11.12.06

[Cine] Gladiator (El Gladiador)

En la crítica de “American Beauty”, hablábamos de la política de DreamWorks en materia de premios. En 1999, tras quedarse a las puertas del Oscar con “Salvar al Soldado Ryan”, el estudio puso toda la carne en el asador, con la vista puesta en el año 2000. Lo hicieron bien, porque ese año arrasaron con “American Beauty”. De hecho, lo hicieron estupendamente, ya que encadenaron tres victorias consecutivas. En 2001 resucitaron el género “peplum” con “Gladiator”, y en 2002 recurrieron al bodrio sentimentaloide con “Una Mente Maravillosa”, una de esas películas de laboratorio que también funcionan muy bien para este tipo de cosas.

De “American Beauty” ya hablamos en su día, y creo haber dejado clara mi opinión sobre “Una Mente Maravillosa”, así que no os debe resultar muy difícil adivinar de qué película vamos a hablar hoy, ¿verdad? Pues de “Salvar al Soldado Ryan”, claro está, jejeje. No, es broma. Hoy hablamos de “Gladiator”.



La historia de “Gladiator” comienza en el siglo II. El anciano Emperador Marco Aurelio está a punto de finalizar su campaña militar en Germania, y con ella la única guerra en la que aún participa el Imperio Romano. La tan deseada “pax romana” está cerca, y las tropas lo saben. Al frente de ellas se encuentra el general Máximo, uno de los hombres de confianza del Emperador. En las primeras escenas descubrimos que hemos llegado justo a tiempo. Pocos minutos antes de que empiece la batalla, podemos ver a Máximo arengando a sus tropas de caballería:

- ¡Fratres!
- ¡Máximo!
- Dentro de tres semanas, yo estaré recogiendo mis cosechas. Imaginad donde querréis estar y se hará realidad. ¡Manteneos firmes! ¡No os separéis de mí! Si os veis cabalgando solos, por verdes prados, el rostro bañado por el sol… ¡Que no os cause temor! ¡Estaréis en el Elíseo, y ya habréis muerto! ¡Hermanos! ¡Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad!


Estas palabras de Máximo nos dicen muchas cosas, más de las que parece. Es un hombre del campo, un agricultor. Probablemente sea la tradición familiar. De aquí se deduce que es un hombre sencillo, sin ninguna implicación política. Cuando el Imperio necesita de él, interviene desde un punto de vista exclusivamente militar. Él mismo va a encabezar la ofensiva, así que tiene un profundo sentido de la responsabilidad, de la camaradería militar y, por encima de todo, del honor.

La batalla que tiene lugar a continuación es espectacular: catapultas, arqueros, infantería, caballería… El poderío militar del Imperio acaba imponiéndose sobre los rudos germanos, inferiores en número y en armamento. La guerra ha terminado, y el Emperador se reúne con su general, entre la aclamación de los soldados. En ese momento entra en escena Cómodo, el hijo del Emperador. Nada más verle la cara, ya sabemos que él va a ser el malo de la película. También podemos deducir que su padre no le tiene mucho cariño, y que es a Máximo a quien quiere como a un hijo. Empiezan a facilitársenos las piezas del puzzle. No hay más que ver el recibimiento que Marco Aurelio dispensa a su hijo:

- ¿Me la perdí? ¿Me perdí la batalla?
- Te has perdido la guerra.


Una pieza gigante cae cuando el Emperador, protegido del invierno en su tienda, manda llamar a Máximo. En su vejez, el viejo Marco Aurelio se ha vuelto pacifista:

- Repítemelo, Máximo. ¿Por qué estamos aquí?
- Por la gloria del Imperio, señor.
- Ah, sí. Ah, sí, ya me acuerdo. ¿Ves ese mapa, Máximo? Ese es el mundo que he creado. Durante veinticinco años he conquistado, he hecho verter sangre, he ampliado el Imperio. Desde que me convertí en César he conocido cuatro años sin guerra. ¡Cuatro años de paz entre veinte! ¿Y para qué? He aportado la espada. Nada más.


Pero la gran sorpresa aún está por llegar. En ese momento, el César revela a Máximo sus verdaderas intenciones:

- Hay otro servicio que te pido antes de que vuelvas a tu casa.
- ¿Qué quieres que haga?
- Quiero que tú seas el protector de Roma después de mi muerte. Te otorgaré poderes con un único fin: entregar de nuevo el poder al pueblo de Roma y acabar con la corrupción que la ha mutilado. ¿No aceptas este gran honor que te ofrezco?
- De todo corazón, no.
- Oh, Máximo, he ahí la razón por la que debes ser tú.




