[LGDLG] Episodio IV: Una Nueva Esperanza
El primer personaje que crea es el villano Darth Vader, en una versión muy parecida al resultado final. Por el contrario, tarda bastante en definir los personajes protagonistas del bando rebelde. En la versión definitiva, por todos conocida, son tres: un joven granjero idealista llamado Luke Starkiller (que durante el transcurso de la historia desarrolla unos poderes obtenidos de una energía mística conocida como “la Fuerza”, lo que le hace integrarse en una élite, los Caballeros Jedi), una impetuosa princesa de nombre Leia Organa y el cínico contrabandista Han Solo. Pero el proceso de creación es mucho más complicado de lo que podría parecer a simple vista:
- En el primer borrador es el granjero Starkiller, padre de unos mellizos, quien lleva el peso de la película. Con el tiempo, el protagonismo pasa a uno de los mellizos, Luke, y el padre se convierte en el villano.
- El proceso de transformación no se detiene ahí, ya que el personaje de Luke no acaba de cobrar forma. Se le llega a dar la apariencia de un enano al estilo de “Willow”, y tras una de las reescrituras se convierte en un general de unos 60 años.
- Más tarde se prueba con la melliza como protagonista (en su variante enana también), pero Lucas decide volver al mellizo varón.
- Han Solo comienza siendo un enorme monstruo de piel verde con branquias, que se supone ha sido criado por los wookies (de ahí vendría su amistad con Chewbacca, junto al que empezaría su carrera de contrabandista).
- Ni siquiera el concepto de la Fuerza está claro. Llega a convertirse en el Cristal de Kaiburr, una especie de Santo Grial Galáctico.
Al final se recurre a un conjunto de personajes bastante clásico. Tenemos a Luke Starkiller (el primer día de rodaje deciden cambiarle el apellido por Skywalker), el joven valiente en busca de aventuras con el que al público le gusta identificarse; la princesa Leia Organa, la doncella que nunca puede faltar en este tipo de historias; el aventurero Han Solo, que representa el contraste con el joven héroe; el Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi, el hombre sabio que aconseja a los protagonistas en los momentos de necesidad; y no han de faltar los personajes más cómicos, como el peludo Chewbacca o los robots C-3PO y R2-D2 (inspirados en Laurel y Hardy).
Toda esta vorágine de cambios y más cambios obliga a Lucas a invertir un año en la escritura del guión. Pasado ese tiempo, descubre que se le ha ido la mano y parte del brazo, ya que la historia ocupa más de 200 páginas. Entonces decide dividirla en tres actos y rodar sólo el primero de ellos, con el título de “La Guerra de las Galaxias”.
Para convencer a los directivos de la Fox (la película no va a resultar precisamente barata), George Lucas decide contratar al ilustrador Ralph McQuarrie, diseñador conceptual de Boeing, para que elabore una serie de bocetos que transmitan su idea de la historia. Impresionados por los dibujos, los jefes de la Fox aprueban un presupuesto de 8 millones de dólares (muchísimo dinero para hacer una película en aquella época). Para proteger la segunda y tercera parte de su guión, Lucas exige quedarse con los derechos de filmación de ambas. Incluso renuncia a cobrar una cantidad extra de dinero, reservándose a cambio los derechos de merchandising. Los ejecutivos se frotan las manos, ya que Lucas se está quedando únicamente con lo que a ellos no les interesa. Cierto es que el merchandising supone entonces un negocio muy pequeño, pero esta película lo disparará hasta el punto de convertir a George Lucas en multimillonario (ni que decir tiene que él acaba ganando más dinero que la Fox).
Una vez arreglado todo el papeleo, Lucas se pone manos a la obra. En el verano de 1975 aún no existen las compañías de efectos especiales, y los departamentos que los grandes estudios destinan a tal fin se encuentran cerrados debido a su elevado coste. Lucas tira por la calle del medio y funda su propia compañía de F/X, la Industrial Light&Magic. Al frente se sitúa John Dykstra, un alumno aventajado de Douglas Trumbull (el artífice de los efectos especiales de “2001” y “Encuentros en la Tercera Fase”).
Para encontrar a los actores que interpreten a sus tres protagonistas rebeldes, Lucas comparte un casting con Brian de Palma (que está preparando “Carrie”). Durante el proceso pasan por allí gran cantidad de actores (Kurt Russell, William Katt, Nick Nolte, Christopher Walken…). Al final, Lucas decide contar con tres desconocidos. Mark Hamill, Carrie Fisher (hija de la actriz Debbie Reynolds) y Harrison Ford (al que se llama simplemente para leer las frases de Solo en las pruebas para Luke y Leia, y que sin querer acaba convenciendo a Lucas). En el estudio se muestran muy preocupados por un reparto lleno de desconocidos. Lucas reconoce que para el papel de Kenobi necesita una estrella, por lo que Alec Guinness se embarca en el proyecto. El bando rebelde se completa con el gigantón Peter Mayhew como Chewbacca (consiguió su papel simplemente levantándose de la silla cuando Lucas entró en la habitación, haciendo honor a su buena educación británica); el cómico teatral de un metro de estatura Kenny Baker, dentro del androide R2-D2; y Anthony Daniels, con cierta experiencia como mimo, en el papel del neurótico C-3PO. En lo referente a los villanos, el campeón de culturismo David Prowse aporta su físico a Darth Vader, cuya voz pone James Earl Jones (el equivalente perfecto de nuestro Constantino Romero). El gobernador Tarkin lo interpreta el mítico Peter Cushing.
