[Cine] X-Men 3: La Decisión Final

De la factoría de cómics Marvel han surgido una gran cantidad de personajes míticos, y muchos de ellos han logrado dar el salto al cine. Quizá el más famoso de todos ellos sea Spiderman, pero no le ha faltado compañía. Blade, el Capitán América, Los 4 Fantásticos, Hulk, DareDevil, Elektra y La Cosa del Pantano también han pasado por la gran pantalla, con mejor o peor fortuna. El grupo más numeroso de Marvel, los X-Men o Patrulla X, como fue originalmente conocida en nuestro país (algunos seguidores del cómic no han dejado de emplear esta denominación), apareció por primera vez en 1963, surgido de la pluma del legendario Stan Lee.



Los X-Men son un grupo de personas con poderes especiales, merced a la presencia de genes mutantes en su ADN. Liderados por Charles Xavier (no, Vidball, no es aquel portugués que jugaba en la Real Sociedad), alias Profesor X, los X-Men luchan contra una facción de mutantes comandada por el malvado Eric Lensherr, alias Magneto, un antiguo amigo de Xavier que ha jurado destruir a la Humanidad. Durante su lucha, los hombres del Profesor sufren en sus carnes el odio de aquellos a quienes intentan proteger.

Los poderes de los mutantes son diversos. Xavier es capaz de leer la mente y manipular los recuerdos y la voluntad de las personas. Entre sus pupilos podemos destacar a Cíclope, cuyos ojos emiten un potente rayo láser; Jean Grey, entre cuyas habilidades figuran la telequinesia y la telepatía; Tormenta, capaz de controlar la meteorología; Pícara, que puede absorber la energía vital de las personas y, de forma temporal, los poderes de los demás mutantes; el Hombre de Hielo, capaz de crear… pues eso, hielo; Kitty Pryde, que al entrar en fase puede atravesar objetos e incluso paredes; Coloso, que puede convertir su piel en acero. Pero el más famoso de todos es el irreverente Lobezno, cuyo poder de regeneración le permite sanar casi instantáneamente cualquier herida. A causa de este don, fue objeto de un experimento militar, durante el cual le fue implantado un esqueleto de adamantio, el material más resistente que existe. Además, dispone de unas garras (tres en cada mano) que se extienden a voluntad y cortan que da gusto.



En el bando de los malos, Magneto posee la habilidad de manejar a su antojo el campo magnético terrestre, lo que le da poder sobre cualquier objeto de metal. Le acompañan Dientes de Sable, con poderes parecidos a los de Lobezno; Mística, una especialista en metamorfosis y artes marciales; Sapo, que haciendo honor a su nombre posee una lengua extensible y la capacidad de dar enormes saltos; Pyro, un artista de la llama. Me dejo un largo etcétera en ambos bandos, pero creo que ya os vais haciendo una idea. Este singular grupo aterrizaba por fin en los cines allá por el año 2000.



La primera película de “X-Men” tiraba a sencilla, ya que pretendía ser la presentación de la saga. En ella se nos presentaba el origen de Magneto, y el motivo de su odio hacia la Humanidad (perdió a su familia en un campo de concentración nazi). Para llevar a cabo su venganza, contaba con la ayuda de Mística, Sapo y Dientes de Sable. En el bando del Profesor X se encontraban Cíclope, Jean Grey, Tormenta, Lobezno y Pícara. Al final, el pobre Magneto daba con sus huesos en una celda de plástico (y encima perdía con Xavier al ajedrez).

El reparto estaba encabezado por unos excelentes Patrick Stewart e Ian McKellen, que interpretaban a Xavier y a Magneto, siendo este último lo mejor de la película. El papel de Lobezno era interpretado por el entonces emergente Hugh Jackman, cuya carrera no ha acabado de despegar (y ya han pasado seis años). También podíamos ver a Anna Paquin, la niña (por entonces ya crecidita) de “El Piano”, como Pícara; una Halle Berry pre-Oscar en el papel de Tormenta; James Marsden como Cíclope; Rebecca Romijn-Stamos en el traje de Mística; y Famke Janssen, la mala más “buena” de la saga de James Bond, en el personaje de la doctora Jean Grey.



