[Cine] Frankenstein de Mary Shelley
Mary Shelley
Según la mitología griega, el tema central del mito de Prometeo es la creación. Prometeo y su hermano Epimeteo recibieron el encargo divino de crear a todos los seres vivos, así como de proveerlos de todo lo necesario para sobrevivir. Epimeteo comenzó creando a todos los animales, pero cuando llegó el momento del ser humano, que debía ser superior a todos los demás, descubrió que había calculado mal la distribución de los recursos y ya no le quedaba ninguna ventaja que conceder al hombre. Entonces pidió ayuda a su hermano, y Prometeo se encargó de la creación del ser humano, al que otorgó una forma noble y la capacidad de caminar erguido. Acto seguido, ascendió hasta el sol para prender una antorcha y regalar al hombre el secreto divino del fuego. Este atrevimiento causó la ira del dios Zeus, que hizo castigar a Prometeo, pero a cambio los hombres obtuvieron el preciado don que les daría la supremacía definitiva sobre todas las demás criaturas vivas.
En 1818, cuanto contaba tan sólo veinte años de edad, la joven escritora Mary Shelley publicó la que sería su novela más importante, “Frankenstein o el moderno Prometeo”. Es una historia narrada en primera persona por Victor Frankenstein, un científico que ha jugado a ser dios, intentando crear vida, y que seguramente conoceréis de sobra, ya que ha sido adaptada al cine en varias ocasiones. Sin embargo, estas mismas adaptaciones os habrán transmitido más de alguna idea equivocada, sobre todo en lo referente a la creación de la criatura. En ningún momento del libro se nos dice cómo el monstruo adquiere vida. Frankenstein se limita simplemente a decir que lo consiguió. El relámpago es una mera invención de Hollywood. Otro tópico consiste en dar el nombre de Frankenstein a la criatura, cuando únicamente es el nombre de su creador.
Llegados a este punto, huelga decir que un servidor ha leído la novela de Mary Shelley, pero no me atrevo a recomendárosla porque la encuentro demasiado psicológica, mucho más que cualquiera de las incontables adaptaciones cinematográficas que se han llevado a cabo hasta la fecha. Hoy vamos a hablar de una de las más modernas y probablemente la más fiel al texto original, dirigida en 1994 por Kenneth Branagh, y lo hacemos durante la semana en la que se cumple el 75º aniversario del estreno de la versión dirigida por James Whale.
Océano Glacial Ártico, 1794. El capitán Walton encabeza una expedición particular al Polo Norte, en la que ha invertido toda la fortuna de su familia, con el afán de entrar en la historia. En lugar de eso, lo que está a punto de conseguir es un motín de su tripulación, atemorizada por las inclemencias del tiempo y convencida de que la obstinación de su capitán sólo ha de conducirles a una muerte segura. En ese momento encallan en el hielo y encuentran a un hombre, que dice llamarse Victor Frankenstein y les urge a abandonar su empresa.
Reunido con Walton en su camarote, Frankenstein comienza a narrar su historia. La pérdida de su madre, que le lleva a encaminar todos sus esfuerzos a luchar contra la muerte. La culminación de todos sus trabajos, cuyo producto resulta ser una abominación. Y la destrucción de su familia, provocada por la criatura que jamás debió crear.
El reparto está encabezado por el propio Kenneth Branagh, en el papel de Victor Frankenstein. Le acompañan Helena Bonham Carter como Elizabeth, la prometida del doctor; Robert de Niro, que interpreta a la criatura (un papel rechazado por el candidato inicial, Gerard Depardieu); Tom Hulce, el Mozart de “Amadeus”, como Henry Clerval, un amigo del protagonista; e Ian Holm, como padre de Frankenstein. El papelito del capitán Walton corre a cargo de Aidan Quinn, y John Cleese tiene otro papel igual de breve, el del profesor Waldman, para el que en un principio se pensó en Sean Connery, pero éste rechazó la oferta.
Excelente reparto para una adaptación bastante fiel al original, con un estilo muy shakespeariano, en el que Branagh se mueve como pez en el agua. Lo cierto es que el libro de Mary Shelley concede mucha libertad a la hora de llevar los hechos al cine, ya que se limita a narrar la historia sin mucho despliegue descriptivo. Este margen es muy bien aprovechado por Branagh en escenas como la creación de la criatura, en la que Frankenstein recurre a un banco de anguilas para producir la descarga eléctrica, y que en su día supuso una de las sorpresas más agradables y originales de la película. De hecho, es probable que sea la mejor escena.
A pesar del estilo propio de Branagh, “Frankenstein de Mary Shelley” contiene muchas referencias a películas anteriores, como el uso de un contenedor metálico para dar vida a la criatura (versión de 1910); la utilización del cuerpo de un delincuente ahorcado como base del experimento, la descarga eléctrica como método de animación, el grito de “¡Está vivo!” (versión de 1931, dirigida por James Whale); “amigo”, la primera palabra que aprende la criatura (“La Novia de Frankenstein”, 1935); y alguna más que os destrozaría partes vitales de la trama.
Como he dicho antes, el Frankenstein de Branagh debe mucho a Shakespeare. Antes de empezar a rodar, el director llevó a cabo una revisión del guión, reescribiendo algunas escenas, y se nota. Aunque no tuvo mucho éxito en su día, tampoco puede calificarse como fracaso comercial, ya que dio unos cien millones de dólares de beneficios. Desde entonces, se ha ido revelando poco a poco como una de las mejores versiones de la novela de Mary Shelley, con unos escenarios muy logrados, como el laboratorio o el salón de la mansión Frankenstein, en el que una interminable escalera es prácticamente suficiente para llenar el vacío. De todos modos, a día de hoy me sigue pareciendo una película infravalorada, así que espero que el paso del tiempo siga rehabilitándola, hasta que ocupe el lugar que yo creo que se merece.
© Zineman
Etiquetas: Cine
3 Comentarios:
No pasa nada. Semos europeos.
Un saludo.
ME ENCANTO ESTA VERSION, K LOGRADA....SOLO ME JODE LA CREACION DE ELLA....COMO SE DESENCAMINA D ELO K DIJO SHELLEY! _:P
Gracias, me habéis hecho apetecer leer la novela. A mi Branagh me gusta, esta versión me gustó, aunque no mucho. El tema de hacerle novia no sé, sin embargo he leído críticas psicológicas y filosóficas, y me atraen, me hacen verla desde otros ojos... y eso para mí, siempre es interesante por revelador.
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