El rodaje comienza en marzo de 1976, en el desierto de Túnez. La cosa es un completo desastre, porque una tormenta de arena (la más feroz en 20 años) destroza los decorados. Tras completar el rodaje de exteriores, el equipo se traslada a Londres para filmar los interiores, y la cosa va de mal en peor. Como la impresión general es que la película es muy infantil, al equipo le cuesta horrores tomarse su trabajo en serio. Por si esto fuera poco, Lucas, que al proceder del cine de bajo presupuesto se ha acostumbrado a hacerlo todo él solo, no deja de inmiscuirse constantemente en el trabajo de los técnicos, con los que tiene más de un enfrentamiento. La producción se retrasa, los costes aumentan y en las reuniones de la Fox sube la tensión y la preocupación. Cuando el presupuesto, originalmente de 8 millones de dólares, llega a los 11 millones, el estudio exige que se termine el rodaje inmediatamente, por lo que la última semana es absolutamente frenética (se crean tres unidades de rodaje).
La postproducción es aún más desquiciante. Los problemas con el montaje y los efectos especiales dan al traste con la intención inicial de estrenar en la Navidad de 1976, por lo que el estreno se retrasa hasta el verano. Lucas decide ponerse al frente de ILM, que se ve obligada a realizar el trabajo de todo un año en seis meses. Todo esto le pasa factura: un día ingresa en el hospital tras sufrir fuertes dolores en el pecho. Allí le diagnostican estrés y agotamiento, y le ordenan guardar reposo. Finalmente, en la primavera de 1977, cuando ya incluso se duda si se llegará a estrenar, se completa la película y se le pone la banda sonora, que corre a cargo de John Williams, elegido por Lucas tras una recomendación de su amigo Steven Spielberg (muy satisfecho tras la experiencia de “Tiburón”).
El 25 de mayo de 1977, “La Guerra de las Galaxias” se estrena por fin. Como nadie la quiere reservar, la Fox ha exigido que todo cine que quiera proyectar “El Otro Lado de la Medianoche” (una de las películas más esperadas del momento) debe estrenar antes “La Guerra de las Galaxias”. 37 salas aceptan las condiciones. Y entonces se obra el milagro: para culminar esta versión de “Cenicienta”, la película se convierte en la más taquillera de la historia. Además de salvar a la Fox de la bancarrota (habían encadenado una serie de fracasos en taquilla), la cotización de sus acciones se dobla en el plazo de pocas semanas, y se bate el récord de beneficio neto anual, que pasa de 37 a 79 millones de dólares.
“La Guerra de las Galaxias” supuso una revolución en lo referente a la manera de contar historias. Hacía mucho tiempo que la gente no podía ir al cine simplemente a ver una buena película y pasar un rato entretenido. Ya desde la primera escena, con la aparición de ese interminable destructor imperial, el público entendió que aquella película sería muy distinta de lo que se había visto hasta entonces.
Se trataba de un regreso al cine de aventuras puro y duro, con unos buenos muy buenos y unos malos muy malos. El guión era igual de simple: una joven rebelde consigue información vital, unos héroes casuales se encargan de rescatarla, y como colofón aprovechan esa información para asestar un duro golpe al enemigo. Ahí quedan escenas míticas como la cantina de Mos Eisley, los vuelos del Halcón Milenario o el duelo a sable láser entre Kenobi y Vader. Lo mejor de la película es, sin duda alguna, el larguísimo ataque final contra la Estrella de la Muerte, todo un prodigio del cine de aventuras. En lo que atañe al reparto, cada actor cumple a la perfección con su papel, ya que son personajes con pocos matices y no entrañan ninguna dificultad.
La clave del éxito de “La Guerra de las Galaxias” puede resumirse en una palabra: ritmo. La acción comienza en el primer fotograma y se mantiene hasta el final, sin apenas descanso. Si a esto le añadimos la sorpresa que debieron suponer sus por entonces revolucionarios efectos especiales y la estupenda banda sonora de John Williams, ya lo tenemos todo.
Bueno, en realidad no todo, porque esto sólo era el comienzo de la saga…
Próxima entrega: Episodio V – El Imperio Contraataca (28 Abril)
© Zineman
Etiquetas: Cine
1 Comentarios:
Interesantísimo blog, muy completos los post. Un saludo
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