[ESDLA] La Comunidad del Anillo

Antes de empezar, quisiera dejar clara mi postura acerca de las adaptaciones cinematográficas de obras literarias. Mucha gente ha convertido en axioma la creencia de que “la película siempre es peor que el libro”. Mi respuesta es la siguiente:

La literatura y el cine son dos mundos completamente distintos. Una cosa es un libro y otra una película, y lo que funciona en uno de ellos no tiene por qué funcionar en el otro. De hecho, un libro cuenta con ciertas ventajas sobre una película:

• El ritmo del libro viene en parte marcado por el propio lector. Nunca pretendemos leernos un libro del tirón; sin embargo, una película sí que debe permitir ser vista de una sola vez. Esto significa que el libro puede extenderse mucho más que la película, conteniendo más escenas que a la postre le dan más sustancia.



• El escritor no ha de plasmar visualmente la historia que está desarrollando. Es la imaginación de cada lector la que le va otorgando a cada personaje o ambiente la apariencia que más le gusta, con lo que es más fácil quedar satisfecho. Por el contrario, el cineasta no goza de semejante suerte, de modo que todos los espectadores vemos la misma película, siendo muy difícil, por no decir imposible, contentar a todos.



• El libro, al existir antes que la película, es abordado por el lector sin ninguna idea preconcebida, con lo que es más difícil formarse expectativas y, en consecuencia, llevarse alguna decepción. Sin embargo, la película, al venir precedida del libro, es visionada con un condicionamiento del que el lector carecía.

Yo soy partidario de otorgar cierta libertad al cineasta a la hora de realizar la adaptación. Como he dicho antes, literatura y cine son dos cosas distintas, y lo que funciona en uno no tiene por qué funcionar en otro. Podréis ver que en este sentido soy muy poco purista. Quizá es mi conocimiento del mundo del cine lo que ha ampliado mis miras. Tengo amigos en el mundillo, he estado presente en rodajes y por eso conozco de primera mano lo difícil que es hacer una película, aunque desde fuera no lo parezca.

Por último, está la gente que se dedica a criticar por deporte. Si cambias algo de la obra original, te acusarán poco menos que de profanación; si tu película es una fotocopia de la novela, te acusarán de ser un mecánico sin imaginación que es incapaz de aportar nada original a la historia.

Me reafirmo en lo que os he dicho antes: me gusta que el cineasta introduzca cambios en el texto original si con ello considera que su película va a ser mejor. Peter Jackson no ha rodado “El Señor de los Anillos” de J.R.R. Tolkien. Eso ya existía antes de que él naciera, y es un libro de algo más de 1000 páginas que podéis encontrar en cualquier librería mínimamente decente. Lo que ha hecho Peter Jackson es basarse en dicha obra para rodar “El Señor de los Anillos” de Peter Jackson, que es una trilogía de películas.

Y ahora hablemos de la película.



“La Comunidad del Anillo” se estrenó el 19 de Diciembre de 2001, en medio de una gran expectación mundial y con un reparto en el que figuraban algunos nombres conocidos, aunque tampoco podían considerarse estrellas de cine:

• Elijah Wood (Frodo): aunque algunos lo han considerado demasiado joven para Frodo, otros muchos lo juzgamos como una elección acertada en cuanto nos enteramos de su contratación. Para mí, es un Frodo bastante verosímil.



• Ian McKellen (Gandalf): saliendo al paso de los rumores que situaban a Sean Connery en el papel de Gandalf, el británico Ian McKellen fue finalmente el elegido para interpretar al personaje favorito de muchos. Este actor ya sesentón goza de gran reputación en su país, aunque hasta hace pocos años era un perfecto desconocido para el resto del mundo. A mí personalmente me parece un actor genial, y su composición de Gandalf es de lo mejor de la película. Incluso aquéllos que la han criticado con dureza tienen sólo palabras de elogio para su trabajo.



• Viggo Mortensen (Aragorn): en un principio Aragorn iba a ser interpretado por el insoportable Stuart Townsend, pero al poco de iniciarse el rodaje Peter Jackson consideró que era demasiado joven para el papel y decidió sustituirlo por un actor de mayor edad. He de confesar que nunca me ha gustado Viggo Mortensen (aunque es posible que se deba a que ha participado en películas muy malas). Así las cosas, no es de extrañar que mis expectativas respecto al personaje de Aragorn no fueran muy halagüeñas. Sin embargo, de sabios es rectificar, y no tengo inconveniente en reconocer que la caracterización del personaje y la (obsesiva) implicación de Mortensen en el papel me sorprendieron enorme y gratamente.



