[Cine] El Caso Slevin

Jesús regresa de sus vacaciones, el servicio de publicaciones vuelve a funcionar y todo sigue como antes. Bueno, en realidad no todo, ya que algo ha cambiado en el mundo: esta Semana Santa no han pasado “Ben-Hur” en la tele. ¿Estará el fin cerca? Mientras salimos de dudas, hablemos de cine. Hablemos de “El Caso Slevin”.



Slevin Kelevra no está teniendo una buena racha. Su edificio ha sido desalojado por culpa de una plaga de termitas, así que decide mudarse a casa de su novia. Cuando llega allí, la encuentra probando la resistencia de los muelles del colchón con otro tío. Dado que permanecer allí podría resultar un tanto violento, Slevin se marcha al piso de su amigo Nick, siendo atracado por el camino. Al llegar, descubre que Nick no está en casa, y en su lugar aparecen dos matones… que lo toman por Nick. A partir de ese momento, Slevin verá como los problemas de su amigo se convierten en sus problemas. Y en comparación con ellos, sus anteriores quebraderos de cabeza se quedan en una mera anécdota.

El reparto está encabezado por Josh Hartnett en el papel de Slevin, hostigado por dos capos mafiosos: el Jefe, interpretado por Morgan Freeman, y el Rabino, interpretado por (Sir) Ben Kingsley. Lucy Liu es Lindsey, la vecina loca de Nick, y Bruce Willis es el inquietante Smith, un asesino que da la impresión de ser la única persona que sabe qué narices está pasando en realidad. El tercer enemigo de Slevin es el oficial Brikowski, un policía interpretado por Stanley Tucci.

Si esto fuera un anuncio por palabras, la trama de “El Caso Slevin” podría resumirse como tío con increíble mala suerte está en el lugar equivocado en el momento equivocado. A medida que la historia avanza, nos vamos encontrando con una amplia gama de personajes, sorprendentemente ricos en matices para el poco tiempo que aparecen en pantalla. Es lo que tienen las pelis de mafiosos, que casi no te da tiempo ni a aprenderte los nombres, debido a la velocidad con la que muere el personal. Ahora mismo y de memoria, me salen alrededor de veinte cadáveres. Todo ello al ritmo del shuffle de Kansas City.



Por supuesto, entre tanta muerte siempre hay sitio para el humor. De hecho, los actores se lo han debido pasar de vicio mientras rodaban, y eso se nota no sólo en su trabajo individual sino también en su funcionamiento como grupo, ya que hay mucha química entre ellos. Josh Hartnett y Lucy Liu están estupendos, y Bruce Willis hace de Bruce Willis, pero los papeles de Morgan Freeman y (Sir) Ben Kingsley parecen escritos expresamente para ellos.

“El Caso Slevin” va camino de convertirse en una de las sorpresas de la temporada, y todo gracias al boca a oreja (no boca a boca, como dice todo el mundo… eso es otra cosa). Es una película sin pretensiones, basada en un guión bien trenzado y con algún que otro giro argumental. Combina perfectamente acción, intriga y humor. Ha gustado mucho entre el público en general, y no sin motivo.

© Zineman