Sin darse cuenta de ello ni mucho menos pretenderlo, Marco Aurelio acaba de poner en marcha la serie de desdichas que habrán de perseguir a Máximo hasta el final de la película. El general pide tiempo para pensarlo, pero cuando llega a su tienda podemos intuir, por las palabras que le dice a su sirviente, que ya ha tomado la decisión de aceptar la última misión del César:

- ¿Te resulta duro tu cometido?
- Algunas veces hago lo que deseo hacer. El resto del tiempo hago lo que debo.
- Es posible que no podamos volver a casa.


Esa misma noche, se consuma la tragedia. Cuando Marco Aurelio comunica su plan a Cómodo, el joven enloquece y asesina a su padre. También da orden de ejecutar a Máximo y a su familia. El general consigue escapar, pero cuando llega a su hogar comprueba que su esposa y su hijo no han tenido esa suerte. Agotado por el viaje, con una herida de espada bastante seria y roto por el dolor, Máximo se desvanece, y cuando vuelve en sí descubre que ha sido capturado por traficantes de esclavos, que lo llevan al Norte de África. Allí es comprado por Próximo, un antiguo gladiador que consiguió su libertad, y que ahora posee una escuela de gladiadores, en plan “Espartaco”.

Por su parte, Cómodo ha regresado a Roma y ha tomado posesión de su trono. Gracias a las reuniones con el Senado y a las conversaciones con su hermana Lucilla, comprobamos que el joven es un completo egomaníaco, que ansía por encima de todo que su pueblo le ame:

- Yo lo llamo amor. Yo soy su padre, y el pueblo son mis hijos. Los estrecharé con fuerza contra mi pecho.

Mientras tanto, en África, Máximo se revela como un excelente gladiador, y se le empieza a conocer como “el Hispano”. Sin embargo, la única idea que hay en su mente es vengarse de Cómodo, algo que parece improbable, dada su actual situación. Irónicamente, es el propio Emperador quien dará a Máximo la oportunidad que tanto anhela. Para honrar la memoria de su padre, anula la prohibición que el propio Marco Aurelio impuso sobre la celebración de juegos en la ciudad de Roma. Desde el punto de vista político, es una maniobra muy inteligente, ya que contribuirá a aumentar la popularidad del nuevo César:

- El corazón que late en Roma no es el mármol del Senado. Es la arena del Coliseo.

Cuando llega el gran día, los hombres de Próximo son asignados a la recreación de la Batalla de Cartago, donde sus posibilidades de sobrevivir son prácticamente nulas. Sin embargo, y contra todo pronóstico, consiguen vencer gracias a la hábil dirección militar de Máximo. Entusiasmado por el espectáculo, Cómodo baja a la arena para conocer a ese gran gladiador al que llaman “el Hispano”. Poco imagina que su mayor sorpresa aún está por llegar:

- ¿Cómo osas darme la espalda? ¡Esclavo! ¡Te ordeno que descubras y me digas tu nombre!
- Me llamo Máximo Décimo Meridio. Comandante de los Ejércitos del Norte. General de las Legiones Félix. Leal servidor del verdadero Emperador, Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado. Marido de una mujer asesinada. Y alcanzaré mi venganza, en esta vida o en la otra.




La primera idea que pasa por la cabeza de Cómodo es matar a Máximo allí mismo, pero el gladiador cuenta con el apoyo del público, y semejante decisión choca frontalmente con el principal deseo del César, que ansía por encima de todo el amor de su pueblo. De momento, este amor es para Máximo. La psicopatía de Cómodo se agudiza:

- Me dijeron que había muerto. Si me mienten es que no me respetan. Y si no me respetan, ¿cómo van a amarme?

La reaparición de Máximo le proporciona un insólito aliado: su antiguo amor, Lucilla. La hermana del César teme por la vida de su hijo Lucio, y conspira con un grupo de senadores leales a Roma para derrocar a Cómodo. Mientras tanto, el Emperador sigue intentado conseguir que Máximo muera en la arena, pero esta vez tampoco tiene éxito:

- ¿Qué voy a tener que hacer contigo? No hay manera de que… mueras. ¿Tan distintos somos tú y yo? Quitas la vida cuando debes, igual que yo.
- Sólo me queda una vida por quitar, y se habrá acabado.