• Sean Astin (Sam): la carrera de este actor se encontraba en un marcado declive después de rebasar los 30 años. Suele pasar con casi todos los niños actores. Algunos lo recordaréis como el protagonista de “Los Goonies” o “El hombre de California”. Me gusta cómo ha asimilado el personaje de Sam.



• Orlando Bloom (Legolas): junto a Viggo Mortensen, es probablemente el actor que ha salido más reforzado de esta película, protagonizando después “Piratas del Caribe” y “Troya”, dos películas casi tan largas como lamentables. A mí me parece un actor tremendamente soso, aunque válido para interpretar a Legolas, dado que los elfos son en general personajes bastante gélidos e inexpresivos, así que no se le exige nada por encima de sus posibilidades, que son escasas (pobre chaval, que caña le doy XD).



• John Rhys-Davies (Gimli): muchos recordaréis a Sallah, el amigo árabe de Indiana Jones. Algunos os preguntaréis por qué un actor de 1,85 m de estatura acaba interpretando a un enano. La respuesta es muy sencilla: la relación de tamaño entre este actor y los que interpretan a los hobbits es idéntica a la existente entre enanos y hobbits. Me parece un actor adecuado para el rudo y audaz personaje de Gimli.



• Billy Boyd (Pippin) y Dominic Monaghan (Merry): este es uno de esos casos en que la labor del personaje es fundamentalmente de acompañamiento, ya que interviene poco en la acción. En estas ocasiones el único detalle a cuidar es la caracterización del personaje. Si se trata de dos hobbits traviesos tienen que parecer exactamente eso, cosa que me parece que se ha conseguido.



• Sean Bean (Boromir): me parece el actor idóneo para desempeñar el papel, ya que su experiencia en la interpretación de villanos ayuda mucho al espectador a captar la esencia de lo que es el personaje de Boromir, aunque sea subconscientemente.



• Ian Holm (Bilbo): otro prestigioso actor británico, que ha conseguido que un servidor sea incapaz de imaginar un Bilbo distinto.



• Christopher Lee (Saruman): uno de los villanos por excelencia que nos ha dado el cine pone un broche de oro a su carrera. Fue el propio Lee el que, al enterarse del proyecto, envió una petición a Peter Jackson para una prueba de Saruman. Un consejo: si os es posible, escuchad a Saruman en versión original.



• Liv Tyler (Arwen): mucho se ha hablado acerca de la contratación de esta actriz, especulando con una supuesta imposición del estudio para contratar a una estrella que asegurase la taquilla. Sinceramente, no me parece que Liv Tyler sea ese tipo de estrella. En lo referente a su papel, me parece una caracterización muy lograda, aunque tampoco dispone de mucho tiempo en pantalla.



• Hugo Weaving (Elrond): no poca expectación se generó ante la presencia en estas películas del famoso agente Smith de la para mí sobrevaloradísima trilogía de Matrix. El cambio de chip del actor y el cambio de doblador evitan cualquier recuerdo de su anterior papel, integrándose perfectamente en la historia de Tolkien.



• Cate Blanchett (Galadriel): todos aquellos que habéis leído el libro comprenderéis que Cate Blanchett ES Galadriel.

Para los puristas de Tolkien, esta es la única película de la trilogía que está a la altura del libro de Tolkien, ya que es la más fiel al texto. En mi opinión, esto se debe a que es, con mucho, la más fácilmente adaptable de las tres partes de la novela. Bueno, cada uno de nosotros ha de tener una favorita entre las tres, sea por las razones que sea, ¿no creéis?

