[Cine] Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal

El jefe regresa de sus vacaciones, el servicio de publicaciones de la web vuelve a funcionar, y nosotros seguimos hablando de cine. Para ir cogiendo el ritmo poco a poco, volvemos a recurrir al DVD.

En la madrugada del 2 de mayo de 1981, los vecinos de la ciudad de Savannah se despertaron sobresaltados al escuchar varios disparos procedentes del interior de la mansión Mercer, propiedad de Jim Williams. Cuando la policía llegó al lugar, encontró el cadáver de Danny Hansford, un joven drogadicto, tendido en el suelo del despacho de Williams, de quien era amante.



Jim Williams declaró que Hansford había entrado en la casa totalmente enloquecido, derribando un reloj carillón y rompiendo una silla. Después había cogido una Luger de la colección de armas y le había apuntado con ella, disparando en tres ocasiones y fallando todos los tiros. Mientras intentaba disparar por cuarta vez, el arma se encasquilló, momento que aprovechó Williams para coger otra Luger y disparar tres veces sobre Hansford, matándole.

Por aquel entonces, un escritor neoyorquino llamado John Berendt se encontraba en Savannah, descubriendo poco a poco el excéntrico paisaje humano del lugar: la Lady Chablis, un travesti de lo más popular; Luther Driggers, un hombre que se pasea por la ciudad con unas moscas a modo de mascotas y un frasco de veneno en el bolsillo, decidiendo si lo vierte o no en el suministro de agua de Savannah; Minerva, una hechicera vudú que parece saberlo todo de todos; Joe Odom, un vividor que organiza grandes fiestas en las casas que le encargan cuidar; el señor Glover, que pasea una correa sin perro, en vez de un perro sin correa; y un largo etcétera. Berendt se interesó por el caso Williams, llegando a colaborar con su equipo de abogados.



El primer juicio por el asesinato de Danny Hansford se resolvió con veredicto de culpabilidad, siendo Williams condenado a cadena perpetua. Durante la apelación de la sentencia, el acusado evitó la prisión pagando una fianza de 200.000 dólares. Mientras preparaba el proceso de apelación, el abogado de Jim Williams, Bobby Lee Cook, tuvo acceso a una copia anónima del informe policial, en el que se demostraba que el oficial a cargo del arresto había incurrido en una serie de contradicciones. Por este motivo, el juicio fue declarado nulo y se ordenó su repetición.

Para el segundo juicio, Williams decidió cambiar de abogado. Contrató a Sonny Seiler, quien decidió que era más conveniente hacer pública la homosexualidad de su cliente, algo que no había sucedido en el primer juicio. Aparte de este detalle, el proceso fue parecido, y Williams fue condenado de nuevo a cadena perpetua, aunque de nuevo evitó la prisión. El Tribunal Supremo de Georgia consideró que el sheriff no debió haber testificado en calidad de experto, y además el fiscal del caso reservó pruebas para presentarlas en su alegato final, por lo que el segundo juicio fue anulado también.

En el tercer juicio, Jim Williams decidió contarle a John Berendt la verdad. Danny Hansford no llegó a disparar un solo tiro porque el seguro de la Luger estaba puesto. Mientras intentaba quitarlo, Williams le disparó. Esto explicaba el hecho de que las manos de Hansford no presentasen residuos de pólvora, lo que constituía la principal prueba de la acusación, que basaba su exposición en que Hansford no había llegado a disparar. Sin embargo, Sonny Seiler descubrió que el cadáver había sido trasladado hasta el hospital de Savannah sin bolsas protectoras en las manos, por lo que los restos de pólvora podían haber desaparecido fácilmente. A pesar de ello, el jurado se disponía a declarar nuevamente culpable a Williams, pero se descubrió que un miembro del jurado había consultado a un doctor acerca de cuestiones médicas. Al haberse quebrantado el aislamiento del jurado, el tercer juicio también fue declarado nulo.

En 1989, Jim Williams batía todos los récords del estado de Georgia al enfrentarse a su cuarto juicio por un mismo cargo de asesinato. En esta ocasión, el tribunal decidió realizar un cambio de jurisdicción, por lo que el proceso se celebró en la ciudad de Augusta. El jurado tardó menos de una hora en acordar un veredicto de no culpabilidad.

El 14 de enero de 1990, ocho meses después de acabar el último juicio, Jim Williams fue encontrado muerto en el suelo de su despacho, curiosamente en el mismo lugar en que habría caído si Danny Hansford le hubiera disparado casi nueve años atrás. La primera impresión fue que se trataba de un paro cardíaco, pero la autopsia reveló que la verdadera causa de la muerte fue una neumonía. Williams tenía 59 años.