Cuando Cómodo descubre la conspiración, detiene o ejecuta a todos los implicados. Las esperanzas de venganza de Máximo parecen desvanecerse, pero será el propio Emperador quien le dé una última oportunidad, enfrentándose al gladiador en la arena. Si es que hay algunos que no aprenden…



En líneas generales, “Gladiator” es una historia que combina hábilmente la intriga con la acción. La intriga se prolonga durante toda la trama, pero la acción, inteligentemente dosificada, se utiliza para mantener el ritmo. Este tipo de películas deben empezar con una gran escena, como sucede aquí con la batalla de Germania, para enganchar al espectador. Después se presenta a todos los personajes principales y se introduce la trama, y de vez en cuando le damos algo de acción al público para que no se nos duerma. Tenemos cuatro escenas principales de acción: la batalla en Germania y los tres duelos en el circo (la batalla de Cartago, la pelea entre Máximo y Tigris, y el enfrentamiento final entre Máximo y Cómodo). Sin embargo, hay algunas escenas menores, como las del circo africano, que también ayudan a mantener el ritmo, aunque no solemos acordarnos de ellas. El resto ya es cuestión de gustos. La mayoría de la gente parece preferir la batalla en Germania, pero a mí me gusta más la batalla de Cartago.

“Gladiator” es una película de romanos, con las típicas intrigas y conspiraciones que en aquellos tiempos llevaban a los emperadores y senadores a acostarse y olvidarse de despertar, siempre con ayuda de terceros. Pero el tema central es otro, bastante clásico también: la venganza. Tenemos un bueno, un malo y un enfrentamiento entre ellos. En uno de sus escasos atisbos de lucidez, Carlos Pumares dijo de esta película que funcionaba precisamente por eso: “Un argumento simple, en tres actos: a un señor se le hace una jugarreta, dedica su vida a vengarse y al final lo logra. El resto lo ponen los actores. Russell Crowe está muy bien, Joaquin Phoenix es un malo bastante convincente y la señora esa que sale está muy rica”.

Como acaba de decirnos el amigo Pumares, el reparto está encabezado por Russell Crowe, en el papel de Máximo, y Joaquin Phoenix, que interpreta a Cómodo. La señora que está muy rica es Connie Nielsen, en el papel de Lucilla; Oliver Reed es Próximo, el propietario de la escuela de gladiadores; Derek Jacobi es el senador Graco, republicano convencido; y Djimon Hounsou es Juba, un numida compañero de Máximo en la escuela de Próximo. Richard Harris hace un pequeño papel como Marco Aurelio. Se trata de un reparto muy completo, que sirve de apoyo a un excelente guión repleto de estupendos diálogos, como habréis podido comprobar. También podríamos añadir una “cuidada” ambientación, pero debemos ponerle esas comillas, ya que efectivamente se gastaron un pastón en dirección artística y diseño de vestuario, pero hay una serie de anacronismos. Por poner un par de ejemplos, antes de la batalla inicial se utiliza la hora como unidad temporal, y en varias escenas se hace un uso descarado del papel, cuando en la antigua Roma se empleaban tablillas y cincel. De todos modos, son meras anécdotas, y no son cosas que conviertan en mala a una película.

Otra de las anécdotas más famosas es la muerte de Oliver Reed, que tuvo lugar en pleno rodaje. Siempre mostró debilidad por el alcohol, y la noche en que falleció se había bebido tres botellas de ron, ocho de cerveza y un montón de dobles de whisky. La cuenta ascendió a más de 600 euros. Supongo que tanto alcohol tendría algo que ver con su fallecimiento, aunque a esas alturas podría muy bien estar inmunizado. A lo mejor fue el esfuerzo invertido en derrotar a cinco jóvenes marineros de la Royal Navy lo que lo mató. Tranquilos, no se peleó con ellos, sino que los venció echando pulsos. El caso es que hubo que reescribir el final de la película, ya que en la última escena era Próximo, y no Juba, quien enterraba las figuritas de la esposa y el hijo de Máximo en la arena del Coliseo. La muerte de Oliver Reed obligó al equipo a matar a Próximo, aunque la escena en la que es asesinado por los soldados quedó algo chapucera, porque el muñeco canta más que Pavarotti. Si en otras escenas utilizaron un doble con el rostro de Reed insertado digitalmente, aquí bien podían habérselo currado un poco más. Si es que encima el muñeco sale de espaldas, leñe.



Hace poco salió a la venta una versión extendida, con unos quince minutos adicionales. Incluía varias escenas que no podemos calificar como inéditas, ya que figuraban entre los extras del DVD de la versión cinematográfica. Entre ellas podemos ver parte de la conspiración de Lucilla, que revela a los senadores las fuentes de ingresos que está utilizando Cómodo para financiar los juegos. El César está vendiendo las reservas de trigo de Roma, condenando a su pueblo a morir de hambre en los próximos años. Las demás secuencias son prácticamente irrelevantes y están bien eliminadas.

