[Cine] Infiltrados (The Departed)

Hace ya casi dos años hablamos en esta sección de Martin Scorsese, con motivo del estreno de “El Aviador”. En aquel momento hicimos un breve repaso de su aportación al mundo del cine, enumerando algunas de sus mejores películas, y dejábamos claro que su intención no era otra que conseguir el ansiado Oscar al mejor director, que se le había escapado un par de años antes. Sin embargo, en 2005 corrió la misma suerte. Otros dos años después, Scorsese lo vuelve a intentar, esta vez con un remake de una película de Hong Kong (en realidad, se trata de una trilogía) sobre el mundo de los “topos”.

En ocasiones, la mafia soborna a algún agente de policía para que le pase información sobre las investigaciones y operaciones de su departamento, pero… ¿qué sucedería si la mafia intentase llevar a cabo un golpe más audaz? ¿Y si en vez de comprar a un poli corrupto decidiese infiltrar a uno de los suyos de la forma más elemental e insospechada? En otras palabras, ¿por qué no hacer que uno de sus hombres ingrese en la Academia de Policía, se gradúe y vaya ascendiendo en el escalafón?

En la otra esquina del ring, con uniforme azul, la policía no pierde el tiempo. Cuando no le basta con su red de informantes y confidentes, recurre a la infiltración de alguno de sus agentes en las bandas mafiosas. ¿Por qué no plantear una estrategia a largo plazo? ¿Por qué no dejar que uno de sus agentes cometa unos cuantos delitos de verdad para ganarse la confianza de los mafiosos, eliminando toda posibilidad de sospecha?



“Infiltrados” da otro paso más, haciendo coincidir ambas ideas. La mafia de Boston hace que uno de sus hombres más jóvenes se aliste en el cuerpo de policía de la ciudad, se gradúe y vaya ascendiendo hasta llegar al departamento de operaciones especiales. Por su parte, el jefe de este departamento recluta a un agente, procedente de una familia de delincuentes, y le convence para que deje el cuerpo y se infiltre en la mafia. Sólo el jefe y su segundo tendrán conocimiento de la operación.

El reparto está encabezado por Leonardo DiCaprio y Matt Damon en los papeles de policía disfrazado de mafioso y mafioso disfrazado de policía, respectivamente. Les acompañan Jack Nicholson, como jefe mafioso, y Martin Sheen, como jefe de policía. También podemos ver a Alec Baldwin y a Mark Whalberg, ambos en el bando de los polis. Esta es la tercera colaboración consecutiva de Scorsese con DiCaprio, al que parece haber convertido en su nuevo Robert de Niro.



La película ahonda en la miseria que llena la vida de los infiltrados, independientemente del bando al que pertenezcan. De hecho, establece una inmensa cantidad de semejanzas entre ellos: ambos son jóvenes; ambos se plantean su misión como un deber ineludible; ambos saben que el otro bando también ha conseguido introducir un topo en territorio enemigo; por esa razón, ambos viven en tensión permanente, pues saben que en cualquier momento pueden ser descubiertos. Su única oportunidad de salvación es descubrir al otro topo, ya que el primero que lo consiga saldrá airoso del trance, condenando a muerte a su rival.

Como digo, estos paralelismos se extienden durante toda la película, hasta el punto de que las escenas protagonizadas por los dos topos son idénticas: utilizan un teléfono móvil para comunicarse con su verdadero jefe; se reúnen con él en lugares apartados; se cabrean con él cuando le cuentan los riesgos que corren, le piden calma y él no les hace caso; la duda los atormenta hasta el punto de no saber quién es más peligroso, si sus enemigos o su propio jefe. ¡Qué demonios! ¡Si hasta les gusta la misma chica!



Tal vez sea esta la razón por la que la película no me ha gustado. Se me hace larga y lenta, algo lógico si tenemos en cuenta la continua repetición de escenas que acabo de comentar. Vale, el mensaje de Scorsese nos queda claro, y es que da igual para qué bando trabajes: si eres un infiltrado, tu vida es un infierno, ya que está dominada por la tensión, el peligro y el temor a ser descubierto (y liquidado, claro). Pero ver la misma película dos veces y al mismo tiempo aburre un poco. Le falta chispa. Para intentar compensar la falta de ritmo, el final de la historia es demasiado frenético, como si hubieran querido concentrar toda la acción ahí, en lugar de dosificarla. Una caída escaleras abajo, vamos.

La guinda la pone la Warner a la hora de realizar el doblaje al castellano. No contentos con el despropósito de “Batman Begins”, se han cargado a los actores de doblaje habituales de Leonardo DiCaprio (Luis Posada), Mark Whalberg (Daniel García o José Posada), Alec Baldwin (Salvador Vidal), Martin Sheen (Ernesto Aura) y… ¡Jack Nicholson! (Rogelio Hernández). Sólo Matt Damon conserva una de sus dos voces habituales (Roger Pera). No quiero desmerecer el trabajo de los actores que han intervenido en este doblaje (David Robles, Claudio Serrano, Salvador Vives, Carles Canut y Arsenio Corsellas), pero al espectador le va a descolocar mucho lo que va a escuchar en la sala de cine. Lo de Nicholson es muy fuerte, pero aquellos que hayan seguido a Martin Sheen (por ejemplo, en “El Ala Oeste de la Casa Blanca”) lo van a pasar realmente mal. Lo peor de todo es que nos encontramos en mitad de un suma y sigue. “Batman Begins” fue sólo el principio, después llegó “La Novia Cadáver” y ahora “Infiltrados”. La siguiente estación parece ser “The Bucket List”, o al menos esta es la apuesta de Pepe Mediavilla, la voz de siempre de Morgan Freeman. En los foros de doblaje, Pepe, grandísimo profesional y mejor persona, tiene la amabilidad de dirigirse a mí personalmente:

“Seguramente, Zineman, es posible que la siguiente que veamos si la cosa sigue así, y no tiene visos de cambiar, sea The Bucket List, con Nicholson y Freeman de protagonistas. También es de Warner.”

Volviendo al tema puramente cinematográfico, hay quien habla de prodigio del cine, de una vuelta de Scorsese a sus mejores tiempos, de una historia similar a “Uno de los Nuestros”. Parece ser que yo he visto otra película. No, señores, yo creo que Scorsese no ha vuelto, y lo que es peor, cada vez parece menos probable que vuelva. Una lástima.

© Zineman