[Cine] Aterriza Como Puedas

“Aterriza Como Puedas” es un cúmulo de parodias cuyo blanco principal es la saga de catástrofes “Aeropuerto”, aunque la historia principal y el nombre de algunos de los personajes se toman de “Suspense… Hora Cero”, una película de 1957. Durante un viaje a Chicago, los pasajeros de un avión de TransAmerican Airlines que han cenado pescado comienzan a caer enfermos uno tras otro. Esto incluye a los pilotos, lo que obliga a la tripulación a buscar entre el pasaje a alguien capaz de pilotar y aterrizar el avión en Chicago. Su única opción es Ted Striker, un expiloto militar que lleva años sufriendo de neurosis de guerra, a raíz de una misión que terminó con la muerte de toda su escuadrilla.
La película está protagonizada por Robert Hays en el papel de Ted Striker. Julie Hagerty es Elaine, la azafata que sale con Striker; Peter Graves y Kareem Abdul-Jabbar son el piloto y copiloto de la nave; y Leslie Nielsen es el doctor Rumack, un médico que viaja en el avión. En tierra tenemos a Robert Stack y Lloyd Bridges, que interpretan al comandante Rex Kramer y al jefe de control Steve McCroskey. Firma el guión y dirige el trío ZAZ, en su primera incursión en el mundo del cine. Debido a su bisoñez, el estudio les asignó una coordinadora de guiones que resultó ser una persona absolutamente antipática. Como venganza, los hermanos Zucker aprovecharon la visita de un amigo de Jim Abrahams para tomarle el pelo a esta mujer. Cuando les preguntó quién era ese señor, le dijeron que se trataba del presidente de la Paramount, y que era amigo de toda la vida de la familia Abrahams. Mano de santo. Desde ese momento, todo fueron suavidad y buenas maneras.
¿Qué podemos decir de “Aterriza Como Puedas”? No tiene un gran guión, ya que se basa en la continua sucesión de chorradas, al estilo de un programa televisivo. De hecho, una de las ventajas de la fórmula empleada por los ZAZ es que, si consigue enganchar al espectador desde el principio con unos cuantos buenos golpes, a partir de ese momento se ríe de todo, hasta de los peores chistes. Tampoco podemos destacar el brillante trabajo de sus actores, ya que los personajes son prácticamente de dibujos animados y no se les exige mucho. La dirección no rivaliza precisamente con los trabajos de Billy Wilder o Alfred Hitchcock. Pero todo el mundo se ríe, y mucho. Y al final eso es lo que cuenta, no nos engañemos.

Quedan para el recuerdo escenas míticas como la aparición de Kareem Abdul-Jabbar, en el papel de copiloto del avión, y su discusión con el niño que visita la cabina y se empeña en obligarle a confesar su verdadera identidad; los religiosos del aeropuerto, que acosan a todo el que entra por la puerta hasta que llega el comandante Rex Kramer y le da una soberana paliza a siete u ocho de ellos; el jefe de control del aeropuerto, que ha escogido el mismo día para dejar de fumar, de beber, de tomar tranquilizantes y de esnifar pegamento; el doctor Rumack, un Leslie Nielsen años antes de “Agárralo Como Puedas”, que tiene algunas de las mejores frases de la película:
- Dígale al comandante que hemos de aterrizar lo antes posible. Hay que llevar a esa mujer a un hospital.
- ¿A un hospital? ¿Qué es, doctor?
- Un gran edificio lleno de enfermos, y a veces no hay camas.
- Comandante, ¿cuándo podremos aterrizar?
- No puedo decirlo.
- A mi sí. Soy médico.
- No puedo decirlo con seguridad.
- ¿No puede calcularlo?
- Pues... hasta dentro de dos horas.
- ¿No puede calcularlo hasta dentro de dos horas?
Rex Kramer es único a la hora de gestionar una crisis:
- No nos engañemos, Kramer. Sabe que nunca he llevado un pájaro de estos, y necesitaré mucha suerte para hacerlo.
- De acuerdo, Striker. (Nuestra única esperanza es darle ánimos. Tengo que devolverle su confianza.) Striker, ¿ha volado alguna vez en cuatrimotor?
- No, nunca.
- ¡Maldita sea! ¡Es perder el tiempo! ¡Jamás conseguirá aterrizar ese avión!
- Domínate, Kramer. Sigue insistiendo.
- ¡Que lo estrelle en el lago Michigan! ¡Así evitará una catástrofe en la ciudad!
Los demás también aportan lo suyo, como la anciana que se sienta al lado de Striker e intenta tranquilizarlo antes de despegar:
- ¿Nervioso?
- Sí.
- ¿Es la primera vez?
- No, he estado nervioso muchas veces.
O la esposa recelosa que ve cómo su marido deja a un lado sus costumbres:
- ¿Desean otra taza de café?
- Yo sí, mi marido no quiere.
- Sí, sí, tomaré otra taza de café.
- ¡Qué raro! Jim nunca toma una segunda taza de café en casa...
- Oh, no debí tomar esa segunda taza de café.
- ¡Qué raro! Jim jamás vomita en casa...
También podemos comprobar el celo profesional de Striker, en una escena que parodia el beso de Burt Lancaster y Deborah Kerr en “De Aquí a la Eternidad”:
- Hemos recibido órdenes. Mi escuadrilla sale mañana temprano a las seis. Vamos a Daikiri a bombardear un depósito de suministros. Volaremos bajo para burlar el radar.
- ¿Cuándo volverás?
- Es un secreto. No puedo decírtelo.

