[Cine] 88 Minutos

Jack Gramm es un especialista en psiquiatría legal y forense, que a raíz del brutal asesinato de su hermana ha dedicado su carrera a colaborar con la policía en la detención y condena de varios criminales, actividad que compagina con sus clases en la universidad. Su última captura es Jon Forster, un asesino que ha sido sentenciado a muerte gracias al testimonio de la hermana de la víctima, asesorada por Gramm. Desde su celda, Forster intenta anular su sentencia capital, para lo que ha montado una campaña de desprestigio contra Gramm.
En esas estamos cuando una mañana cualquiera Gramm se dirige a la facultad para impartir sus clases, y recibe una llamada telefónica en la que se le comunica que le quedan 88 minutos de vida. Aunque al principio le parece una broma pesada, los acontecimientos empiezan a precipitarse de tal forma que Gramm se tiene que tomar la amenaza en serio. Además, el desconocido se empeña en llamarle cada pocos minutos para recordarle el tiempo que le queda de vida.
El reparto está encabezado por un Al Pacino muy despeinado, en el papel de Jack Gramm, acompañado por Amy Brenneman y Alicia Witt como sus ayudantes. Entre sus estudiantes podemos ver a Leelee Sobieski, la decana está interpretada por Deborah Kara Unger (la rubia misteriosa de “The Game”), William Forsythe es el policía de turno y Neal McDonough da vida a Jon Forster. Dirige Jon Avnet, el mismo de “Tomates Verdes Fritos”.
“88 Minutos” es la típica intriga rocambolesca creada de forma totalmente artificiosa, donde la sospecha se explota elevando la paranoia al máximo. El guión intenta que el espectador sospeche de todo y de todos. Al final, cualquiera de los estudiantes de Gramm puede estar detrás del misterio, al igual que sus ayudantes, la decana y el delantero centro del Real Madrid. Por si no fuera suficiente con marearnos acerca de la posible implicación de Forster, la película proyecta la sombra de la duda sobre el propio protagonista, insinuando que podría ser menos inocente de lo que a priori parece. Durante su clase, el propio Gramm se ha encargado de alimentar esa duda, afirmando que en ocasiones la justicia y la verdad divergen, y defendiendo implícitamente el uso de pruebas y testimonios amañados cuando se tiene total seguridad de la culpabilidad del acusado. Al final, la sospecha más acuciante es si nos encontramos ante la peor película de toda la carrera de Al Pacino.

Como cabía esperar, “88 Minutos” se aprovecha, como tantas otras películas, del nombre de su protagonista, sin el cual no habría dado el salto a la pantalla grande, abandonando el mercado videográfico del que nunca debió salir. Poco podemos esperar de una película que pretende aprovecharse del tirón de la serie “24” y pasar por una historia de acción en tiempo real, máxime cuando la velocidad del reloj es tan variable: en algunas escenas pasan treinta minutos volando, y en otras el tiempo se dilata de forma que veinte minutos de metraje se traducen en cinco minutos menos para la supuesta muerte de Gramm.
En resumen, estamos ante un nuevo producto de laboratorio barato, adornado con la presencia de una de las leyendas vivas de Hollywood, un Al Pacino que, la verdad sea dicha, ya está muy mayor para andar corriendo detrás (o delante) de un asesino.
© Zineman
Etiquetas: Cine
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