[Cine] Sospechosos Habituales

“Sospechosos Habituales” comienza cuando se declara un incendio en un barco amarrado en el puerto de San Pedro, California. Sólo sobreviven dos personas, un marinero húngaro, que es ingresado en el hospital con graves quemaduras en todo su cuerpo, y un delincuente de poca monta, el tullido Verbal Kint. Durante la investigación, el detective Kujan interroga a Kint para intentar averiguar qué demonios ha sucedido esa noche.
En ese momento, la acción se traslada a Nueva York en el espacio y seis semanas antes en el tiempo. Asistimos a una rueda de identificación en comisaría. Normalmente se alinea a cinco o seis personas, entre las que se incluye al sospechoso detenido, para comprobar si el testigo del delito es capaz de realizar una identificación fiable. Pero esta vez es distinto: los polis han reunido a cinco sospechosos y no han metido a nadie de relleno. Cuando son puestos en libertad, deciden formar un equipo para llevar a cabo un osado golpe. Sin embargo, las cosas se irán complicando enormemente, y se las tendrán que ver con un legendario mafioso, conocido como Keyser Soze.
Los sospechosos habituales son Gabriel Byrne, Kevin Spacey, Stephen Baldwin, Kevin Pollak y un irreconocible Benicio del Toro. El agente Kujan es Chazz Palminteri, que consiguió el papel después de que lo rechazaran Robert de Niro y Christopher Walken. El inglés Pete Postlethwaite, conocido por su papel de Giuseppe Conlon en “En el Nombre del Padre”, interpreta al señor Kobayashi, un inquietante abogado que dice representar a Keyser Soze. Todos ellos realizan un trabajo excelente. Incluso el patán de Stephen Baldwin, que en un concurso de actores malos sería descalificado por abusón, está a la altura.

La película se articula en forma de flashback entorno al testimonio de Verbal Kint, interrumpiéndose de vez en cuando para ofrecernos discusiones entre el tullido y el agente Kujan o aportar algunos datos obtenidos durante la investigación. Los giros argumentales se suceden continuamente y van aumentando su intensidad a medida que se acerca el final, uno de los más sorprendentes (y mejor rodados y montados) de la historia del cine negro. Bueno, he de confesar que yo lo adiviné a causa de un pequeño defecto, que no revelaré aquí para no reventar la película a aquellos que aún no la hayan visto. Por supuesto, “Sospechosos Habituales” también tiene sus detractores. Hay gente que se aburre soberanamente o pierde el hilo de la historia.
En mi habitual apartado de curiosidades, me veo obligado de nuevo a omitir las más jugosas, ya que atañen a aspectos clave de la trama. Sí que os puedo decir, por ejemplo, que la escena de la rueda de identificación estaba planificada como algo serio, pero los actores fueron incapaces de contener la risa y Bryan Singer decidió escoger las tomas más divertidas para el montaje final. También puedo contar que, para dar mayor realismo a su personaje de tullido, Kevin Spacey se pegó con cola los dedos de la mano izquierda. Qué pena que a partir de aquí tenga que morderme la lengua.

“Sospechosos Habituales” consiguió los Oscars al mejor guión original y al mejor actor de reparto (Kevin Spacey), los dos a los que optaba, y abrió a Bryan Singer las puertas de Hollywood, aunque en estos últimos diez años sólo ha rodado cuatro películas más: “Verano de Corrupción”, las dos primeras entregas de la saga “X-Men” y la aún no estrenada “Superman Returns”. En lo referente a esta última, hay buenas y malas noticias. Las malas, que no tiene muy buena pinta. La poca información que ha trascendido no invita al optimismo (a la vista de la foto, el rojo del traje es muy sucio, la S parece una pegatina de esas que vienen en las bolsas de patatas fritas, y las botas se las debe haber prestado DareDevil). Las buenas, que ya que es muy poco lo que nos han enseñado cabe la esperanza de que se hayan guardado lo bueno. A lo largo de 2006 saldremos de dudas.
© Zineman
Etiquetas: Cine
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