En lo que se refiere a los acontecimientos reflejados en la pantalla, el rigor histórico es más bien escaso, por no decir nulo, pero “Gladiator” no pretende ser una película histórica, sino de aventuras. Ya lo hemos dicho más veces: el cine es ficción, incluso cuando se basa en hechos reales. Aquellos que quieran realidad, que busquen documentales. A la Academia no pareció importarle demasiado, ya que “Gladiator” triunfó en los Oscar, llevándose cinco premios: película, actor protagonista (Russell Crowe), dirección artística, diseño de vestuario y efectos visuales. Galardones aparte, esta película cumple, por encima de todo, uno de los principales objetivos del cine: espectáculo.

- Gladiadores, yo os saludo.

© Zineman

Etiquetas:



3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

hola
su paquina es bakana

03 diciembre, 2008 17:33  
Blogger JeSúS dijo...

Muchas gracias anónimo!!! Encantados de tenerte por aquí...jeje

03 diciembre, 2008 17:35  
Blogger rodrigo dijo...

Muy bien.
Creo, no obstante , qué en la refacción debes incluir la lucha fe Máximo con el invicto campeón ,Tigris de la Galia .

10 mayo, 2013 00:22  

Publicar un comentario

Por favor, escribe tu nombre para facilitar el seguimiento de este hilo de comentarios. JeSúS Club

<< Volver a la página principal



:: ¿Quiénes somos? :: Opiniones :: RSS (ATOM) :: Links (15) :: Publicidad Oxado :: MePagan ::


JeSúS Club cierra sus puertas temporalmente...

Después de más de 4 años en la red y de la aportación de 11 colaboradores que, alternando rachas de máxima actividad con otras más "relajadas", han dado vida a 15 secciones y más de 600 posts, ha llegado el momento de que JeSúS Club cierre sus puertas.

Los objetivos con los que surgió este proyecto fueron permitir que un grupo de gente se mantuviera en contacto, algo que de otra manera habría sido más complicado o incluso imposible conseguir, y ofrecer un sitio desde el que los colaboradores pudiéramos compartir nuestras reflexiones sobre los temas que más nos gustan, intentando entretener con ellas a nuestros lectores.

El desgaste a lo largo de este tiempo ha sido importante para todos, y cuando algo con lo que deberías disfrutar se convierte en una rutina, en una obligación... acabas por perder la motivación.

Es probable que algún día JeSúS Club reabra sus puertas, no sé con qué forma, con qué fondo, ni cuándo, pero confío en que vuelva. Esto es tan sólo el fin de un ciclo...

En este "hasta luego" quiero dar las gracias a todos los colaboradores que han ido pasando por este Club, y que han aportado su esfuerzo y su ilusión a este proyecto, dando siempre lo mejor de ellos mismos. Quiero dar las gracias especialmente a quien me ha acompañado a lo largo de estos 4 años y que, en varias etapas, ha sido el principal (y casi único) sustentador de todo esto. ¡¡Gracias, Zineman!!

También me gustaría dar las gracias a todos los lectores que con mayor o menor frecuencia habéis querido pasaros por aquí y compartir con nosotros este espacio.

Un saludo a todos, un abrazote a los colaboradores, y hasta luego...


Secciones y últimos artí­culos publicados de cada sección:

- BLACKIE PROJECT REVISITED (66) :: F. Llorente :: Breves notas tras el cierre de JeSúS Club [12.04.09]

- BLOG/MISCELANEA (49) :: JeSúS :: De Compras por el Centro [28.02.09]

- CINE (269) :: Zineman :: Casino [06.04.09]

- FOTOBLOG (36) :: JC :: Puzzle v2.0 [27.11.08]

- MOTORHOME (4) :: Álvaro :: GP Circuito de la Torrecica (Albacete) [10.10.08]

- MÚSICA (6) :: antuna :: Canciones para Revolcarse en la Mierda (II) [03.04.08]

- VASCO (7) :: Txefas :: Aupa Athletic [06.03.09]

- VERDADES (54) :: Barón :: El Presente no es Ciencia Ficción [07.05.08]

- VIDA (3) :: idexxa :: Positivo [19.11.08]

- WRESTLING - WWE (38) :: JeSúS :: Noticias Express [18.11.08]


Últimos Comentarios:



El Archivo de JeSúS Club:

- Baloncesto (151) :: JeSúS :: Último post: 26.06.07

- Fórmula 1 (10) :: Danielowski :: Último post: 28.03.06

- Fútbol (85) :: VidBall :: Último post: 11.07.06

- Humor (25) :: JC :: Último post: 12.12.07

- Imprensentable (17) :: Z & J :: Último post: 01.06.07


Wikio – Top Blogs Powered by Blogger
"Cada cosa tiene su momento, su tiempo y su tempo" - JeSúS
© Copyright 2004-2008 :: JeSúS Club