[EP] El Padrino – 2ª Parte

La semana pasada hablábamos del IMDB Top 250, y de la película que ocupaba el primer lugar. Hoy nos toca hablar de la que ocupa el tercero, con una nota media de 8,9.

En 1974 llega la continuación de “El Padrino”. La ceremonia religiosa de apertura es en esta ocasión la Primera Comunión de Anthony Vito Corleone, el hijo de Michael, que viene precedida por un flashback en el que se narra la llegada de su abuelo a los Estados Unidos, cuando sólo era un niño.



Han pasado los años, y la familia Corleone ha convertido el juego en su principal fuente de ingresos, gracias a sus inversiones en los casinos de Las Vegas. Son tiempos convulsos, en los que el Padrino debe enfrentarse a nuevos enemigos, algunos de ellos tan despiadados como él. Al frente de ellos se encuentra Hyman Roth, un viejo conocido del fallecido Don Vito.

A lo largo de la película veremos cómo Michael consigue superar a sus rivales y salir indemne de una investigación del Congreso de los Estados Unidos, pero por el contrario no será capaz de salvar su vida familiar. Su matrimonio con Kay se desmorona, y sus hermanos Fredo y Connie tampoco le ayudan mucho.

La idea central sigue siendo la contraposición de Michael y Don Vito, cuya juventud y ascenso iremos conociendo gracias a un conjunto de flashbacks distribuidos a lo largo de la película. La diferencia entre padre e hijo se acentúa aún más en esta nueva entrega. La figura de Don Vito sigue creciendo en simpatía, resultando muy humana a ojos del espectador. El asesinato de su familia, que le obliga a huir de Sicilia cuando es tan sólo un niño; sus comienzos en el mundo del hampa, donde va progresando poco a poco; su ya conocida reputación de amigo dispuesto a ayudar a otro amigo… Incluso las muertes de las que es responsable (esta vez no ordena, sino que ejecuta personalmente) gozan de la aprobación del espectador. Al fin y al cabo, se carga al despreciable Don Fanucci, un mafioso de quinta fila, y a Don Ciccio, el hombre que acabó con toda su familia y le obligó a huir de su país natal. Vito Corleone sigue siendo un justiciero, algo lógico si se tiene en cuenta que lo que hemos hecho es retroceder en el tiempo.



Por el contrario, el personaje de Michael se ha vuelto cada vez más terrorífico. Se presenta como un administrador de muerte, una especie de funcionario de la guadaña. Ello no impide que de vez en cuando (muy de vez en cuando) muestre algún signo de debilidad, como en la escena en la que acude a su madre en busca de consejo, preguntándole cómo hacía su padre para mantener unida a la familia. Michael, al igual que Don Vito antes que él, ha tenido una vida difícil, y se ha visto obligado a enfrentarse a un mundo más complicado que aquel en el que vivió su padre. En esta entrega, el Padrino empieza a acusar el desgaste provocado por esa lucha.

Sí, es cierto que Don Vito ha sufrido muchas desgracias, pero por ejemplo no ha tenido que enfrentarse a algo tan duro como la traición de un hermano. Cuando Michael descubre que Fredo ha estado detrás de un complot para asesinarle, se ve obligado a matarle. La cosa no acaba ahí. Cuando Kay grita a los cuatro vientos que ya no puede aguantar más, Michael se ve obligado a concederle el divorcio. Al final de la película, el Padrino es presa de una terrible soledad.

El reparto está encabezado por un insuperable Al Pacino, que repite su papel como Michael Corleone. A su lado siguen Robert Duvall y Diane Keaton, que interpretan nuevamente a Tom Hagen y a Kay. Su némesis, Hyman Roth, corre a cargo de Lee Strasberg, fundador del Actor’s Studio y antiguo profesor de Pacino. El papel del joven Don Vito está interpretado por Robert de Niro, en uno de los mejores trabajos de su carrera. Francis Ford Coppola vuelve a la silla de director, y también se encarga de escribir el guión, en colaboración con Mario Puzo. Un guión muy peculiar, ya que es a la vez precuela y secuela.