Todo esto no significa que no haya diferencias con el libro, que las hay, y muchas, casi todas impuestas por necesidades de simplificación, linealización y mantenimiento del ritmo de la historia: la partida de los hobbits se produce casi inmediatamente y de manera atropellada, mientras que en el libro pasan varios años y se planifica cuidadosamente; el Concilio de Elrond, que es un capítulo muy largo del libro en el que se resume casi todo lo expuesto hasta ese momento, queda reducido a unos pocos minutos; la visita de Gandalf a Saruman es mostrada simultáneamente con el viaje de los hobbits, en vez de enterarnos por el relato del propio Gandalf en el Concilio; Narsil no es reforjada tras el Concilio, sino que tendremos que esperar dos años, hasta el estreno de “El Retorno del Rey”…



También se ha eliminado la intervención de Tom Bombadil, el personaje más desconcertante del libro con diferencia, que en mi opinión es una parte pesadísima de la novela. El motivo es simple: no aporta absolutamente nada a lo que es la historia del anillo, y agradezco en el alma que Peter Jackson se lo haya cargado sin más. Otro tanto puede decirse de las canciones y poemas, que desaparecen para no convertir la película en un musical malo de Broadway.

Todos estos cambios no desvirtúan para nada la esencia de la historia y creo sinceramente que contribuyen a conseguir una película mejor.

Luego podemos encontrar otro tipo de cambios referentes a los personajes. Si bien algunas frases del libro se han mantenido, se ha cambiado el personaje que las pronuncia (los actores solían bromear a propósito de este asunto, “ése me ha robado mi frase” y cosas de esas). Arwen es el personaje que más cambios sufre (su intervención en el libro se reduce a una aparición de lejos en “La Comunidad del Anillo” y dos o tres frases en “El Retorno del Rey”). Aquí la historia de amor con Aragorn es seguida con detalle, convirtiéndose en el motor de las apariciones de Arwen a lo largo de la trilogía.

Precisamente Aragorn es el otro personaje que más cambios presenta. Si bien en el libro es un personaje muy decidido y que casi siempre tiene claro lo que quiere hacer (finamente hablando diríamos que es demasiado elfo; exagerando un poco diríamos que parece un maldito Terminator), en la película se revela como un hombre sumido en un mar de dudas, que al principio rechaza el trono que le corresponde porque no tiene fe en el mundo de los hombres, a los que considera débiles en extremo. Por otra parte, también está su relación con Arwen, que debe elegir entre una vida mortal o separarse de él para siempre. Estas facetas del personaje de Aragorn seguirán desarrollándose a lo largo de toda la trilogía, con gran dolor para el sector purista. Por el contrario, a mí me parece que contribuyen a hacer el personaje de Aragorn mucho más humano, y en consecuencia mucho más creíble y cercano al espectador, máxime si tenemos en cuenta que, según avanza la trilogía, vemos cómo Aragorn va ganando confianza en sí mismo y en el mundo de los hombres, de modo que poco a poco va asumiendo su destino, convirtiéndose al final de la trilogía en el Aragorn del libro, al que tanto echan de menos algunos. Fijaos que no sólo pretendo destacar las dos caras del personaje, sino también la cuidada evolución que experimenta a lo largo de la historia.

De entre todos los personajes creo que Gandalf es el que sobresale por méritos propios, dado su protagonismo y el tiempo que ocupa en pantalla. El espectador se siente un poco huérfano cuando desaparece de la película. Y es que esta es, sin lugar a dudas, la película de Gandalf.

En cuanto a la faceta técnica, podemos destacar una ambientación perfecta, con una dirección artística y una fotografía sencillamente increíbles. Unos espectaculares efectos especiales (siempre al servicio del guión, y no al revés) y una maravillosa banda sonora (Oscar para Howard Shore) contribuyen a crear un precioso catálogo de ilustraciones que convence al espectador de que, indudablemente, Nueva Zelanda es la Tierra Media.



La versión extendida

La versión extendida de “La Comunidad del Anillo” cuenta con 30 minutos adicionales, repartidos entre escenas nuevas y escenas prolongadas. Algunas escenas están sacadas del libro o son guiños al mismo (Isildur arrojándose al río, el prólogo de Bilbo acerca de los hobbits, los elfos camino de los puertos grises, Gollum en el río, etc) y otras son aportaciones de los guionistas (el primer diálogo entre Boromir y Aragorn, Aragorn visitando la tumba de su madre en Rivendel antes de partir con la Compañía, la partida de la Compañía desde Rivendel, etc).

En mi opinión, son escenas que aportan más sustancia a la película a costa de disminuir un poco el ritmo. Desde luego, no son imprescindibles para seguir la historia, pero creo que le dan a la película un mejor acabado. Si tenéis la oportunidad, merece la pena verla aunque sólo sea por curiosidad.

© Zineman

Próxima entrega: Las Dos Torres (13 Diciembre)