Y no, no me olvido del copiloto:
- Vuelo 209 a Denver control. Nos elevamos a 12.000 metros. Informaré sobrevolando Lincoln. Cambio y corto.
- ¡Un momento, yo te conozco! ¡Tú eres Kareem Abdul-Jabbar! ¡Juegas al baloncesto con los Lakers de Los Angeles!
- Lo siento, hijo, seguramente me confundes con otro. Me llamo Ben Murdock, y soy el copiloto.
- Tú eres Kareem. Te he visto jugar. Mi padre me lleva siempre al estadio.
- Deberías volver a tu asiento, Joey. ¿Verdad, Clarence?
- No, aquí no molesta a nadie. Déjale que se quede.
- Está bien, pero quiero recordarte que me llamo Ben Murdock, y soy piloto de líneas aéreas.
- Yo creo que eres muy bueno, pero mi padre dice que no bajas a defender. Que no corres, y que casi nunca te esfuerzas. Que no sudas la camiseta. Que sólo juegas bien en partidos internacionales.
- ¡Eso son tonterías! Oye, niño, estoy harto de oír eso desde que estaba en la universidad. Yo me dejo la piel en cada partido. Dile a tu padre que a ver si Walton y Lanier corren arriba y abajo los cuarenta minutos.
- Joey, ¿te gustan las películas de gladiadores?
Pero el mejor golpe de la película, aclamado prácticamente por unanimidad, es el piloto automático, ese muñeco que se infla y toma los mandos de la nave cuando el capitán cae enfermo. Lamento anunciar que, tras pasar varios años en el garaje de la casa de Jerry Zucker, el globo ha pasado a mejor vida. Una pena.

“Aterriza Como Puedas” fue uno de los mayores éxitos comerciales de los 80, con una recaudación de casi noventa millones de dólares sólo en Estados Unidos, a partir de un irrisorio presupuesto de unos tres millones y medio, suficiente para 34 días de rodaje que debieron ser de lo más divertido. Hoy en día, casi treinta años después y tras haber sido repetida hasta la decoloración en la tele, sigue conservando su atractivo y su capacidad de divertir al público. Tanto es así que el American Film Institute la sitúa en el décimo puesto de su lista de mejores comedias de la historia del cine (estadounidense, por supuesto), publicada en el año 2000. Lo dicho: tal vez no destaque por unas interpretaciones brillantes, ni por una fotografía preciosista, pero el caso es que no podemos dejar de reírnos cada vez que la vemos, y de eso precisamente se trata, ¿no?
© Zineman
Etiquetas: Cine
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