[Verdades] El presente no es ciencia ficción
Dado que en la actualidad tengo 44 años de edad, en el año 1982 contaba, durante la mayor parte del año, pues fui parido en noviembre, 18 años.
Y en aquel 1.982, hace ya entonces veintiséis años, se estrenó una película titulada “Blade Runner”, del director de cine británico, todavía no oscarizado, pero si nominado, Ridley Scott.
Ésta y otras películas, con anterioridad o posteriormente, nos han planteado un futuro que se me antoja diferente al que realmente estamos viviendo. Infinidad de libros y películas, y hasta nuestra propia imaginación, nos hacían ver el presente, entonces, diferente a lo que hoy es.
Es cierto, y en cualquier época va a pasar, que el presente es una época de avances en todos los órdenes, y como estamos subidos a la ola no tenemos la visión en perspectiva que los años vista dan. Sin embargo, creo que seguramente hace veintiséis años nos imaginábamos (los que teníamos edad para imaginar) en el tercer milenio subidos a platillos volantes y con un mando a distancia con opción de “hiperespacio”.
Ciencia ficción es ciencia ficción, me diréis, pero me acuerdo que de chaval imaginaba el futuro de otra manera. Los tiempos avanzan como es lógico, pero todavía queda muy lejos el futuro que imaginé o me hicieron imaginar. Ciencia ficción sería pues más ficción que ciencia.
Por ejemplo, imaginé avances en el automovilismo. Hoy existen coches, denominados “concept cars” o prototipos, pero la gente sigue muriendo en carretera. Ya sé que hay más coches y por lo tanto más accidentes, los coches corren más, hay más seguridad activa y pasiva, pero sigue muriendo gente a manos de un automóvil. No somos tan modernos.
Imaginé avances en las telecomunicaciones, pero como dije no tenemos el mando a distancia del hiperespacio. Vaya chasco.
Imaginé avances en las relaciones entre las gentes y los diferentes pueblos, pero siguen habiendo guerras y éstas ya no son cuerpo a cuerpo, sino de destrucción total. En esto si hemos avanzado.
De chaval miraba el año dos mil y me parecía tan lejano… Hoy ya estamos más cerca de la siguiente década y estamos aquí. Cada día más viejos, aguantando mecha y esperando ver cumplidos los sueños, pero solo los buenos, que teníamos cuando éramos mucho más jóvenes.
© Barón
Y en aquel 1.982, hace ya entonces veintiséis años, se estrenó una película titulada “Blade Runner”, del director de cine británico, todavía no oscarizado, pero si nominado, Ridley Scott.
Ésta y otras películas, con anterioridad o posteriormente, nos han planteado un futuro que se me antoja diferente al que realmente estamos viviendo. Infinidad de libros y películas, y hasta nuestra propia imaginación, nos hacían ver el presente, entonces, diferente a lo que hoy es.
Es cierto, y en cualquier época va a pasar, que el presente es una época de avances en todos los órdenes, y como estamos subidos a la ola no tenemos la visión en perspectiva que los años vista dan. Sin embargo, creo que seguramente hace veintiséis años nos imaginábamos (los que teníamos edad para imaginar) en el tercer milenio subidos a platillos volantes y con un mando a distancia con opción de “hiperespacio”.
Ciencia ficción es ciencia ficción, me diréis, pero me acuerdo que de chaval imaginaba el futuro de otra manera. Los tiempos avanzan como es lógico, pero todavía queda muy lejos el futuro que imaginé o me hicieron imaginar. Ciencia ficción sería pues más ficción que ciencia.
Por ejemplo, imaginé avances en el automovilismo. Hoy existen coches, denominados “concept cars” o prototipos, pero la gente sigue muriendo en carretera. Ya sé que hay más coches y por lo tanto más accidentes, los coches corren más, hay más seguridad activa y pasiva, pero sigue muriendo gente a manos de un automóvil. No somos tan modernos.
Imaginé avances en las telecomunicaciones, pero como dije no tenemos el mando a distancia del hiperespacio. Vaya chasco.
Imaginé avances en las relaciones entre las gentes y los diferentes pueblos, pero siguen habiendo guerras y éstas ya no son cuerpo a cuerpo, sino de destrucción total. En esto si hemos avanzado.
De chaval miraba el año dos mil y me parecía tan lejano… Hoy ya estamos más cerca de la siguiente década y estamos aquí. Cada día más viejos, aguantando mecha y esperando ver cumplidos los sueños, pero solo los buenos, que teníamos cuando éramos mucho más jóvenes.
© Barón
Etiquetas: Verdades
2 Comentarios:
Barón,
Yo percibo el mundo actual, el día a día actual como lo anunciaban los visionios de los cómics, de los libros y del cine. Estéticamente desde luego, existencialmente muy próximo. Los niños juegan durante horas en espacios imposibles rodeados de bolas de muchos colores, todo eso bajo una gran carpa a muchos metros de altura compuesta por hierro , cristal y luz artificial (al más estilo BladeRunner , Dark city y demás). Nada de parques, verdín en las rodillas o rasguños aconsecuncia de un tobogan un poquito oxidado.
Podemos hacerlo todo solos mediante el uso de máquinas y estar sin hablar con nadie durante semanas (otra de las muestras de esos textos y películas). Estamos controlados las 24 horas gracias a la tecnología (localización de móvil, satélites, cámaras en recintos, calles, etc). Tenemos miedo a la noche, casi hay que salir armado (exagerando). Pero esa sensación nos la inculcan y existe. Y así un montón de cosas más. Si a todo esto se le suma la wii... entonces no hay salida. Quizá aún nos quede volver alos besos de tornillo en plena calle, a bañarse desnudo en la playa o a cosas del estilo..........
Quizá también tendríamos que animarnos a afirmar que soñamos, que nuestros sueños existen, que puede que no se cumplan nunca, pero que es de las pocas cosas que no nos puede quitar nadie. Quizá tendríamos también que dar un golpe en la mesa y decir a los cuatro vientos que la vida no es como nos gustaría que fuera y que estamos aquí para decir que somos violadores de todos aquellos que matan con su aliento la mirada de nuestros ojos, las palabras con intención y que nuestro mirador no está lo suficientemente lejos de todo lo que nos dicen que no existe y que sin embargo está ahí y nos pertenece.
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