Jean-Jacques Annaud es uno de los directores europeos más personales. Tras licenciarse en Letras y estudiar en el IDHEC, el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de Francia, empezó a trabajar en la revista Paris Match. Después de realizar el servicio militar en África, regresó a su país para iniciar su carrera como director, concretamente en el campo de la publicidad, cuya difusión por televisión acababa de ser autorizada.
Con unos quinientos anuncios rodados y convertido en uno de los profesionales más cotizados del sector, Annaud sorprendió a propios y extraños dando el salto al cine. Su primera película, “Noirs et Blancs en Couleur” (“Negros y Blancos en Color”), basada en hechos reales que conoció durante su estancia en Camerún, cosechó un gran éxito de crítica pero fue un fracaso estrepitoso en taquilla. El francés quedó tocado, pero se recuperó en 1977 al ganar el Oscar a la mejor película extranjera.
En 1980 rodó “El Cabezazo”, cuyo éxito le permitió abordar los proyectos por los que hoy es más conocido entre el público. Primero llegaría “En Busca del Fuego”, su primera producción internacional con un presupuesto considerable. Tras su estreno, Annaud se zambulle en la preproducción de “El Oso”, basada en el libro de James Oliver Curwood, y poco tiempo después cae en sus manos una novela de Umberto Eco, titulada “El Nombre de la Rosa”. Durante dos años trabaja simultáneamente en ambos proyectos, y a mediados de los 80 decide rodar primero esta última. La película, con un insuperable Sean Connery como protagonista, se convierte en un gran éxito internacional de público y crítica, tanto que a menudo es citada como un ejemplo de excelente adaptación cinematográfica.
A finales de los 80, Annaud se centra en el rodaje de “El Oso”, que nos cuenta las aventuras de un osezno en la Columbia Británica de 1885. Tras perder a su madre a causa de un desprendimiento de rocas, el protagonista se queda solo en un mundo hostil repleto de amenazas, y a partir de ese momento descubrirá lo dura que puede llegar a ser la lucha por la supervivencia. Poco tiempo después conoce a un oso solitario que huye de unos cazadores y que inicialmente le rechaza, pero terminarán haciéndose amigos. Juntos intentarán escapar de sus perseguidores.
Por supuesto, la auténtica estrella de la película es el osezno, muy bien acompañado por su enorme congénere. Entre los cazadores podemos ver a un joven Tcheky Karyo, uno de los rostros más internacionales del cine francés, pero en esta ocasión no le queda más remedio que ceder el protagonismo a sus peludos compañeros de reparto. Quedan para el recuerdo escenas como la persecución del sapo; el primer encuentro entre los osos, donde el osezno lame las heridas de su nuevo amigo; la pesca; el oso sorprendiendo al cazador con la guardia baja, y perdonándole la vida; el puma persiguiendo al osezno; o la llegada del invierno, con los dos osos refugiándose en la cueva para comenzar su periodo de hibernación. Todas ellas conforman un bellísimo catálogo de imágenes, gracias a una maravillosa fotografía acompañada por una preciosa banda sonora.
“El Oso” representa el punto de encuentro de un conjunto de profesionales en estado de gracia. Annaud se rodea de su guionista de confianza, Gérard Brach (colaborador habitual de Roman Polanski); de Philippe Rousselot, uno de los mejores directores de fotografía de Europa; y de Philippe Sarde, compositor imprescindible en el cine del país vecino. Todos ellos aúnan sus talentos bajo el paraguas de uno de los productores más fuertes de Francia, Claude Berri.
He de reconocer que le tengo un cariño especial a esta historia. “El Oso” fue la primera película de acción real que vi en un cine, allá por 1989, y creo que no puede haber un bautizo más emocionante para un crío de diez años. No estoy en contra, ni mucho menos, del cine infantil de nuestros días, cada vez más orientado a la animación por ordenador, ya que nos ha proporcionado estupendas películas. Tampoco me parece mal que los papás lleven a sus hijos a ver cine industrial, con productos de consumo fácil como “Transformers”, porque los niños se lo pasan de miedo, y en eso consiste precisamente este juego.
Pero “El Oso” tiene algo más, algo distinto, una sensibilidad y una emoción que muy pocas películas pueden transmitir. No estoy diciendo que haya que elegir entre unas películas u otras, sino todo lo contrario. A medida que el acceso a películas es cada vez más fácil, va desapareciendo la necesidad de escoger y aumentando la oportunidad de ver más y más películas. La oportunidad de rescatar viejos tesoros como “El Oso”, una de las experiencias cinematográficas más impresionantes de los 80, por la que no pasan los años. Una película que los niños de entonces pueden compartir con sus hijos, los niños de hoy.
A Laura, que está librando la batalla más importante de su vida.
Cuando se hacen comparaciones con Transformers no es posible salir bien parado. Todos los entendidos dicen que es "la mejor película del mundo" P.D. dedicado a mi crítico favorito, que a sus siete años tiene bastante más criterio que la mayoría de la gente con la que me cruzo a diario.
Después de más de 4 años en la red y de la aportación de 11 colaboradores que, alternando rachas de máxima actividad con otras más "relajadas", han dado vida a 15 secciones y más de 600 posts, ha llegado el momento de que JeSúS Club cierre sus puertas.
Los objetivos con los que surgió este proyecto fueron permitir que un grupo de gente se mantuviera en contacto, algo que de otra manera habría sido más complicado o incluso imposible conseguir, y ofrecer un sitio desde el que los colaboradores pudiéramos compartir nuestras reflexiones sobre los temas que más nos gustan, intentando entretener con ellas a nuestros lectores.
El desgaste a lo largo de este tiempo ha sido importante para todos, y cuando algo con lo que deberías disfrutar se convierte en una rutina, en una obligación... acabas por perder la motivación.
Es probable que algún día JeSúS Club reabra sus puertas, no sé con qué forma, con qué fondo, ni cuándo, pero confío en que vuelva. Esto es tan sólo el fin de un ciclo...
En este "hasta luego" quiero dar las gracias a todos los colaboradores que han ido pasando por este Club, y que han aportado su esfuerzo y su ilusión a este proyecto, dando siempre lo mejor de ellos mismos. Quiero dar las gracias especialmente a quien me ha acompañado a lo largo de estos 4 años y que, en varias etapas, ha sido el principal (y casi único) sustentador de todo esto. ¡¡Gracias, Zineman!!
También me gustaría dar las gracias a todos los lectores que con mayor o menor frecuencia habéis querido pasaros por aquí y compartir con nosotros este espacio.
Un saludo a todos, un abrazote a los colaboradores, y hasta luego...
Secciones y últimos artículos publicados de cada sección:
4 Comentarios:
Es alguna Laura que yo conozca?
Cuando se hacen comparaciones con Transformers no es posible salir bien parado. Todos los entendidos dicen que es "la mejor película del mundo"
P.D. dedicado a mi crítico favorito, que a sus siete años tiene bastante más criterio que la mayoría de la gente con la que me cruzo a diario.
No, Quel, es una pariente que está ahora mismo ingresada en la UCI.
Ardorín, gracias por la parte que me toca, suponiendo que me toque la que supongo que me toca.
Un saludo.
Hola, gente.
La hemos perdido el mismo día en el que cumplía doce años.
Un saludo.
Publicar un comentario
Por favor, escribe tu nombre para facilitar el seguimiento de este hilo de comentarios. JeSúS Club
<< Volver a la página principal