque soy vasco. Además, con este chico hice buenas migas y por lo menos los dos juntos pasamos el duro trago de conocer a la gente y conseguir amigos en el trabajo.<br /><br />Bueno, pasado el tiempo vas conociendo a la gente y ahora puedo decir que la verdad es que estoy súper a gusto en esa empresa (más vale que diga esto, que si no, más de uno seguro que me pega un capón :-). Unos ejemplos de compañeros:<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3267/3198790258_a9efa6b4e2.jpg?v=0"></center><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3476/3198790288_b929683cd0.jpg?v=0"></center><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3326/3197943837_39b8a8c7b2.jpg?v=0"></center><br /><br />Bueno yo creo que para la vuelta de las vacaciones ya está bien, me ha quedado un poco aburrido pero la verdad es que no estoy nada inspirado. Ahhh antes de que se me olvide un saludo a todos mis compañeros de trabajo.<br /><br />© txefasJeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8071585.post-83677738187560415252009-01-15T10:45:00.002+01:002009-01-15T10:50:16.372+01:00[BPR] Vísceras - Entrega XIX<b>Apollon (IV)</b><br /><br />Solía llamar a su representante. No le gustaban las mañanas para entablar conversaciones sobre sus pinturas. Para eso reservaba las tardes de luz y olor a urbe en plena actividad. Se recogía el pelo, buscaba el número en su libreta y cruzaba los dedos sin demasiado convencimiento. Apollon se sabía carne de cañón, el perfecto objetivo del arte camuflado en la Historia. Sin embargo, no sentía el final del camino en sus intentos por alcanzar una exposición, un hueco donde plasmar sus láminas que siempre reflejaban a June. Solía llamar a su representante como quien llama al cerrajero cuando las puertas se vuelven inservibles.<br /><br /><center><img src="http://farm4.static.flickr.com/3114/3198914482_7ae181ba87.jpg?v=0"></center><br /><br /><b>Horizonte ceniza (VI)</b><br /><br />Resulta que una vez que llegas al destino, es cuando empiezas a correr.<br /><br />© Fernando Llorente (texto), Ricard Clupés (fotografía)JeSúShttp://www.blogger.com/profile/15714707539856738757noreply@blogger.com1