La segunda entrega llegaba en 2003. “X-Men 2” era una película más larga, completa y ambiciosa que su predecesora (como debe ser). En esta ocasión, asistíamos a una inusual alianza entre los chicos de Xavier y los de Magneto para hacer frente a un enemigo común: el general Stryker, empeñado en exterminar a los mutantes. A sus filas se incorporaban personajes como el Hombre de Hielo (que ya había aparecido brevemente en la primera película), Pyro (con el poder de controlar el fuego), Rondador Nocturno (capaz de teletransportarse), Coloso o Kitty Pryde, entre otros. Al final, los X-Men conseguían su objetivo, pero en el camino sufrían una baja: Jean Grey, autosacrificada en pos de la supervivencia de sus compañeros.



Tres años después de aquello, llega la tercera parte, apellidada “La Decisión Final”. Nuevamente se amplía la nómina de mutantes. En el bando de los buenos aparecen Bestia (interpretado por Kelsey “Frasier” Grammer), Kitty Pryde y Angel. Se valoró la posibilidad de incorporar a Gambito, pero finalmente ha quedado fuera de la película. A algunos les puede sorprender el regreso de Halle Berry, ya que se había apostado por su desvinculación de la saga tras ganar el Oscar, para no hacer frente a una más que previsible exigencia de aumento de salario (rodó la segunda parte porque en su día había firmado un contrato por dos películas). Pero después de protagonizar obras de arte como “Catwoman” no debería extrañarnos demasiado que vuelva a interpretar a Tormenta. La chica no ha sabido aprovechar el tirón del Oscar para lanzar su carrera.



En el bando de los malos se incorpora Vinnie Jones, el mayor delincuente que haya ¿jugado? jamás en la Premier League (corrígeme si no es así, Vidball), y que después de retirarse (y de retirar a unos cuantos) dio el salto al cine con cierto éxito, especializándose, como no podía ser de otra manera, en papeles de matón. Atrás quedan ya su debut en “Lock&Stock”, allá por el año 1998 (el primer día de rodaje llegó con retraso porque estaba retenido en comisaría, por haber pegado a un vecino), o el que es probablemente su mejor trabajo hasta la fecha, el Tony “Dientes de Bala” de “Snatch”, en el año 2000. Aquí interpreta a Juggernaut, un mutante brutote que le va como anillo al dedo. También podemos ver a Calisto y a Fénix, una malvada reencarnación de Jean Grey.

Esta vez también hay cambio de dirección. Bryan Singer, director de “Sospechosos Habituales” y de las dos primeras “X-Men”, se ha pasado al bando enemigo, DC (la Distinguida Competencia), para dirigir “Superman Returns”, cuyo estreno es inminente (primera quincena de julio en el momento de escribir estas líneas). Lo más curioso es que la persona que inicialmente iba a dirigir la quinta del Hombre de Acero, Brett Ratner, ha acabado en la silla de “X-Men 3”. En su curriculum figuran títulos como “Dragón Rojo” o las dos primeras entregas de “Hora Punta”. También ha producido la serie “Prison Break”, cuyos derechos de emisión en España ha comprado La Sexta, sin fijar aún fecha para su estreno. Es otra serie de esas que contratan guionistas cocainómanos (creo que estos son primos de los de “Perdidos”). Como Singer se ha llevado consigo a medio equipo técnico, Ratner se ha traído a su propia gente para rodar “X-Men 3”. Y eso se nota en el resultado final.



El nuevo “X-Men” es distinto a los anteriores, con mayor derroche de efectos especiales y menos sustancia argumental. La cantidad de personajes es tremenda, pero muchos de ellos intervienen muy poco en la acción. Tal vez habría sido mejor concentrarse más en el guión y menos en el reparto. Al final nos queda una película más sencillita que su antecesora, con cierto parecido al primer “X-Men”, pero con menos historia y más parafernalia visual. A pesar de ello, es una película entretenida, y aspira a salvarse de la quema que últimamente está azotando a este tipo de estrenos (“Misión Imposible III” y sobre todo “Poseidón” se están pegando un buen leñazo en la taquilla yanqui).

Por último, que nadie se llame a engaño con la tan cacareada intención de la Fox de clausurar aquí la saga. Si esta película es rentable, no debería extrañarnos que hubiera una cuarta entrega dentro de otros tres años. Ni siquiera hacía falta ese guiño final que se han sacado de la manga.

© Zineman