[Cine] Sideways (Entre Copas)

Finalizamos hoy nuestro repaso de las cinco candidatas al Oscar a la mejor película del año 2004. Fijaos qué casualidad: una semana se estrena “El Aviador”; a la siguiente se hacen públicas las nominaciones; a partir de ese momento se estrena cada una de las cuatro candidatas restantes, a razón de una película cada semana; y cuando ya hemos completado el quinteto, la semana siguiente tiene lugar la ceremonia de entrega de premios. Sí, señor. Toda una casualidad.

La película de esta semana es “Sideways (Entre Copas)”. En los medios encontraréis referencias tanto al título original como al traducido, así que utilizo los dos juntos para evitar mayor confusión (además de destacar lo libre de la traducción, claro). Trata de un aspirante a escritor, entendido en vinos, que malvive dando clases de literatura inglesa en San Diego. Su mejor amigo, un actor de televisión venido a menos, está a punto de casarse, así que como despedida de soltero organizan un viaje de una semana por la región vinícola de California (esa del “Falcon Crest” y la Angela Channing).



Se trata de una comedia dramática estupenda, con un guión muy bien trenzado, repleto de inteligentes diálogos, que combina hábilmente los momentos graciosos con los serios, y que se apoya en los cuatro actores principales. El escritor está interpretado por un soberbio Paul Giamatti, que nos presta su punto de vista, y el amigo juerguista es Thomas Haden Church, que va detrás de todo lo que tenga faldas, aunque sea un escocés o una mesa camilla. Por supuesto, las situaciones más graciosas serán provocadas por él. En el equipo femenino tenemos a Virginia Madsen (la hermana de Michael Madsen, el Sr. Rubio de “Reservoir Dogs” y un habitual de Quentin Tarantino), que es la chica ideal para el escritor, y a Sandra Oh (con ese apellido, la de chistes que tendrá que aguantar la pobre chica), amiga de la anterior y víctima de los engaños del amigo juerguista.



A lo largo de la semana que abarca la película presenciamos las vivencias del cuarteto, y los dos amigos (opuestos el uno al otro, por supuesto) comenzarán a replantearse las decisiones más importantes que tomaron durante su vida o que están a punto de tomar, tonteando con la famosa depresión de los cuarenta. Todo esto “entre copas”, porque el vino se erige en el quinto protagonista de la película, en su hilo conductor.

En la dirección tenemos a Alexander Payne, uno de los directores más en boga del cine independiente estadounidense, que se reveló como promesa en “Election” y se consagró con “A Propósito de Schmidt”. También es co-guionista. Es uno de esos cineastas que escriben y dirigen sus películas, las basan en el guión y el trabajo actoral y después las ruedan con poco presupuesto (12 millones de dólares ha costado esta, y eso en el cine estadounidense es casi calderilla). Cuando se tiene talento, no se suele necesitar más.

© Zineman