El debate sobre cuál de las dos primeras entregas de “El Padrino” es la mejor de la saga no tiene fin (al menos parece haber un acuerdo total para desechar la tercera). Es una mera cuestión de gustos: la primera parte tiene más acción, y la segunda es más psicológica. Yo prefiero la primera parte, porque la segunda se me hace más lenta, si bien es verdad que los flashbacks del joven Vito contribuyen a agilizar el ritmo de la historia. De hecho, son lo mejor de la película, y constituyen la parte del guión rescatada de la novela original. La trama concerniente a Michael se escribió directamente para la pantalla. De nuevo le buscaron un problema a la Academia, que tiene una categoría para guión original y otra para guión adaptado, pero no para un guión fifty-fifty. Al final lo metieron en adaptado y le dieron el Oscar.

Y ya que estamos, sigamos con anécdotas de los Oscar. Robert de Niro recibió el premio al mejor actor de reparto por su brillante interpretación del joven Vito Corleone, y pasó a formar un curioso tándem con Marlon Brando. Son la única pareja de actores que ha ganado el Oscar por interpretar un mismo personaje en dos películas diferentes. Por su parte, la cinta se convirtió en la primera continuación ganadora del Oscar a la mejor película. Quizá no son anécdotas tan buenas como aquella de John Cazale que contábamos la semana pasada, pero también tienen su gracia.

“El Padrino – 2ª Parte” incluye también algunos hechos históricos en su trama. Mientras los capos de la Mafia americana se encuentran en La Habana, planificando sus inversiones en Cuba, Michael tiene la oportunidad de presenciar a los rebeldes de Fidel Castro en acción, y vaticina su posible triunfo. Pocos días después, en Año Nuevo, su predicción resulta acertada. Otra referencia histórica aparece en la escena final, un flashback del 7 de Diciembre de 1941, cumpleaños de Don Vito, en la que los hermanos Corleone hablan sobre el ataque japonés a Perl Harbor. En ese momento, Michael comunica a su familia que se ha alistado en el ejército, soportando a continuación una tremenda bronca de su hermano Sonny. En esta escena hay un cameo de James Caan, pero en un principio se había planteado como un cameo de Marlon Brando, que declinó la oferta porque aún seguía descontento con el trato que le había dispensado la Paramount dos años antes.



Curiosamente, Coppola había llegado a pensar en Brando para interpretar al joven Vito Corleone, convencido de que podría vencer el obstáculo de la diferencia de edad, pero no llegó a proponerle el papel porque antes se tropezó con De Niro. No era precisamente la primera vez que lo veía, ya que durante el rodaje de “El Padrino” llegó a contratarlo para interpretar un papel menor, el del matón Paulie Gatto. La carambola se completa ahora, cuando os digo que De Niro abandonó la producción de la primera entrega para interpretar un papel más importante en otra película, sustituyendo a otro actor que había tenido que dejar el proyecto. El nombre de este actor era Al Pacino, y había tenido que renunciar a ese papel para poder rodar otra película, llamada “El Padrino”. Qué lío, ¿no?

En fin, como Robert de Niro no intervino en la primera parte, Coppola pudo repescarlo sin problema para la segunda. Todo un acierto, porque las claves del éxito de la nueva película son dos: Robert de Niro y Al Pacino. Se trata de un duelo interpretativo muy peculiar, ya que no comparten pantalla en ningún momento. A lo largo de los flashbacks, De Niro se va transformando poco a poco en el Marlon Brando de la primera entrega, mientras Pacino interpreta a un Michael Corleone radicalmente distinto al de la película anterior. No queda rastro alguno de la inocencia que tenía por aquel entonces.

Las dos primeras entregas de “El Padrino” se complementan perfectamente. En la primera se nos muestra el ascenso de una familia al poder, y en la segunda la destrucción de esa misma familia, provocada por ese mismo poder. Se pueden considerar como una sola película, como un círculo perfecto.

Aunque unos cuantos años más tarde, Coppola andaba escaso de dinero y…

© Zineman

Última entrega: El Padrino – Parte III (23 de Noviembre)