Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: “¡Ven!”. Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía. Y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.
Apocalipsis 6: 7-8
Esta semana rescatamos a nuestro querido y admirado Clint Eastwood, que hace mucho tiempo que no se prodiga por estos lares, y no hay mejor manera de hacerlo que hablando de uno de sus westerns.
“El Jinete Pálido” nos cuenta la historia de una colonia de buscadores de oro que son hostigados por Coy Lahood, el propietario de la explotación minera local (y del pueblo, prácticamente), que pretende quedarse con sus tierras. Hasta ahora le ha ido bastante bien, ya que muchos colonos han hecho el petate y se han largado, quedando ya tan sólo un puñado de “irreductibles galos” que no podrán seguir resistiendo durante mucho tiempo.
Sin embargo, la situación cambia radicalmente con la llegada al pueblo de un misterioso predicador cuyos métodos, poco ortodoxos en un hombre de tan religiosa condición, incluyen disciplinas deportivas como el béisbol con bates de madera de nogal, el martillo, el tiro olímpico con revólver y el lanzamiento de cartuchos de dinamita en la modalidad de mecha corta y encendida. Unidos y liderados por este hombre, los colonos plantarán cara al mafioso Lahood.
El reparto está encabezado por Clint Eastwood en el papel del predicador, acompañado por Michael Moriarty como Hull Barret, uno de los colonos. Entre los personajes secundarios podemos ver a un joven Chris Penn, que interpreta al hijo de Lahood, y al gigantón Richard Kiel, el “Tiburón” de la saga de James Bond, que comparte una escena bastante divertida con Clint Eastwood. Sus 2’18 metros de estatura pudieron con el primer caballo que le asignaron, de modo que el equipo de producción tuvo que buscar un caballo más fuerte. Dirige, cómo no, Clint Eastwood.
Rodada en 1985, “El Jinete Pálido” nos regala escenas marca de la casa Malpaso, como la primera pelea del predicador con los matones de Lahood, o su duelo final con los pistoleros contratados para enfrentarse a él, aunque la mejor escena es probablemente su llegada al campamento, sincronizada con la lectura del Apocalipsis que hace Megan, futura hijastra de Hull Barret. Queda algo de espacio para el drama, con ese insólito rectángulo pseudoamoroso formado por Barret, al que le gusta Sarah, a la que le gusta el predicador, que también le gusta a su hija Megan. Curioso.
Hay quien ve en “El Jinete Pálido” una segunda parte inconfesa de “Infierno de Cobardes”, enmarcada en la segunda época de Eastwood, más profunda e intimista. En cierto modo, esta película se puede ver como una revisión de su antecesora, pero es lo bastante original como para tener su propia identidad, y desde luego creo que sus protagonistas, a pesar de las similitudes existentes entre ellos, son dos personas diferentes.
Testimonio de una época en la que el western ya era un género prácticamente abandonado, “El Jinete Pálido” sigue conservando toda su fuerza casi treinta años después de su estreno. Mucho me temo que el western desaparecerá con Clint Eastwood, un cineasta que ha sabido ser fiel a sus orígenes, y único baluarte de un género cuya muerte parece anunciada. Una muerte que ni siquiera el éxito de “Sin Perdón” ha conseguido evitar. Sólo la ha retrasado. Menos mal que nos queda la videoteca.
Después de más de 4 años en la red y de la aportación de 11 colaboradores que, alternando rachas de máxima actividad con otras más "relajadas", han dado vida a 15 secciones y más de 600 posts, ha llegado el momento de que JeSúS Club cierre sus puertas.
Los objetivos con los que surgió este proyecto fueron permitir que un grupo de gente se mantuviera en contacto, algo que de otra manera habría sido más complicado o incluso imposible conseguir, y ofrecer un sitio desde el que los colaboradores pudiéramos compartir nuestras reflexiones sobre los temas que más nos gustan, intentando entretener con ellas a nuestros lectores.
El desgaste a lo largo de este tiempo ha sido importante para todos, y cuando algo con lo que deberías disfrutar se convierte en una rutina, en una obligación... acabas por perder la motivación.
Es probable que algún día JeSúS Club reabra sus puertas, no sé con qué forma, con qué fondo, ni cuándo, pero confío en que vuelva. Esto es tan sólo el fin de un ciclo...
En este "hasta luego" quiero dar las gracias a todos los colaboradores que han ido pasando por este Club, y que han aportado su esfuerzo y su ilusión a este proyecto, dando siempre lo mejor de ellos mismos. Quiero dar las gracias especialmente a quien me ha acompañado a lo largo de estos 4 años y que, en varias etapas, ha sido el principal (y casi único) sustentador de todo esto. ¡¡Gracias, Zineman!!
También me gustaría dar las gracias a todos los lectores que con mayor o menor frecuencia habéis querido pasaros por aquí y compartir con nosotros este espacio.
Un saludo a todos, un abrazote a los colaboradores, y hasta luego...
Secciones y últimos artículos publicados de cada sección:
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, escribe tu nombre para facilitar el seguimiento de este hilo de comentarios. JeSúS Club
<< Volver a la página principal