[Cine] Muerte entre las Flores
“Muerte entre las Flores” comienza en los albores de una guerra de bandas. El mafioso italiano Johnny Caspar intenta convencer a su colega irlandés Leo, el amo de la ciudad, para que le entregue a Bernie, un estafador de poca monta. El problema es que Leo está enamorado de Verna, la hermana de Bernie, y se ve obligado a proteger a su cuñadísimo para no tener que dormir en el sofá. Esta decisión disgusta enormemente a Tom, el hombre de confianza de Leo, que abandona a su jefe y comienza un peligroso juego a tres bandas (Leo, Casper y Bernie) que se prolongará durante toda la película.
El reparto está encabezado por Gabriel Byrne en el papel de Tom. Le acompañan unos excelentes Albert Finney (Leo) y Jon Polito (Caspar). Completan el reparto Marcia Gay Harden (Verna), J.E. Freeman (Eddie “el Danés”, lugarteniente de Caspar) y dos de los grandes amigos de los Coen, John Turturro (Bernie) y Steve Buscemi (Mink, un colega de Bernie). Como siempre, la banda sonora corre a cargo de Carter Burwell.
Si “El Gran Salto” ironizaba sobre los rasgos, tan característicos como defectuosos, del mundo empresarial, “Muerte entre las Flores” recoge todos los tópicos de la Mafia: lucha de poder, intrigas y mentiras, policías y políticos que se cambian de bando con la misma facilidad con la que cambian de camisa, y tiros, muchos tiros. Muchísimos.
- Hola, Tommy. ¿Conoces a O’Doole y al alcalde?
- Conozco al alcalde. Voté por él seis veces el pasado Mayo.
- Te aseguro que no tienes el record.
En esta ocasión, el guión es más enrevesado, hasta el punto de que sólo al final de la película conocemos las verdaderas intenciones de Tom. ¿Se ha cambiado de bando porque cree que Caspar ganará la guerra? ¿O sigue siendo fiel a Leo y se ha infiltrado en el bando enemigo para destruirlo desde dentro? ¿Y no será que está intentando que los dos capos se maten entre ellos para quedarse con el negocio de ambos? La solución, al final de la película.
- ¿Alguna noticia de Rug?
- Que yo sepa, sigue muerto.
Como siempre, los Coen nos ofrecen una película rodada con su estética particular: una esmerada recreación de la década de los 20-30, unos personajes riquísimos en matices y violencia, mucha violencia, aunque siempre obedeciendo a exigencias del guión (es una película de mafiosos, no lo olvidemos) y rodada con esmero. La mejor escena es sin duda el ataque contra la casa de Leo, en la que el viejo irlandés da una clase magistral de manejo de la Thomson (la clásica ametralladora con cargador de tambor, para aquellos a los que no os suene el nombre).
- ¿Quién gana?
- Por el momento, nosotros.
- ¿Cómo están las cosas?
- Anoche, 4 a 1. Dana Cudahy ardió con la casa.
- ¿Y de ellos?
- Asado.
- ¿Y el resto?
- A balazos.
- ¿De quién?
- De Leo. El viejo sigue siendo un artista con una Thomson.
De nuevo tenemos un pedazo de guión magistralmente dirigido e interpretado, destacando por encima de todo el magnífico trabajo de Gabriel Byrne, Jon Polito y Albert Finney, además del breve aunque intenso papel de John Turturro. El resultado es la película mejor valorada de los hermanos Coen, cuya calidad es reconocida incluso por los detractores de esta singular pareja, y no precisamente con la boca pequeña (en un gesto que les honra). Parece que algunas veces no es tan difícil ponerse de acuerdo.
- ¡No, Tommy, no!¡Mira en tu corazón!¡Mira en tu corazón!
- ¿Qué corazón?
¡BANG!
© Zineman
Esta crítica está dedicada a Concha Valero, la voz de Verna en esta película, tristemente fallecida hace unos días a consecuencia de una larga enfermedad. Muchos la conoceréis como la voz de Mónica en “Friends”, de Trinity en “Matrix” o de Catherine en “C.S.I. Las Vegas”.
Concha Valero, descanse en paz.
Concepción García Valero
8 de diciembre de 1958 – 9 de octubre de 2006
D.E.P.
Etiquetas: Cine
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