Con todo este material, John Berendt escribió un libro titulado “Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal”, en el que describe ese peculiar zoo humano que es la ciudad de Savannah, utilizando el caso Williams como línea argumental y/o como excusa. El libro se convirtió en un auténtico best-seller, y no tardó en llegar a manos de Hollywood. Se le ofreció a Berendt la posibilidad de escribir él mismo el guión de la adaptación cinematográfica, pero rechazó la oferta porque se consideraba incapaz de asumir tamaña labor. La tarea recayó entonces en John Lee Hancock, que concentró los cuatro juicios de Jim Williams en uno solo, reuniendo los acontecimientos más relevantes. También se introducen algunos cambios menores: por ejemplo, el personaje protagonista, que hace las veces de John Berendt, es rebautizado como John Kelso, y acude a Savannah por encargo de una revista de sociedad, para escribir un artículo sobre la famosa fiesta de Navidad de Jim Williams; y Danny Hansford pasa a llamarse Billy Hanson. Por supuesto, aparece gran parte del variopinto paisanaje de Savannah, encabezado por la Lady Chablis.

Al principio, Clint Eastwood no se sintió muy atraído por el guión, pero una visita a la ciudad de Savannah, donde conoció a gran parte de los curiosos personajes de la novela, bastó para que se interesara por el proyecto. Los papeles protagonistas recayeron en John Cusack (John Kelso) y Kevin Spacey (Jim Williams), acompañados por Jude Law, Alison Eastwood (su padre jura y perjura que fue la que mejor hizo las pruebas) y gran parte de los habitantes de Savannah interpretándose a sí mismos. Por cierto, el juez es el auténtico Sonny Seiler. Su papel como abogado de Jim Williams lo representa un actor, Jack Thompson.



He de reconocer que la primera vez que vi la película no me gustó demasiado. Me había hecho una idea equivocada antes de entrar al cine, ya que pensé que sería una historia policíaca y/o de juicios. En cuanto empezaron a desfilar personajes me desorienté, y acabó pareciéndome una peli algo lenta. Sin embargo, cuando la pasaron en la tele decidí darle una segunda oportunidad, y me lo pasé bastante mejor que en el cine. Después la he vuelto a ver en varias ocasiones, unas tres o cuatro por lo menos, y cada vez me parece más divertida. No es la única película con la que me ha pasado esto.

Como he dicho antes, el juicio de Jim Williams es tan sólo una excusa. La verdadera estrella de la película es Frikilandi… estooooooo… la ciudad de Savannah, con sus peculiares lugareños. John Kelso describe perfectamente la situación en unas pocas frases: “¡Este sitio es fantástico! ¡‘Lo que el Viento se Llevó’ con mescalina! […] Aquí pasean a perros imaginarios con una puta correa, ¿oyes? Y todos van armados y borrachos. ¡Nueva York es aburrido!”. Y esto lo dice un tío que al acostarse se pone una cinta con ruido de tráfico...



La Lady Chablis tiene algunas escenas realmente impagables (en el club, en el baile de la Alfa Pi Beta, en el juicio, en el hospital…); Joe Odom es un serio aspirante al título de “Caradura más simpático del año”; hay dos ancianas que, durante la fiesta de Jim Williams, se cachondean del suicidio de sus maridos; Luther y sus moscas presiden el jurado… Toda la película es un álbum de rarezas tremendamente divertidas y bien dosificadas. John Cusack es casi un mero espectador que, al igual que nosotros, se limita a alucinar con todo lo que ve, mientras Kevin Spacey compone un enigmático personaje cuyas frases hay que leer entre líneas en más de una ocasión (atentos a la escena inmediatamente posterior a la fiesta, donde Jim Williams le tira sutilmente los tejos a John Kelso). Ni que decir tiene que ambos están estupendos. Por ejemplo, muchos de los invitados a la fiesta de Navidad son personajes reales, que alabaron la manera de conducirse que tuvo Kevin Spacey a lo largo de toda la escena, muy parecida a la del auténtico Jim Williams.



La dirección de Clint Eastwood se basa en un sobrio manejo de la cámara y un inteligente uso del color y el sonido. Cada miembro del reparto interpreta su papel a la perfección, aunque es probable, como he dicho antes, que la ciudad de Savannah sea la verdadera protagonista de la película. La banda sonora es una selección del más fino jazz de Johnny Mercer, hijo de Savannah y letrista de canciones tan famosas como “Moon River” o “Come Rain or Come Shine”.

Muchos lectores del libro opinan que la película es una adaptación bastante sesgada del mismo. Conocéis sobradamente mi opinión sobre el eterno conflicto libro vs. película, así que no la repetiré. ¿Fue asesinato o defensa propia? Yo creo que la clave está en el enfoque que el espectador le quiera dar a esta pregunta. A primera vista, es fácil creer que la película gira en torno a ella. Sin embargo, si se considera el caso Williams como una simple justificación para situar la acción en Savannah, es más fácil que nos guste la película, ya que entonces se convierte en un divertidísimo álbum de habitantes de la ciudad. John Berendt dice sentirse muy satisfecho con el trabajo de Clint Eastwood, sobre todo porque no creía que fuese posible adaptar su novela, en la que aparecen más de cien personajes. Que el autor se pronuncie a tu favor es un punto, ¿no?

Si la gente ve “Gran Hermano”, ¿por qué no darle una oportunidad (o dos, como hice yo en su día) a “Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal”? Y si no lo ven, mejor para ellos.

© Zineman